Según lo acordado en nuestra reunión anterior, la de este mes tuvo lugar el lunes, 12 de abril.
Reunión telemática como las anteriores, en las que por tanto, no pueden participar todos los miem-
bros de nuestro ya bastante reducido grupo. Además en ésta hubo menos participación que en las
anteriores. Jesús Ángel avisó que no podría hacerlo por tener un funeral a la misma hora.
Como tema a tratar, retomamos la lectura y debate del libro de José María Castillo: «El Evangelio
marginado», cuyos cuatro primeros capítulos ya habíamos visto en las últimas reuniones presen-
ciales, en el curso pasado. En esos cuatro capítulos ya estudiados, vimos que J. Castillo insistía
ampliamente en la idea de que el cristianismo había quedado muy marcado por la influencia de la
enseñanza de Pablo, que difudió durante varias décadas antes de la escritura de los evangelios, y en
la que el Apostol insistía en la importancia de la fe en Jesús el Cristo. En nuestra Iglesia, y las de-
más que proceden de las comunidades que Pablo fundaba, quedó muy arraigado ese concepto de la
importancia de la fe, con lo que quedaba marginada la enseñanza básica del Evangelio que prima
no la fe, sino el seguimiento de Jesús de Nazaret.
Precisamente sobre esta idea del seguimiento de Jesús versa el capítulo 5º que traíamos para ver en
nuestra reunión. Las diversas intervenciones que hubo en nuestro debate se hicieron eco de esa
divergencia o malentendido que aún hoy está deformando la naturaleza de la práctica religiosa en
las iglesias cristianas como la nuestra. Se trata de una religiosidad centrada en el culto y el dogma,
no en el seguimiento del ejemplo de Jesús de Nazaret, que llamaba a la gente a seguirle y no a prac-
ticar unos ritos y unas creencias concretas. Puede decirse que el núcleo central de este capítulo está
en los párrafos que dicen:
El seguimiento al que Jesús llama exige supeditar la vida entera (incluida la relación con la
familia, la piedad, las costumbres, los bienes, la seguridad entera de la vida...) a una búsqueda
de liberación de toda atadura que pueda impedir un encuentro de identificación con lo que fue
la persona y la vida que llevó Jesús". Es decir, el seguimiento de Jesús es, en definitiva, no el
aprendizaje de una doctrina, sino la identificación de una vida...
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Boletín núm. 5 - 14 de abril de 2021
…el Evangelio deja patente que, para Jesus, lo importante en la vida no es la religion o las cre-
encias que cada cual tiene, sino la conducta de bondad, humanidad, sensibilidad ante el su-
frimiento de los demás, gratitud ante un favor recibido, en definitiva, la honradez y la hones-
tidad. Esto es lo que importa y es el factor determinante de la vida cristiana.
En realidad, estos párrafos resumen el contenido de todo el cápitulo y expresan la idea central del
mensaje de Jesús.
Habiendo, en nuestro débate, consenso general sobre esa idea, se pusieron de manifiesto algunas
discrepancias en la(s) forma(s) concreta(s) de su aplicación en la sociedad, es decir, si esos valores
que el Evangelio postula han de tener una realización privado o social. Personas solidarias que
asisten a los enfermos y los presos, que ayudan a los inmigrantes, a las mujeres maltratadas, a la
gente en desempleo o con la vivienda embargada… las que colaboran con Cáritas y otras organi-
zaciones asistenciales… están en la línea del seguimiento de Jesús y el trabajo por la implantación
de su Reino. Pero todo eso se circunscribe al ámbito privado, la cuestión es si se ha de ser activo
también en el ámbito social, al trabajo y la preocupación por la implantación de un orden social
más justo y más humano.
El sistema imperante es la negación del Reino que Jesús quería implantar. En ese sentido Jesús era
el modelo perfecto de un “antisistema”: él sabía que su Reino no es como los de este mundo y nos
enseñó a pedir que venga a nosotros el Reino de Dios y que se haga en la Tierra como en el Cielo. El
trabajo por esa realización ha de tener, pues, también una dimensión social. Las injusticias y la
explotación que tienen lugar en el mundo son responsabilidad de los ciudadanos en la medida en
que éstos contribuyan con su voto y su pasividad a que se mantengan los poderes y las relaciones
económicas que hacen posible la injusticia y la explotación.
Algunas de las intervenciones en nuestro debate expresaron que les impactó lo que el autor del
libro dice sobre los pasajes evangélicos de las Bodas de Caná y la Resurrección de Lázaro, pasajes
en los que más que hechos históricos se debe ver el contenido simbólico de acentuar la superación
de lo religioso, en el sentido tradicional del término, a favor de la liberación, de la plena realización
humana.
Otra cuestión, del texto de el capítulo comentado, qua atrajo alguna atención fue la parte en la que
J. Mª Castillo se refiere al rol de Jesús como referente, para nosotros, del Absoluto, de la divinidad,
de lo transcendente… A Dios no lo podemos imaginar con nuestra limitada mente. Para que sea
interpretable para nosotros debió de tomar forma humana en la persona de Jesús. Esta precisión
tiene importancia pues entre las muchas corrientes teológicas de la actualidad está adquiriendo
relieve cierta tendencia a la que se podría denominar “cristianismo no teista” a la manera del
budismo que es una religión no teista”, es decir, en la que los conceptos de “Dios” y “la trans-
cendecia” no pintan nada; todo se reduce a un hacer humano, para una vida humana y que se
limita a lo humanamente posible. En nuestro colectivo vimos algo de esta teología con la obra
«Otro cristianismo es posiblde Roger Lenaers, que susciacalorados debates en las reuniones
en las que tratábamos el tema.
Jesús, siendo humano, muy humano, ejerce sobre muchos tipos de personas una influencia y una
fascinación que excede lo humanamente explicable. En nuestro colectivo hay personas de diversas
tendencias políticas; nació bajo la influencia de la Teología de la Liberación que fue, en su momen-
to, una manera nueva de ver la vida y el mensaje de Jesús. El libro de J. Castillo que estamos
estudiando se inscribe esos avances teológicos abiertos por el Concilio Vaticano. Pero somos un
colectivo bastante marginal y nos sentimos abrumados por lo que nos parece un poder insuperable
del sistema de dominación que se opone a la realización del ideal que Jesús proclamaba. Alguna
intervención del debate hizo hincapié en ese enorme poder de la injusticia en el mundo. Jesús era
consciente de eso cuando anunció que nos perseguirían como le persiguieron a él. Si el sistema, lo
que Jesús llamaba “el mundo” se opone a nuestro trabajo, eso significa que le estamos siguiendo a
él: Si fuerais del mundo, el mundo amaría los suyos; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí
del mundo, por eso el mundo os aborrece. (Juan, 15:19). Nuestra tarea es transmitir y encarnar en el
mundo el llamamiento de Jesús, su mensaje movilizador.
Finalmente se acordó que nuestra próxima reunión, seguramente aún telemática, tenga lugar el
lunes, día 3 de mayo. Si la actualidad no nos impone otra cuestión, podríamos seguir estudiando el
libro: «El Evangelio marginado», el capítulo 6º. Como ya se informó, se puede acceder a su
contenido, en dos diferentes formas, a través de las direcciones de Internet:
https://carleos.epv.uniovi.es/~faustino/bibio/evangelio%20marginado.pdf
https://carleos.epv.uniovi.es/~faustino/bibio/El%20Evangelio%20marginado/mobile/index.html
El capitalismo de nuestros días es un creador artificial de escasez y una manifestación sangrante de
ello la estamos contemplando en estos momentos en el caso de las vacunas.
Con tal de salvaguardar los intereses comerciales de las grandes empresas farmacéuticas que pro-
ducen las vacunas (como igual podría decirse de otros bienes, dispositivos o instrumentos de diag-
nóstico que están siendo imprescindibles en la pandemia), se está dando lugar a una carencia gene-
ralizada de vacunas, sencillamente, porque no se está aprovechando toda la capacidad potencial de
fabricación de vacunas. Los datos son inapelables:
Solo se está utilizando un 43% de la capacidad que hay en el mundo para producir las vacunas ya
aprobadas.
Las tres fabricantes más grandes de vacunas solo están produciendo para el 1,5% de la población
mundial, un volumen muy por debajo de su capacidad potencial al no tener acceso a las licencias.
A pesar de la escasez, cuando algunos fabricantes se ofrecen a producirlas no reciben respuesta
de las empresas que, con el beneplácito de los gobiernos, dominan el mercado. Eso ha pasado con
la danesa Bavarian Nordic que podría fabricar casi 250 millones de vacunas.
Algo parecido ocurre en países como India: una de sus fabricantes está produciendo millones de
vacunas, pero hay al menos otras veinte fábricas, y otras muchas en todo el mundo, que podrían
estar produciéndolas si tuvieran acceso a las licencias.
La consecuencia de todo esto es doblemente absurda y me atrevería a decir que criminal. En pri-
mer lugar, miles de millones de personas de los países más pobres se quedan al margen de la va-
cunación que les puede evitar la enfermedad. Los países ricos (16% de la población mundial)
acumulan las vacunas (60%) mientras que los más pobres están desabastecidos
Esto no es solamente un genocidio, sino que se trata de una completa estupidez. La acumulación
de vacunas en los países ricos no va a terminar con la pandemia porque esta es global y las muta-
ciones pueden venir de cualquier país donde la vacuna no haya llegado. Y es también una política
estúpida porque financiar la vacunación en todos los países del mundo supone 338 veces menos
dinero que el que costará el daño de no hacerlo. Una prueba más de que las decisiones económicas
que se toman no persiguen la eficiencia ni el ahorro sino el enriquecimiento de unos pocos…
La pandemia no se está combatiendo como los propios líderes mundiales decían que había que
combatirla porque no son capaces o no desean poner límite a la avaricia de unos pocos. Se está
provocando una crisis económica gigantesca y la pérdida de millones de empresas y empleos por
salvaguardar los privilegios de los grandes monopolios. Van a morir innecesariamente millones de
personas porque se da prioridad a los intereses comerciales.
Terminaré citando a un autor maldito porque creo que llevaba toda la razón. Me refiero a Federico
Engels quien decía en su obra «La situación de la clase obrera en Inglaterra» que cuando las
personas mueren como «víctimas de nuestro desorden social y de las clases que tienen interés en
ese desorden» se comete un «asesinato social».
Eso es lo que ahora está sucediendo con las vacunas y por eso resulta cada vez más necesario que
se definan y persigan los crímenes económicos contra la humanidad.
Envueltos en la barahúnda política de estos días y bajo la amenaza de una cuarta ola de la
pandemia, recibimos con pena y a la vez con la satisfacción que nos proporciona una vida
coherente y ejemplar la muerte de Hans Küng.
Para el mundo en general y para el cristianismo crítico, mayormente de base, Hans Küng no
ha sido una persona indiferente. Ha sido un referente incontestable en estas últimas décadas.
Probablemente se escribirán, a partir de ahora, sesudos artículos y libros destacando su enor-
me producción teológica para el mejor conocimiento del misterio cristiano y la constitución
de una Iglesia de iguales, su contribución esencial al planteamiento de una ética mundial y el
gran papel que él otorga a las religiones en el establecimiento de la paz entre los pueblos.
Todo será poco para destacar el ingente trabajo intelectual llevado a cabo por Hans Küng en
favor de una mayor humanización de la humanidad y del crecimiento de la espiritualidad en
la historia.
Desde el punto de vista de unos cristianos y cristianas de base como nosotros, comprome-
tidos con la historia y con el seguimiento de Jesús en la misma, queremos destacar, en pri-
mer lugar, el enorme apoyo que han supuesto para nuestra formación espiritual algunos li-
bros suyos que han hecho época después del Vaticano II y la Teología de liberación, como
“Ser cristiano”, “¿Existe Dios?”, “La Iglesia”, “Ética Mundial”, “Una muerte Feliz”, etc. Y,
en segundo lugar, nos han ayudado a abrir los ojos las grandes preguntas que Hans Küng se
ha venido haciendo en su vida y las grandes claves de su búsqueda que siguen siendo para
nosotros y nosotras un acicate. Preguntas sobre el final y destino de la vida, sobre la
presencia y el papel de la religión como instancia de sentido y camino de paz en el mundo,
sobre la gran responsabilidad de la Iglesia cristiana, como conjunto o ecúmene, en el man-
tenimiento o fiabilidad (infalibilidad) del mensaje que transmite y el papel ejemplar de la
misma institución eclesial llamada a ofrecer a sí misma y al mundo un paradigma de
democracia en este mundo de Dios.
No quisiéramos cerrar esta nota sin agradecer a Hans Kang su vida ejemplar como ciudada-
no creyente, su lucidez y honestidad intelectual, su fe/confianza en el sentido de la realidad,
de la vida. El rechazo equivocado por una Roma obcecada y poco misericorde lo ha conver-
tido en una de las personas más católicas (en sentido universal) y más influyentes en la espi-
ritualidad de las últimas décadas.
Queremos despedirnos de Hans con la confianza que él mismo nos ha ofrecido durante su
vida y concretamente en la respuesta que dio a la periodista Anne Will que a propósito de
su libro Una muerte feliz—, le preguntaba en el canal ARD de la televisión alemana: “¿por
qué desea terminar con su vida, si percibiera indicios de una demencia incipiente?… Porque
no soy, dice, de los que piensan que la vida terrenal lo es todo… No creo que vaya a morir
en una nada…sino que voy a morir en una última realidad… y que desde allí encontraré una
nueva vida. Esta es mi convicción por la fe”.
¡Que tu convicción se haya cumplido con creces, hermano Hans!
La benéfica mano invisible
del mercado
Adam Smith, fundador del liberalismo eco-
nómico, fundamentó su teoría económica
en que la producción y la economía se au-
torregulan en el mercado libre. Los pro-
ductores deben buscar únicamente su be-
neficio, y la mano invisible del mercado les
llevará a producir lo más necesario para la
población.
Toda la industrialización, sobre todo en In-
glaterra desde 1776, se hizo con estos prin-
cipios de mercado libre. Fue Marx el que de-
mostró que esta búsqueda de beneficios, que
podría ser válida en un pequeño mercado de
productores, es perversa y distorsionadora si
se generaliza. El beneficio se convierte en el
único objetivo de la economía. No se produ-
ce lo que se necesita sino lo que da más di-
nero al dueño del capital, que es el préstamo
con intereses. Es el llamado sistema capi-
talista.
Del sistema capitalista a la
globalización
En 1980 empieza a producirse un cambio,
sobre todo económico, al que llaman globa-
lización. Consiste en que se forma un capital
internacional que busca exclusivamente sus
beneficios y actúa en el mundo entero. Los
pequeños productores, sobre todo de países
ricos en materias primas (petróleo, gas, oro,
coltán...) pero sin tecnología, no pueden
competir y acaba todo en manos de las
multinacionales.
Hay tres tipos de capital multinacional: capi-
tal comercial, capital productivo y capital fi-
nanciero.
De la globalización a los
fondos buitre
Los fondos buitre son fondos internacionales
que adquieren bienes del estado o de las au-
tonomías o de particulares a precio de saldo,
que luego revenden al 100%. Sobre todo,
compran deuda que luego exigen a los go-
biernos, al Fondo Monetario Internacional o
al Banco Mundial. Pero en Madrid también
han comprado bloques de viviendas de pro-
tección oficial con beneficiarios dentro que
gozan de una hipoteca asequible. Subieron
la hipoteca y, como no podían pagarla, les
han echado de su casa.
De los fondos buitre al gran
negocio de los servicios -
blicos
Esta irrupción de las multinacionales del ne-
gocio en la compra de bienes públicos nos
ha llevado a una nueva situación, que co-
mienza por la privatización de los servicios
públicos. Esta privatización es muy opaca y
difícil de precisar. Unas veces se refiere so-
lamente a la gestión, por la que se entrega a
la gestión privada un servicio público que
paga el Estado, otras veces se construye un
hospital, que se paga dando la gestión a la
constructora por cincuenta años. Así se ha
entregado la sanidad pública a la gestión pri-
vada, los institutos públicos han sido substi-
tuidos por colegios concertados a los que pa-
ga el Estado, se ha pagado con fondos de la
dependencia a residencias de ancianos, casi
todas privadas…
Tenemos que añadir como fundamentales en
el nuevo sistema cuatro puntos: el primero
es la bajada de impuestos a los dueños del
capital; el segundo,la precarización del tra-
bajo, con salarios basura y paro generaliza-
do; el tercero, la feminización de la miseria;
el cuarto, la degradación del ecosistema pro-
vocada por esta economía.
En un artículo de divulgación como éste no
podemos pretender hacer un análisis profun-
do. Únicamente, recomendamos dos econo-
mistas lúcidos: a nivel global y mundial te-
nemos a Noam Chomsky, que resume así su
pensamiento: «El neoliberalismo de los últi-
mos 30 años ha sido un desastre para la ma-
yoría de la gente”; «el capitalismo es capaz
de destruir la posibilidad de una vida dig-
na»…Y en España, Juan Torres López,
miembro de ATTAC (Asociación por la Ta-
sación de las Transacciones financieras y
por la Acción Ciudadana), del que he sacado
casi todo lo que digo en este artículo.
Y llegó la pandemia
Hace un año, en marzo de 2020, nos desper-
tamos con la noticia de la aparición de la
COVID-19, una emergencia mundial que
nos pilló con el Estado mínimo conseguido
por las multinacionales, sin poder real, con
las arcas vacías, endeudados hasta las cejas,
empobrecidos y en manos de los fondos
buitre.
Es una buena ocasión para quitar el poder a
estos fondos que están aumentando sus be-
neficios principalmente con la gestión de las
vacunas y las residencias de ancianos. Es el
mercadeo con la vida y la muerte.