de la PAH señala que la UPR “ya sabía lo que había, porque para echar a 100 personas hay que contusio-
nar, tener heridos; para que el fondo pueda tener el piso vacío y especular con él”. De hecho, fueron varias
personas las que sufrieron contusiones y morados, y alguna la que tuvo que recibir atención médica.
En cualquier caso, una decisión fácil —la de echar a una familia— cuando el único interés que importa es
el del dinero. Y más si no hay por qué presenciar la escena. En cualquier caso, los números hablan por sí
solos: la familia se había comprado la vivienda con un precio muy inflado, por 70.000 euros, cuando la
misma no debería valer más de 25.000 antes de la burbuja. Hasta ahora han pagado 41.000 euros, por lo
que el fondo buitre ha dejado en la calle a esta familia con una deuda de unos 18.000 euros. Además, “la
hipoteca era malísima, con cláusulas abusivas”, esgrime Marín.
LA DIFÍCIL DEFENSA ANTE UN FONDO BUITRE
Otro aspecto que dificulta la lucha contra estos fondos buitre es que quedan fuera del código de buenas
prácticas, no vinculante, que había propuesto el Gobierno de Mariano Rajoy para los bancos. Así pues, no
se puede intentar negociar ningún alquiler social o condonación de la deuda, que de todas formas no
estaba en este código. Así pues, la familia se queda sin vivienda, en la calle, y con una deuda de 18.000
euros. Lo que supone que en el caso de que tengan algún bien, este se les podrá embargar. Es decir,
primero se destinará una cantidad a pagar la deuda y después a la familia. Asimismo, los intermediarios,
Finsolutia, les facilitarán la entrada al piso para que saquen sus pertenencias.
Como apunta Gloria Marín, ya habían tenido algún caso similar con una financiera comprada por fondos
australianos, aunque había habido retrasos y finalmente no hubo intervención policial porque no acabaron
de lanzar. Los casos que van llegando de los bancos la PAH los está resolviendo todos con soluciones
como alquiler social o moratoria. Pero los que más se están haciendo son los de particulares, y ahí la PAH
no interviene, pero son situaciones peores y sin alternativa habitacional.
Asimismo, el caso de Said no es de los peores, tiene un trabajo estable desde hace años en una empresa de
jardinería. Desde la PAH creen que no tendrá problemas para encontrar otro alquiler. Sin embargo,
posiblemente esa condición laboral es la que hace que el Ayuntamiento no les haya otorgado una ayuda
para subvencionar el alquiler porque, según este, no reunían los requisitos.
Desde la plataforma pusieron el caso hace meses en conocimiento de Bienestar Social, porque la principal
dificultad no es no poder pagar un alquiler, sino el adelanto de los tres primeros meses que se suele hacer
-de ahí las ayudas-. Además, la concejal del área, Tere Macià, aseveró que no tenían constancia del lanza-
miento hipotecario y que a la PAH le interesaban estas situaciones le convenían. Por la noche, ante el re-
vuelo generalizado, el alcalde de la ciudad, Carlos González, intentaba apagar el fuego ofreciendo una vi-
vienda de emergencia hasta que encontrasen una alternativa habitacional, a lo que la PAH ha respondido
que si tiene viviendas sociales, por qué no se las da a las familias que van al Consistorio cada semana.
FONDOS CADA VEZ CON MÁS PROPIEDADES
Con todo, cabe preguntarse cómo un fondo buitre puede llegar ahora a influir sobre una familia de Carrús,
más allá de su objetivo inherente de especular. La respuesta es sencilla: la Unión Europea, fruto de la
burbuja inmobiliaria que aún acarrea casos de toda índole, quiere que los bancos dejen de exponerse al
ladrillo, vistos los resultados.
Ha dado directrices para que los bancos se deshagan de sus parques inmobiliarios, por lo que muchas
viviendas las están vendiendo a estos fondos de capital riesgo, los ‘buitres’. A veces, incluso se venden a
sociedades de las que los propios bancos forman parte. Por lo tanto, sea extranjero o español el fondo, la
obligación del banco y todo lo que acarreaba, como la insuficiente foto de cara a la galería que fue el
código de buenas prácticas, se acaba. “Todos los derechos que se pudieran establecer a los deudores de
banco se pierden”, explica Marín. “Y esta situación avanza a pasos acelerados”, añade.
En los últimos 17 días la plataforma de Elche ha tenido seis desahucios, y el día del de Said había tres. De
hecho, desde la PAH auguran que van a llegar muchos más casos como este con fondos buitre, que por
cierto ha sido en el aniversario del 15-M, movimiento vital para la consolidación de la plataforma. En
cualquier caso, de buitres o de particulares, los desahucios siguen estando a la orden del día. En los últi-
mos 17 días, la plataforma de Elche ha tenido seis desahucios, y el día del de Said había tres, aunque los
otros se han parado o aplazado. Como dice Marín, “los que llegan a la PAH y son de bancos se resuelven
todos, pero hay muchos desahucios de particulares, y son de gente que no viene a la plataforma. Son des-
ahucios silenciosos”. Mientras ese silencio no se rompe, de momento, la PAH tiene en la mesa ese reto: ver
cómo se puede amoldar o enfrentar a estos fondos buitre sin rostro que traspasan fronteras sin inmutarse.