exclusión tiene miedo a perder su trabajo y tres de cada cuatro familias temen perder o ver
mermados sus ingresos".
Los datos, con todo, llaman a la esperanza en la solidaridad de los españoles. Así, miles de
socios, donantes y colaboradores privados han aportado más de 273 millones. Al tiempo,
las distintas Administraciones públicas aportaron a los programas de Cáritas en el año de la
pandemia 113,5 millones de euros. La tendencia se mantiene (70% fondos privados-30%
subvenciones públicas).
La parte del león se la ha llevado el programa de Acogida y asistencia, en el que se
invirtieron 92.4 millones de euros, seguidos, de los capítulos de Economía solidaria
(empleo, economía social y comercio justo, 85.6 millones), Mayores (36.2 millones),
Personas en situación de sin hogar (35.3 millones) y Salud (drogodependencia, VIH-sida,
apoyo psicológico y salud mental, 11.8 millones), por citar los más destacados.
Mención especial merece el apartado de los proyectos y estrategias en Cooperación
internacional, a las que en 2020 se destinaron más de 19 millones de euros.
Como señaló Natalia Peiro, “los datos de esta Memoria sólo tienen un sentido y una razón
de ser: la de los rostros y nombres anónimos de los cientos de miles de personas y familias
que han demandado el apoyo de Cáritas”. De hecho, la gran mayoría de las personas
atendidas en España lo fueron a través de los programas de Acogida y asistencia (1.425.991
personas, el 80,6% del total).
Un punto de inflexión
“Por los motivos de todos conocidos –explicó–el último año marca un punto de inflexión en
el número de personas acompañadas, que experimenta un incremento importante con
relación a los años anteriores". Y no cualquier cifra: casi medio millón más. En 2020,
Cáritas apoyó a 2.856.986 personas (2,4 millones en 2019). De ellas, 1.769.799 dentro de
España y 1.087.187 participantes en Cooperación internacional.
Por su parte, Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas, presentó el informe 'Del
tsunami al mar de fondo: salud mental y protección social', destacando que "la COVID-19
ha sido como una ola gigante, un tsunami que ha pasado por encima de toda la sociedad,
pero que, al analizar las condiciones de vida de las personas a las que acompañamos desde
Cáritas, que representan a las familias más vulnerables de nuestra sociedad, pone en
evidencia que estas son, una vez más, las grandes perdedoras de esta crisis”.
Un diagnóstico demoledor
El diagnóstico es demoledor, revelando importantes efectos laborales, económicos,
educativos, relacionales y de salud "que están soportando las capas sociales más
vulnerables". Con respecto al empleo, subrayó que "la tasa de paro es más del triple entre la
población atendida por Cáritas que en el conjunto de la población".
Sólo el 23% de las personas que han tenido contacto con Cáritas han logrado mantener su
empleo durante todos estos meses, mientras que el 57% han entrado y salido del mercado
laboral alternando momentos de empleo con fases de desempleo. Y, lo más preocupantes: el
20% para quienes la posibilidad de lograr un empleo siempre ha estado lejos. Son más de
95.000 personas acompañadas por Cáritas las que, al margen de la situación y el contexto
económico, nunca logran acceder a un empleo.