Sínodo sean pura teoría sin concreción de prácticas a realizar. En alguna intervención se
enfatizó la necesidad de co
m
batir el verticalismo pira
m
idal de la jerarquía eclesiástica
. S
e
propuso co
m
o objetivo que la co
m
unidad designe las personas a ejercer funciones eclesiales
.
P
uesto que los colectivos pueden hacer sus aportaciones, igual que en la etapa diocesana
del proceso sinodal, nos planteamos si nuestro grupo puede trasladar al proceso nuestra
opinión sobre la contradicción
J
esús
-
I
glesia
. E
n algunas intervenciones se puso de relieve
que el cumplimiento del mandato de Jesús de amor al prójimo en algunos casos se da
entre ateos y agnósticos, y que no siempre se cumple entre devotos creyentes.
P
ero se alegó
,
en una intervención
,
que el tratar esos asuntos no encajaba en los tres puntos
que el docu
m
ento de trabajo proponía a la discusión de las iglesias locales
,
añadiendo que
el docu
m
ento expresaba la voluntad eclesial de abordar
,
en un sentido progresista,
m
uchas
cuestiones que los sectores conservadores de la jerarquía quisieran aparcar. De hecho, se
centró en esta disyuntiva el vivo debate que siguió
: ¿
debe
m
os li
m
itarnos a la te
m
ática que
proponen el cuestionario y otros documentos sinodales, o podemos expresar y trasladar
lo que realmente nos preocupa de la realidad eclesial? La principal objección era que la
Iglesia, todas las iglesias, no estaban cumpliendo en el mundo la principal misión que el
M
aestro asignó a sus seguidores
. C
eñirnos al te
m
ario sinodal puede limitarnos a ocuparnos
sólo de la problemática de la Iglesia, como si la Iglesia fuese un fin en sí misma y no
solamente un instrumento para la realización del proyecto de Jesús. El documento de
trabajo del la etapa continental del Sínodo cita a la Iglesia diez veces más que a Jesús de
Nazaret; es evidente que lo que le preocupa a la institución es lo que le ocurre a ella
misma: descenso de vocaciones sacerdotales, de práctica religiosa… y no se examina
para ver si está cumpliendo su misión en el mundo.
Si el temario sinodal nos impide examinar la contradicción entre el proyecto de Jesús y
la práctica eclesial, entonces el Sínodo es parte del problema y no de la solución. La
contradicción consiste en que Jesús asume la promesa profética cuestionando el sistema
que se basa en el mercado que genera desigualdad entre los humanos, mientras que la
Iglesia, que es institucional y no profética, se acomoda al sistema y sus valores basados
en el egoismo que hace que las personas compitan y actúen en provecho propio y no del
común. La Iglesia lleva muchos siglos instalada en esa manera de actuar que es una
traición al espíritu del Mesías Jesús de Nazaret. Si como resultado del Sínodo, las
mujeres podrán recibir la ordenación sacerdotal en la Iglesia Católica Romana, eso no
será ninguna hazaña; otras iglesias cristianas ya tienen eso desde hace varias décadas. Y
lo mismo si se suprime el celibato sacerdotal: las iglesias reformadas ya practican eso
desde hace varios siglos
,
y las iglesias orientales desde siempre. Y aunque se consiguiese
la reunificación de todas las iglesias, lo que es verdaderamente difícil, también eso sería
una inútil hazaña si ello no sirve para que se dediquen a la implantación del Reino de
Dios en el mundo.
El debate sobre esta temática continuará en las siguientes reuniones de nuestro grupo. La
siguiente será el jueves día 12 de enero. Pero antes, el día 19 de este mes de diciembre,
nos reuniremos con otros grupos y comunidades cristianas en los locales de la Cocina
Económica para tener una Celebración Eucarística con ocasión de la próxima Navidad.
R
eto
m
a
m
os esa costu
m
bre que tenía
m
os hasta hace varios años y que se interru
m
pió por la
pande
m
ia sufrida los últi
m
os años
. I
nvita
m
os a los grupos y personas que tenían la costu
m
bre
de acompañarnos en esas ocasiones, y a quienes valoran la forma participativa en la que
tienen lugar nuestras celebraciones.