La reunión de febrero de nuestro grupo de Cristianos de Base fue, en realidad, una reunión
conjunta de los dos grupos de Gijón, el nuestro y el de La Calzada. Se estudió la posibilidad
de reanudar una práctica que a
m
bos grupos realizaban desde hace
m
uchos os y que fue
interru
m
pida en el año
2020
por la pande
m
ia del
COVID-19
. S
e trata de lo que se lla
m
aba
:
ENCUENTRO DE CRISTIAN@S DE BASE DE ASTURIAS
, y que consisan en conferen
-
cias y mesas redondas que tenían lugar, generalmente, en tres días sucesivos.
Los temas que se trataban en esos “Encuentros” o “Jornadas” eran los mismos que, unos
meses antes y en Madrid, se habían visto en los Congresos de Teología organizados por la
ASOCIACIÓN TEOLÓGICA JUAN XXIII
. Tanto esa asociación como los grupos de
Cristianos de Base de nuestra ciudad y otros en el resto del país, se inspiran en la Teología
de la Liberación, que se caracteriza por considerar que el Evangelio exige la opción
preferencial por los pobres y por recurrir a las ciencias humanas y sociales para definir las
formas en que debe realizarse dicha opción.
Si esa vocación de transformación social que el Evangelio inspira fuese asumida por las
iglesias que se deno
m
inan
cristianas
no serían necesarias las co
m
unidades de
Cristianos
de Base
, pero la triste realidad es que tenemos las iglesias que tenemos. En concreto nuestra
I
glesia
C
atólica
R
o
m
ana
parece que to
m
a conciencia de su desfase con relación al
E
vangelio
e intenta resolverlo con iniciativas como el
Concilio Vaticano II
y el actual proceso del
Sínodo
de la sinodalidad. Pero la inercia de tantos siglos de desviación pesa como una losa
sobre la institución. Sabemos cómo fueron frenadas las reformas propuestas por el Concilio
ya desde muy pronto tras su clausura, pero sobre todo durante los pontificados de Juan
Pablo II y Benedicto XVI, y la resistencia que está sufriendo el proceso sinodal por parte
amplios sectores de la jerarquía eclesial. En este número del boletín incluimos un artículo
titulado:
EL SÍNDROME DE NICODEMO
por el que se intenta analizar la raíz de la
resistencia a asumir los valores nuevos que aporta la enseñanza de Jesús de Nazaret.
Es claro que la resistencia a los ca
m
bios sociales progresistas se realiza no sólo en la(s)
iglesia
(
s
)
sino en la sociedad en general
. E
l á
m
bito religioso es sólo uno de los terrenos en los
que las clases do
m
inantes dan la batalla para perpetuar su do
m
inio
. P
or eso
,
quienes asu
m
i
m
os
los valores que el
E
vangelio pro
m
ueve por la liberación de los oprimidos hemos de afrontar
esa ofensiva dentro y fuera de la
I
glesia
. N
uestros grupos no pueden ser organizaciones
cerradas sobre mismas; debemos transmitir al exterior nuestras elaboraciones, nuestros
posiciona
m
ientos
,
aunque sea en la
m
odesta
m
edida de nuestras escasas posibilidades
. E
sa era
la función de los
“E
ncuentros
o
“J
ornadas
de
C
ristian
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s de
B
ase de
A
sturias que quere
m
os
recuperar. Con esa y otras iniciativas intentamos dar testimonio del mensaje de Jesús de
Nazaret, lo que él expresaba a sus seguidores cuando decía:
sois la sal de la tierra y la luz del
mundo
. La Celebración Eucarística que tuvimos al final de la reunión tuvo como lectura
evangélica y reflexión ese encargo del Maestro.
En concreto, lo que se decidió en la reunión fue realizar este año en nuestra ciudad un nuevo
ENCUENTRO DE CRISTIAN@S DE BASE DE ASTURIAS
. E
n esta ocasión sería de dos días
consecutivos, y el tema no sería el del último Congreso de Teología de Madrid, sino el de la
situación de la
m
ujer en la Iglesia, en la línea del
m
ovimiento que se deno
m
ina Revuelta de las
mujeres en la Iglesia”. Esa problemática es una de las s candentes en la Iglesia y de las que
más atrajeron la atención de quienes hicieron aportaciones al actual proceso sinodal. Incluímos
a continuación un artículo sobre la mencionada “Revuelta de las mujeres en la Iglesia”.
B
oletín nú
m
. 39
- 4 de febrero de 2023
La Revuelta de Mujeres en la Iglesia es un movimiento de mujeres creyentes nacido en los
diferentes territorios del estado español, que denuncia la discriminación de las mujeres en la
Iglesia católica y propone una reforma de la misma desde la perspectiva de las mujeres.
Aglutina a mujeres de larga trayectoria eclesial y también a venes, involucradas en los
diversos fe
m
inis
m
os
. A
de
m
ás de en grupos específica
m
ente de
m
ujeres
,
en los que trabaja
m
os
desde los parámetros de la teología feminista, estamos insertas en diferentes parroquias y
co
m
unidades
,
así co
m
o en
m
ovi
m
ientos eclesiales
(HOAC, C
o
m
unidades de
V
ida
C
ristiana,
comunidades de base, etc.) y algunas congregaciones religiosas. No somos recién llegadas.
E
n este sentido
,
la
R
evuelta de las
m
ujeres en la iglesia no cae del cielo
, s
ino que nace de una
co
m
plicidad compartida y sororal: la de Sophia de Dios y la siembra terca y resiliente de los
colectivos de fe
m
inistas cristianas en nuestro ps desde hace más de
35
años
. C
olectivos co
m
o
E
l
F
oro
E
cu
m
énico de mujeres (FEM), La Red estatal de Mujeres y Teología, La Asociación
de
T
eólogas
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spañolas
,
la
R
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M
iria
m
de
E
spiritualidad
I
gnaciana
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,
Asociación
Mulleres Cristiás
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E
xeria
,
etc
.,
y
m
uchos otros
. E
n esta sie
m
bra paciente y
tenaz he
m
os ido poco a poco creando espacios de reflexión
,
aco
m
paña
m
iento
,
espiritualidad
,
celebrativos, publicaciones, etc., así como una importante red entre nosotras. Todo este
proceso nos ha ido fortaleciendo y empoderando como un sujeto eclesial activo y crítico,
convencidas como diría San Ireneo, interpretado con perspectiva de género, que la gloria de
Dios es que las mujeres vivan y lo hagan en abundancia.
E
n este hu
m
us
,
entre octubre del
2019
y enero del
2020
,
nace la
R
evuelta de las
m
ujeres en la
I
glesia
de
M
adrid y la platafor
m
a
A
lce la veu
, en Barcelona, movimientos confluyentes, aunque con
nombres distintos desde la singularidad cultural de cada uno de ellos. El movimiento inicia
su gestación en el contexto de las huelgas fe
m
inistas convocadas el
8
M,
y en el que
m
uchas de
nosotras y nuestros grupos participamos activamente, así como en diferentes convocatorias
donde activistas cristianas fe
m
inistas nos vamos encontrando en esos años. Nombro algunas
de ellas por ser especialmente significativas: El XXII encuentro de Mujeres y Teología,
celebrado en Zaragoza, en el año 2018; los 25 años de la publicación del cuaderno Cuándo
las mujeres se sienten Creyentes y feministas convocados por Dones HOAC de Barcelona
(2018), o la presentación del libro coral Mujeres, Espiritualidad y Liderazgo en la sede de
Cristianismo y Justicia, también en Barcelona (2019).
En los diálogos mantenidos aparece siempre un malestar que se torna pregunta incómoda:
estamos movilizadas en la sociedad civil ante la situación de las mujeres, pero ¿para cuándo
la reivindicación y la propuesta al interior de nuestra iglesia misma? ¿Cómo empujar una
reforma desde las perspectivas de las mujeres y con una profunda inspiración evangélica?
¿Cómo hacerlo con la mirada puesta en Jesús y su práctica liberadora y transgresora con las
mujeres de su tiempo y su contexto? ¿Cómo hacerlo desde el potencial y el bagaje que la
cultura de los feminismos ha aportado a nuestra condición de mujeres cristianas?
L
as
m
ovilizaciones de las
m
ujeres ale
m
anas del
m
ovi
m
iento
Maria.2.0
con la boca a
m
ordazada
,
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m
o la indignación experi
m
entada ante la negación del voto de las
m
ujeres en el
S
ínodo
de la Amazonia y el lanzamiento del vídeo de varias religiosas españolas, que se hizo viral,
apoyando la huelga feminista, fue la chispa que encendió el germen de la Revuelta.
L
as pri
m
eras en lanzar una propuesta de organización fueron las co
m
pañeras de
B
arcelona
,
que
lanzaron una convocatoria abierta de
m
ujeres para analizar y
m
ovilizarnos ante la discri
m
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en la
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glesia
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m
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A
lcem la veu
,
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M
adrid que secundan la respuesta y la difunden y
m
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m
ás lugares de la
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L
a
R
evuelta de
m
ujeres en la
I
glesia
,
hasta que la igualdad se haga
costumbre, que se coordina desde su inicio con grupos internacionales como el colectivo
latinoamericano Tras las huellas de
S
ophia
o
V
oices of faith
. Nos aglutina un comunicado en
el que planteamos demandas urgentes de reforma en la iglesia que pongan fin a nuestra
discriminación y una acción mundial propuesta por
Voices of faith
: una concentración
creativa el 1 de marzo del 2019 en la puerta de las catedrales de nuestras ciudades.
La pandemia, lejos de debilitar el movimiento, nos ha hecho más creativas y fecundas. Hoy
estamos presentes en más de 19 ciudades de España y con una fuerte organización a nivel
mundial. A la vez tenemos una presencia muy activa en el comité ejecutivo mundial de la
preparación del Sínodo mundial de mujeres (Catholic womens council), cuyas propuestas
están recogidas en el documento Voces de mujeres voces de todo el mundo.
E
stas aportaciones son fruto de un trabajo per
m
anente de talleres que
m
uchas
m
ujeres en
m
uchos
lugares del
m
undo he
m
os hecho a lo largo del curso pasado en relación con cinco te
m
áticas que
nos parecen de urgente abordaje para una reforma radical de la iglesia desde la perspectiva
de género: 1) situación de las mujeres en la iglesia; 2) poder, participación y representación;
3) estructura y transparencia; 4) vida sacramental; y 5) resistencia y esperanza.
El pasado mes de octubre, una comisión internacional, con representación española, entregó
este documento, en propia mano, en Roma, a Natalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de
los obispos, para asegurarnos que llegará directamente al papa Francisco. Al mismo tiempo,
estas propuestas están siendo registradas en todos los obispados donde la Revuelta tenemos
presencia y en la propia Conferencia episcopal, convencidas de que no habrá sinodalidad
sin las aportaciones de las mujeres feministas cristianas, porque, como decimos en una de
las consignas que coreamos en nuestras movilizaciones, nosotras somos el cambio.
R
eciente
m
ente acaba
m
os de publicar un libro en colaboración con co
m
pañeras de otros conti
-
nentes
,
co
m
o la teóloga brasila
I
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G
evara
,
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ochurani Abraham o la aymara
S
ophia
C
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Q
uispe
,
contando la historia del
m
ovi
m
iento a nivel
m
undial y nuestras reivindica-
ciones y co
m
plicidades sororales
,
que ha agotado su pri
m
era edición en
m
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m
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V
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m
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m
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,
aunque la iglesia apenas ha ca
m
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desde el
V
aticano
II
en lo que se refiere a las
m
ujeres, las que sí que hemos cambiado hemos
sido las mujeres cristianas. Nos hemos hecho mucho más combativas y resilientes desde la
fortaleza y el enraiza
m
iento en una tradición silenciada
,
co
m
o han sido las genealogías fe
m
eninas
en la
I
glesia y el bagaje de la teología fe
m
inista
. N
os he
m
os hecho expertas en se
m
brar ca
m
bios
y aco
m
pañarlos a base de transgresión y desobediencias
. P
or eso esta
m
os convencidas que
“L
o
que otras plantaron, nosotras cosechamos. Plantaron libertades, sueños, desmanes, quejas,
lo nuevo, lo porvenir. Les dijeron que no crecería, pero plantaron. Las llamaron locas, pero
plantaron, y como lo plantado tenía raíz fuerte (…) todo llegó a nosotras. Del mismo modo
La Revuelta de mujeres en la iglesia es hoy una experta sembradora de lo inédito en una
iglesia todavía demasiado temerosa al poder de lo femenino en ella. Pero somos atrevidas y
seguimos y seguiremos forzando cambios hasta que la igualdad sea costumbre.
La crisis religiosa, que crece imparablemente, sobre todo en los países más industrializados (los
más ricos), se está manifestando no sólo en el abandono de las prácticas religiosas, sino sobre
todo en el culmen y origen de tales prácticas: Dios mismo. Pero, como hacerse “ateo”
descaradamente es asumir una postura más bien fea, en amplios sectores de la opinión pública,
los “sabiondos” en cosas de religión buscan escapatorias, que les pueden venir estupendamente
para maquillar sus posiciones ambiguas de abandono o incluso negación de Dios.
Q
uienes piensan de esta
m
anera
(
o se acercan a ella
)
deberían e
m
pezar pensando que la totalidad
de la realidad no se agota en lo
in
m
anente
”. E
l cristianis
m
o ha basado su existencia precisa-
m
ente
en la aceptación de que lo “trascendente” es absolutamente imprescindible para que sea
posible la totalidad de la realidad. Por esto precisamente, cuando el Evangelio afirma: “A Dios
nadie lo ha visto ja
m
ás
;
el
H
ijo único de
D
ios
es el que nos lo ha dado a conocer
” (J
n
1, 18
), en la
base y fondo de esta afir
m
ación
,
lo que en realidad se dice es que
,
si no aceptas la “trascen-
dencia”, lo que no aceptas es el Evangelio. Es decir, lo que no aceptas es el cristianismo.
L
a enseñanza de
J
esús a sus apóstoles fue tajante y clara en este sentido
,
según la repuesta que el
m
is
m
o
J
esús le dio a
F
elipe
: “E
l que
m
e ve a
m
í está viendo a
D
ios
” (J
n 14, 9
). ¿Q
ué estaba viendo
F
elipe? Un hombre condenado a muerte. Porque era un hombre considerado muy peligroso para
el templo (“tópos” = “lugar santo”, cf. Bauer-Aland, col. 1693) (Jn 11, 48), una amenaza para
los sacerdotes y para la Religión. Lo que, en realidad, nos viene a decir que la Religión no
soporta el Evangelio. Un hombre bueno, Jesús, al que ni Pilato quiso matar, mientras que los
profesionales de “lo sagrado” se burlaron de él hasta en su agonía (Mt 27, 38-44 par.). Porque,
para ellos, Jesús (con su Evangelio) fue un “delincuente ejecutado” (G. Theissen).
Y es que la “conducta” (“êrga” = “obras”) (Mt 11, 2) de Jesús desconcertó incluso a Juan
Bautista. La Religión se desconcertó ante el Evangelio. ¡Vamos a vencer el miedo! Y vamos a
preguntarnos: ¿Creemos en el Dios de la Religión? ¿Creemos en el Dios del Evangelio? El Dios
del Evangelio se da a conocer en “las obras” (“ta êrga”) de Jesús: (Jn 5, 20. 36; 9, 3 s; 10, 25.
32. 37 s): “Si no creéis en mí, creed en mis obras”. Es decir: “creed en mi conducta”. ¿Qué
conducta? Dar vida: al paralítico, al ciego, al difunto, al pobre, al desamparado… Es una
conducta para los demás. Tanto más, cuanto más necesitados.
En el caso de la Religión, se trata de una conducta exactamente al revés. Porque no es una
conducta esencialmente “para los demás”, sino una conducta, ante todo, “para mismo”: es la
sumisión, la obediencia, la exacta observancia, la subordinación “a superiores invisibles”
(Walter Burkert). Y todo esto, ¿para qué? Para liberarse de sentimientos de culpa, para alcanzar
lo que se desea, para obtener suerte, triunfo y gloria.
A
hora bien
,
dado que existen estas dos for
m
as de relación con
D
ios
,
para sí
y
para los de
m
ás
”,
el enor
m
e proble
m
a que se nos plantea consiste en que la
I
glesia, en los siglos primero al cuarto, vivió
y se co
m
portó de tal
m
anera que
,
teniendo su origen en
J
esús y su
E
vangelio
,
ter
m
inó fundiendo,
en una difícil y extraña unidad, lo que, en la “teología narrativa” de los evangelios se nos
muestra, se ve y se palpa como el enfrentamiento mortal entre la Religión y el Evangelio.
P
ero esta fusn y confusión de
R
eligión y
E
vangelio se ha co
m
plicado
m
ucho
m
ás por el hecho
,
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m
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,
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de facto e inevitable
m
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,
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actúa entre la
R
elign y el
E
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R
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,
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,
i
m
portancia
,
influencia y exige
su
m
isn
.
M
ientras que el
E
vangelio se basa en el despojo y exige cercanía a identificación con lo
pobre
,
lo
m
arginal y todo cuanto despoja al discípulo, que asume, como proyecto de vida, el
“seguimiento de Jesús”.
Según los evangelios, Jesús nunca pretendió fundir su Evangelio con la Religión del templo y
los sacerdotes. El clero, que rige a la Iglesia, le ha modificado el proyecto del Evangelio a
Jesús. Y son los sacerdotes, desde sus templos, los que leen y explican el Evangelio como les
conviene o no les complica la vida. Es lo que mejor le viene a la Religión. Y lo que explica que
haya tanta gente muy religiosa, que está tan lejos del Evangelio.
L
a pregunta
,
que brota de esta situación
,
es inevitable
: ¿
cree
m
os en
D
ios
? ¿
en qué
D
ios creemos?
Las cañadas reales son vías pecuarias por donde se practicó, durante bastantes siglos, la trashumancia: el
paso del ganado de una zona a otra para los pastos; a partir de los años 60, se modificó una ley para que se
pudieran plantar huertas y levantar pequeñas construcciones para guardar los aperos en las cañadas reales
pero, desde entonces, La Cañada Real madrileña ha ido creciendo hasta albergar a miles de familias de
distintos orígenes: árabes, gitanas, rumanas… Aproximadamente 7300 son las personas que viven el barrio
situado al sureste de Madrid, entre ellas más de 2500 menores de edad.
La Cañada es una zona de 16 kilómetros de longitud que desde Madrid se extiende también
por otros municipios, y que ha ido surgiendo en los últimos 40 o 50 años en las márgenes de la
Cañada Real Galiana, una vía que servía para el tránsito de ganado, especialmente ovejas, cuya
específica legislación permite (deja en un limbo legal) las construcciones. En principio, era
gente que cogía el terreno y se hacía una huerta e iban los fines de semana a cultivar. Luego
fueron haciendo casas ante la permisividad de las autoridades. Cuando las viviendas en el resto
de la ciudad se hicieron inalcanzables para el común de los mortales, mucha gente se hizo allí
su casa. Mucha gente vive allí porque no puede ni comprar ni alquilar una vivienda en Madrid
ni en ningún sitio porque como tantas otras familias gitanas y de otras etnias sobreviven con
trabajos mal remunerados como recoger chatarra o similares.
C
asas irregulares
,
en
m
uchos casos levantadas por sus propios habitantes.
D
esca
m
pados
,
viviendas
a
m
edio levantar
,
otras derribadas
,
vertederos ilegales
. C
alles que se e
m
barran
con la lluvia, con
accesos improvisados y difíciles, mal comunicadas con el resto de la ciudad. Falta de servicios
básicos, sin alcantarillado ni acerado en muchas zonas, sin colegios, ambulatorios o parques,
sin transporte público. Sin luz en las calles. Sin luz en muchas casas. Población trabajadora,
mezcla de autóctonos e inmigrantes, con importante presencia gitana. La Cañada Real vive un
grave problema de exclusión social que se ha extendido durante décadas.
Miles de personas, entre ellas menores de edad, viven en esa zona al sureste de Madrid, y han
padecido cortes de luz en pleno temporal Filomena. Naturgy cortó el suministro de luz en
octubre del 2020. En octubre de 2020, la empresa de luz Naturgy alegó irregularidades,
consumo excesivo y no regulado, así que la Comunidad de Madrid cortó la luz a cientos de
familias residentes en la Cañada Real. A pesar de los enfrentamientos con la policía que se
saldaron con incluso 12 detenidos, a pesar de las protestas, a pesar incluso de que el
C
onsejo
de Derechos Humanos de Las Naciones Unidas
denunciara la situación e instase a restaurar la
luz, llegó el temporal Filomena y miles de familias tuvieron que padecer el frío sin luz
eléctrica. Muchísimas familias se encontraron con menores superando los diez grados bajo
cero durante el temporal y sin muchas alternativas para evitar el frío. Fueron muchos los
menores que tuvieron que ser ingresados durante la ola de frío debido a hipotermias sin que al
gobierno de la Comunidad de Madrid le temblara ni lo más mínimo el pulso, criminalizando de
manera vil y justificando con esa criminalización el tener sin calefacción a cientos de familias.
La razón principal es el claro racismo que se puede ver de pensar que si son inmigrantes, no
merecen los derechos más fundamentales. La otra es el capitalismo de no querer que veamos
que es absurdo que los recursos básicos estén en manos de empresas privadas a las que no les
importamos lo más mínimo. Ya no es solo que sea inhumano cortarles la luz o el gas a las
personas, sean como sean, sino que se debe socializar todos los servicios básicos y garantizar
así el bienestar básico de las personas.
Estamos a pocos kilómetros del centro de la capital, el mayor barrio no reconocido como
barrio de toda España, tal vez de Europa. Más de 7.000 habitantes. Un barrio que quiere serlo
frente a administraciones que no están dispuestas a permitirlo. Un barrio con conciencia de tal,
incluso cierto orgullo, pero que carga con demasiados estigmas, prejuicios, desinformación,
intereses ajenos. El racismo, clasismo y aporofobia que tanto se interrelacionan explican el
abandono por parte de las instituciones de este barrio. Son familias migrantes y sobre todo
pobres, y la pobreza se castiga. A su precaria situación se añade la criminalización por parte de
algunos medios de comunicación y del propio gobierno de la Comunidad de Madrid, del que la
actual presidenta dijo:
Para tener los Porsches aaparcados, bien; para pagar las facturas que
es lo que está provocando esos cortes, no
.
En el año 2017 se llegó a un pacto para La Cañada Real del que todavía no se han visto sus
frutos. El Pacto Regional garantiza la participación de todos los agentes implicados en la
búsqueda de soluciones, a través de una estructura de trabajo permanente. Pero los cortes de
luz han sido un modo de hostigamiento para que las familias se harten y se marchen. Las
condiciones de pobreza sitúan al barrio de La Cañada Real en una posición extremadamente
vulnerable, y las situaciones extremas como los temporales y el clima invernal ponen sobre la
mesa el problema que presenta el sistema capitalista para la vida misma.
Esas circunstancias extremas nos hacen comprobar cómo por lo general, las personas en
situación de vulnerabilidad no solo no son ayudadas ante la tragedia, sino que además son
doblemente castigadas como en este caso cortando su acceso a luz eléctrica, un bien básico
para un país que se dice «desarrollado» como es España. Y también nos vuelven a demostrar
que el capitalismo no funciona, porque un sistema que asesina socialmente a su población
pobre, no es más que un sistema parasitario que no va a servir para nada más que para seguir
enriqueciendo a unos pocos a costa de las vidas de todas las demás.
La situación de la Cañada Real, pero también de todas las zonas que se encuentran en
situaciones similares clama al cielo y a quienes conservan algo de solidaridad humana. Madrid
no es el único lugar en el que existen estas situaciones, Cañadas Reales hay en todos los puntos
de nuestro país, y amplias zonas del planeta en condiciones incluso peores.
Durante los últimos meses, el Ayuntamiento de Madrid ha estado remodelando varias
manzanas del barrio de Justicia, uno de los rincones más exclusivos de la capital. La
zona es un hermoso pedazo de ciudad tomado por los inversores extranjeros, donde
los cafés cuestan seis euros y los gimnasios abren 24/7. Entre fachadas parisinas,
farolas vintage y una calzada adoquinada, uno se siente transportado al siglo XVIII.
A 16 kilómetros de allí, al Sur del Ensanche de Vallecas, también es posible encontrar
un entorno dieciochesco, esta vez por la falta de agua y luz. En los sectores 5 y 6 de la
Cañada Real Galiana viven más de 4.000 personas, distribuidas en unas 1.600
infraviviendas. Este lugar saltó brevemente a los informativos en enero de 2021,
cuando su población hizo frente al temporal Filomena en plena operación de castigo
energético por parte de las compañías eléctricas y las autoridades madrileñas. El
pasado 2 de octubre se cumplió el segundo año completo en el que esta población
olvidada de Dios y los alcaldes ha vivido sin luz. Esos 16 kilómetros establecen la
distancia entre dos mundos. En uno, la ley está al servicio de los vecinos. En otro,
cerca de 2.000 niños y niñas crecen entre ratas, cubos de agua y camping-gas.
M
adrid no es una excepción
. M
iles de seres hu
m
anos
,
distribuidos por todo el territorio
español
,
per
m
anecen hoy atrapados en asenta
m
ientos de chabolas
. A
lrededor de
11.000
de ellos pertenecen a la co
m
unidad gitana y el resto está for
m
ado por fa
m
ilias nacionales
y migrantes de bajos ingresos, o temporeros que trabajan en los campos de Almería y
otras provincias. El chabolismo niega a las personas las condiciones más elementales
de una vida digna, como el acceso al agua, el saneamiento o la energía. Muchos de los
asentamientos se encuentran en las inmediaciones de industrias contaminantes,
canales fluviales o basureros, lo que tiene consecuencias directas para la integridad y
la salud de sus habitantes. Para los niños, la experiencia puede tener consecuencias
definitivas en su integración, desarrollo y capacidad de aprendizaje. Y traten ustedes
de encontrar un empleo poniendo una chabola como dirección de referencia.
Esta información forma parte de la campaña chabolista.es, puesta en marcha por la
Fundación Secretariado Gitano hace unos días. En un portal con mensajes como “La
casa que habíais imaginado, a 15 minutos del centro”, sus creadores llaman la
atención sobre una realidad que debería avergonzarnos como sociedad.
Pero el mensaje más importante de la Fundación es que esta situación no es en
absoluto inevitable. Como señalan en el manifiesto que sustenta la campaña,
contamos con los recursos financieros, institucionales y legales para erradicar esta
vergüenza nacional. La administración central, como las locales, deben hacer uso de
las normas y recursos a su disposición, desde la Estrategia Nacional de Inclusión,
Igualdad y Participación del Pueblo Gitano hasta los fondos comunitarios de
reconstrucción. El propio Parlamento Europeo denunciaba esta situación hace pocas
semanas, en una resolución sobre la situación de la población romaní que vive en
asentamientos en la Unión, que insta a los gobiernos nacionales y a la Comisión a
actuar de manera decidida contra las “condiciones catastróficas” en las que deben
vivir estas poblaciones. Y el anteproyecto de Ley por el Derecho a la Vivienda ofrece
una oportunidad espléndida para demostrar hasta dónde está dispuesta a llegar la
mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno.
No son invisibles, aunque lo parezcan. La próxima vez que atisben desde su coche
una de esas barriadas que se extienden junto a la carretera, recuerden nuestros 16
kilómetros de la vergüenza.
Aparte del significado originario que el término “síndrome” tiene en el campo de la
medicina, se le suele usar también para referirse a fenómenos que caracterizan una
determinada situación. Por ejemplo, se acuñó la expresión “Síndrome de Estocolmo”
para referirse a una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro en
contra de su voluntad desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo
afectivo con su secuestrador. Es en este sentido en el que utilizamos la expresión
“Síndrome de Nicodemo” para explicar la tendencia psicológica a asumir,
inconsciente y acríticamente, los valores culturales en general y los religiosos en
particular del medio en el que se vive y se es educado.
El Evangelio, (Juan, 3:1-12), narra del encuentro con Jesús de un fariseo piadoso al
cual le costaba superar los esquemas mentales del medio cultural y religioso en el que
se había formado. Seguramente no fue el único caso de este tipo con el que se
encontró Jesús en la difusión de su mensaje, y el evangelista quiso resumir y
si
m
bolizar en él todos los casos si
m
ilares. La conclusión a la que Jesús llegaba, ante el
“caso Nicodemo”, es que era necesario nacer de nuevo”, es decir, que para asumir
el mensaje liberador que Jesús traía era necesario superar los esquemas mentales que
son fruto del proceso formativo.
C
onsidere
m
os, por eje
m
plo
,
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m
a natural en la que aprende
m
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m
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,
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m
edio en el que nos for
m
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m
os
,
y lo difícil que resulta aprender una segunda
lengua
. P
ues lo
m
is
m
o ocurre con todo el resto del legado cultural del
m
edio social en el
que nos for
m
a
m
os
:
valores o principios
,
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m
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m
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,
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m
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,
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m
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m
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E
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m
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,
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M
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esús asu
m
ía ese
m
arco religioso pero quea librarlo de la casuística tal
m
udista
,
lo que él
lla
m
aba
la levadura de los fariseos y saduceos
”. U
n dicho suyo que expresa el espíritu
de la enseñanza que quería transmitir era el de que
se hizo el bado para el hombre
y no el hombre para el Sábado
”. En realidad, se trata de un mensaje revolucionario;
pone patas arriba todo el sistema social organizado. Viene a decir que la religión, las
leyes, la autoridad política… tienen sentido sólo si sirven al bien de las personas.
Tal como está organizada la sociedad, y no sólo la de la época de Jesús, todo ese
legado cultural (valores, criterios morales, sistema religioso, etc.) está organizado en
función de los intereses de los poderes dominantes en la sociedad, es decir, se educa a
las personas, ya desde su tierna edad, para que asuman ese marco cultural y lo
consideren como la cosa más natural del mundo. Si el sistema se ve amenazado por
ideas revolucionarias que pretenden cambiar el mundo de base, los poderes
dominantes echan mano del personal domesticado a favor de sus intereses. La
multitud que pedía a gritos a Pilatos la liberación de Barrabás y la condena de Jesús
de Nazaret estaba constituida, en gran parte, por infelices nicodemos que estaban
sinceramente convencidos de que contra el Sanedrín y el sacerdocio del Templo de
Jerusalén no podía tener razón un simple laico como aquel Jesús que procedía de una
aldea insignificante como Nazaret, de la que se decía entonces que de allí no podía
salir nada bueno, véase Juan, 1:45-50.
La religión, que en principio responde a una necesidad humana de relacionase con lo
transcendente, a lo que llamamos Dios, es utilizada por todos los dominadores de
todos los tiempos para mentalizar, a favor de sus propios intereses, a los sometidos y
expropiados. Lo mismo ocurre con los sistemas políticos que, en principio, tienen la
necesaria y digna función de organizar la convivencia de los colectivos humanos. De
ahí que todo sistema de dominación se esfuerce por controlar tanto a los dirigentes
políticos como a los sacerdocios religiosos. Son indignos líderes políticos y religiosos
los que se prestan a servir como lacayos a los detentadores del poder económico,
verdaderos dueños de la sociedad.
E
sos liderazgos políticos y religiosos
,
lo que Jesús llamaba
los reinos de este
m
undo
”,
cayeron en la tentación del Satán del poder y el dominio que Jesús rechazó. Jesús nos
insta a nacer de nuevo”, liberarnos de la levadura de los “doctores” que trabajan
para el sistema de dominación, el aparato ideológico del sistema que nos mentaliza
para que lo aceptemos tal como es. El síndrome de Nicodemo, la tendencia a no
cuestionar lo que nos imbuyeron en la mente, nos incapacita para emprender la tarea
que Jesús asigna a sus seguidores, la construcción del Reino de Dios y su justicia.
Esto ocurrió desde la época de Jesús hasta ahora. Se supone que las personas que se
sintieron interpeladas por el llamamiento de Jesús y asumieron la misión de seguirle e
imitarle estarían volcadas en su proyecto liberador, la construcción de ese Reino
distinto de los de este mundo. Entonces tenemos que preguntarnos qresultó, tras
dos milenios, de esa vocación transformadora. La historia de esos 20 siglos nos
muestra que las iglesias cristianas fueron abandonando el programa liberador del
Mesías Jesús para ir cayendo en una religiosidad centrada en el culto, la oración…
De la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén el libro de los Hechos de los
Apóstoles nos dice que:
todos los que creían se reunían y tenían todas las cosas en
común. Vendían sus posesiones y bienes, y los repartían a todos, a cada uno según su
necesidad... …La multitud de los que habían creído era de un solo corazón y una sola
alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que todas las cosas les
eran comunes. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús, y abundante gracia había sobre todos ellos. No había, pues, ningún
necesitado entre ellos, porque todos los que eran propietarios de terrenos o casas los
vendían, traían el precio de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles. Y era
repartido a cada uno según tenía necesidad.
Aún en el siglo IV, un obispo como Ambrosio de Milán escribía:
Porque la naturaleza ofrece generosamente todo para todos en común. Dios ordenó
que todo se produjera para proporcionar alimento a todos en común; su plan era
que la tierra fuera, por así decirlo, la posesión común de todos nosotros. La
naturaleza produjo derechos comunes, entonces, es la codicia usurpadora la que ha
establecido los derechos privados.
Pero en el ámbito religioso cristiano se fue paulatina pero incesantemente aceptando y
defendiendo los sistemas de dominación basados en el mercado y la propiedad
privada con todo el abuso y desigualdad que generan. Nuestra Iglesia se dedicó a
perseguir y condenar a todos los movimientos internos y externos a ella que postulan
recuperar el espíritu del mensaje evangélico. Está plenamente dedicada a fabricar
nicodemos; la enseñanza que imparte parece tener por objetivo difundir la idea de que
Jesús vino al mundo para que rezásemos mucho. Jesús valoraba lo que la oración
significa en la relación del hombre con el Padre, pero la única oración que enseñó a
sus discípulos fue el “Padre nuestro”, y lo hizo sólo cuando ellos le pidieron:
enséñanos a orar(Lucas 11:1-4), y además se trata de una oración comunitaria:
Padre nuestro”, muy lejos del espíritu individualista que fomenta la oración “íntima
e individual” que propugnan muchos predicadores actuales. Jesús enseñó que la
relación que Dios quiere con los humanos pasa por la relación fraternal de los
humanos entre : amar a todos, amigos y enemigos, como hermanos, perdonar las
ofensas
,
renunciar a la violencia
,
bendecir a quienes nos maldicen
,
rogar por quienes
nos
persigan
,
compartir lo que somos y tenemos con quien nos necesite
E
n resumen,
su misión no tenía por objetivo principal promover rezos y devociones sino amor y
servicio al prójimo. Concebía su misión como la realización de las profecías que
anunciaban un Mesías liberador de los pobres oprimidos.
E
sto lo olvidan y nos lo quieren hacer olvidar los pro
m
otores de cultos de oracn co
m
o
el inquisidor
D
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R
osario
,
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I
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arrañaga
,
pro
m
otor de
talleres de oracn
,
o los organizadores de adoraciones nocturnas
o perpetuas. Es hora de que alguien en la Iglesia se atreva a decir que esa gente son
simples nicodemos que guían a otros nicodemos o, como decía Jesús: “ciegos que
guían a otros ciegos”. Jesús no siente soledad en ningún sagrario esperando que vayan
a acompañarlo allí con oraciones. Donde él quiere ser acompañado y recibiendo
solidaridad es en la gente oprimida y necesitada, por ejemplo en la Cañada Real,
donde a las penalidades y carencias que allí sufrían se le añadió, hace dos años, el
corte del suministro eléctrico por parte de personas que, al parecer, rezan mucho.
E
se personal abandonado
,
y otro si
m
ilar en otros puntos del país
,
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m
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m
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personas en a
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m
bre expoliado y herido que presenta la
parábola del
B
uen
S
amaritano. Jesús valoraba más la solidaridad del samaritano que la
devoción del sacerdote y el levita que acudían a orar en el Templo y pasaron de largo
dejando de lado al necesitado. Si nos centramos en devociones y cultos abandonando
a las víctimas del sistema y no hacemos nada para cambiar este sistema eso significa
que no hemos aprendido nada del Evangelio y que seguimos, como Nicodemo,
atrapados en la deformada tradición religiosa de nuestra sociedad injusta. Si queremos
ser verdaderos seguidores de Jesús de Nazaret debemos esforzarnos por superar los
esquemas mentales que nos obligan a respetar lo socialmente establecido, superar el
síndrome de Nicodemo, lo que Jesús llamaba “nacer de nuevo”.