¿CHIRINGUITOS EN LA IGLESIA?
Tras la realizacn del
XXXII E
ncuentro de
C
ristian@s de
B
ase de
A
sturias
, que tuvo
lugar los días 5 y 6 de este mes de mayo, los grupos de Cristianos de Base de Gijón
que lo organiza
m
os nos reuni
m
os para analizar, según nuestra costumbre, el desarrollo
y resultado del
Encuentro
. V
alora
m
os los diversos aspectos de la realización del evento
:
conferencias, celebración eucarística, asistencia… Entre los puntos que examinamos
estaba ta
m
bién el de la difusión de la propaganda que se hizo anunciando el
E
ncuentro
.
A
de
m
ás de la convocatoria hecha por
m
edio de
I
nternet, correo electrónico,
W
hats
A
pp
se expusieron carteles en diversos lugares públicos, principalmente las parroquias de
la ciudad. Por lo general tuvieron buena acogida en esos lugares, lo que es de
agradecer. Pero en alguna(s) parroquia(s) se negaron a exponer nuestro anuncio, y en
una de ellas el párroco explicó su negativa diciendo que no aprobaba la existencia de
chiringuitos en la Iglesia.
S
e sobreentiende que el calificativo de
chiringuito
aplicado a los
Cristianos de Base
es un rmino peyorativo, es decir, que implica menosprecio, reprobación… Por eso
pensa
m
os que son necesarias las consideraciones que va
m
os a hacer
. ¿E
s un chiringuito
la orden de los jesuitas? ¿la de los franciscanos?, ¿la de los dominicos?... La lista de
órdenes religiosas dentro de la Iglesia Católica es bastante larga: capuchinos, cartujos,
car
m
elitas
,
salesianos
,
escolapios
,
teresianas
,
clarisas
,
trapenses
,
benedictinos
,
agustinos
,
claretianos… ¿son chiringuitos todos esos grupos distintos de miembros de la Iglesia?
P
orque no cabe duda de que son distintos todos ellos
,
de lo contrario no tendría sentido
que se agrupasen en órdenes diferentes. Pues bien, si se considera que esos grupos de
religiosos tienen todo el derecho del
m
undo a agruparse sen su especificidad religiosa
,
¿
por qué se nos niega ese derecho a los simples laicos? Es muy grave que se haga esa
diferenciación entre los derechos del clero y los del laicado. Es como asegurar que en
la Iglesia hay fieles de primera categoría, que tienen una serie de privilegios, y de
segunda categoría, el simple rebaño que no puede mostrar su especificidad religiosa,
teológica o como se la quiera llamar.
Pero es aún más grave si se considera que, de hecho, en la Iglesia hay también grupos
de laicos que tienen mejor acogida que los Cristianos de Base que nos inspiramos en
la Teología de la Liberación El párroco que rechazó la publicidad de nuestro
Encuentro, ¿procedería con igual severidad si se tratase de un acto del Opus Dei, de
Lumen Dei?... Hay más grupos de católicos conservadores: Hazte Oír, El Yunque,
Infocatólica... Si estos grupos laicos reciben mejor acogida en la iglesia española, ya
no se trata de un criterio de elitismo, como la diferenciación entre clero y laicado, sino
de un posiciona
m
iento claro en el terreno de la lucha de clases, un alinea
m
iento con los
poderes opresivos de este siste
m
a capitalista
,
los ricos
,
las clases do
m
inantes los poderes
econó
m
icos
contra los desheredados
,
los explotados
,
los ninguneados de la sociedad
,
la gran masa de parias de la Tierra. En definitiva, una toma de postura a favor de la
perpetuación de este sistema injusto y los males que genera.
B
oletín nú
m
. 45
- 22 de mayo de 2023
En todo caso, se trate de elitismo eclesial o de posicionamiento clasista a favor de los
poderosos, se trata de algo que va contra el espíritu del Evangelio, la enseñanza del
Maestro Jesús de Nazaret. Quienes contemplamos estas cuestiones desde los criterios
de la Teología de la Liberación entendemos que el objetivo es conseguir una Iglesia
de iguales en una sociedad de iguales. Tal es, por ejemplo, la idea inspiradora de la
temática de los
E
ncuentros de
C
ristian@s de
B
ase d
e A
sturias
. E
l de este año se centraba
en la problemática de la desigualdad de género en la Iglesia y en la sociedad. Contra
el concepto de “igualdad” se movilizan, dentro y fuera de la Iglesia, quienes desean
perpetuar el siste
m
a do
m
inante
,
con sus elitis
m
os y clasis
m
os
,
los privilegios de unos y
la miseria y marginación de otros.
E
l
R
eino de
D
ios que
J
esús quiere i
m
plantar significa precisa
m
ente superar esas situaciones
de injusticia
,
y sus seguidores so
m
os convocados para realizar esa tarea
. P
or eso es la
m
entable
y sorprendente que iglesias, como la nuestra, que se definen como comunidades de
seguidores de ese Maestro, no están volcadas en la superación del sistema sino en
instalarse en él. ¿Cómo explicar esta anomalía, que ya dura casi dos milenios?
Si es sorprendente la persistencia de esa realidad, lo es s el hecho de que muy poca
gente en la Iglesia se percate y se preocupe por esa situación. Precisamente aborda ese
proble
m
a el reciente
m
ente publicado libro de
J
o
M
aría
C
astillo
:
D
eclive de la
RELIGIÓN
y futuro del EVANGELIO
. La teoría del autor es que la Iglesia margina e ignora el
Evangelio mientras potencia todo lo relacionado con una práctica religiosa. Según su
for
m
ulación
,
en la
I
glesia se ha fundido y confundido el
E
vangelio con la
R
eligión
. E
s decir
,
se ha generado la idea, y la hemos asumido acríticamente durante mucho tiempo, de
que
J
esús vino al
m
undo para crear una nueva religión distinta de las anteriormente
existentes
,
y que el segui
m
iento de ese
M
aestro consiste en practicar un culto deter
m
inado
,
m
ucho rezo
, m
ucho acto religioso
,
deter
m
inados sacra
m
entos
,
peregrinaciones
,
te
m
plos,
procesiones
,
cofradías y fiestas dedicados a
É
l
,
unas creencias elaboradas por un
m
agisterio
clerical que se considera infalible
E
n el conjunto de cosas cuya creación se atribuye a
Jesús se incluye también una capacidad legislativa de la
I
glesia cuyo fruto se concreta
el lla
m
ado
C
ódigo de
D
erecho
C
anónico
en el que se consagra el poder absoluto de la
jerarquía clerical y la ciega obediencia al
m
is
m
o por parte del laicado
. E
l rroco que
prohibió la publicación de nuestro cartel era la autoridad máxima en “su” parroquia, las
comunidades de fieles de las parroquias no pintan nada, no pueden decidir nada.
S
i lee
m
os el
E
vangelio nos encontra
m
os con una enseñanza distinta por parte de Jesús.
P
ero la
I
glesia, es decir, su jerarquía, no fomenta la lectura del Evangelio ni el interés
de los fieles por formarse. Esta problemática es tratada por el mencionado libro del
teólogo
J
osé
M
aría
C
astillo
. E
n nuestra
C
o
m
unidad de
C
ristianos de
B
as
e conte
m
pla
m
os
la posibilidad de e
m
prender el estudio de esa obra
. E
n este nú
m
ero del
boletín
inclui
m
os
un resu
m
en de los pri
m
eros capítulos del libro
. S
e le puede considerar ya co
m
o una pri
m
era
intervención del debate que tengamos sobre ese texto en la próxima reunión del 1 de
junio. También otros de los materiales del
boletín
abordan este asunto de la flagrante
contradicción entre el espíritu del
E
vangelio y la práctica eclesial
. D
e hecho
,
si la
I
glesia
se ha planteado la realización del actual Sínodo de la sinodalidad es porque no falta, en
determinado nivel de su jerarquía, consciencia sobre esa contradicción. Precisamente
uno de los artículos del
boletín
trata de la oposición que la voluntad reformista del papa
Francisco está encontrando en poderosos niveles de la jerarquía clerical.
ABORDANDO EL TEMA
A
quienes entramos en conocimiento del Evangelio en un
m
edio religioso
,
es decir
,
por nuestra práctica de una religión
,
nos resulta chocante, a primera vista, lo que es la idea
central de este libro de José María Castillo. Ya desde la
I
ntroduccn y pri
m
eros capítulos que ahora ve
m
os
,
se insiste
en el aserto de que hay una relación contradictoria entre
Religión y Evangelio.
E
n efecto
,
por el
m
is
m
o relato evangélico ve
m
os que la
m
uerte
de
J
esús fue consecuencia directa de su enfrenta
m
iento con
la relign
,
con las autoridades del
T
e
m
plo
. A
lo resalta el
libro que comenta
m
os
,
e insiste ta
m
bién en que la religión
que practica nuestra Iglesia abunda en cosas que nada
tienen que ver con el mensaje evangélico de Jesús e
incluso lo contradicen.
J. M. Castillo añade que, si en teoría la Religión está al
servicio del
E
vangelio
,
en la práctica
,
son los teólogos y los
sacerdotes los que se sirven del Evangelio y lo utilizan
para someter a los fieles de la Religión a lo que piensan,
y conviene al clero y a los poderosos para mantener y
potenciar el tipo de sociedad, de política y de economía
que favorecen no a lo que dice el Evangelio sino a lo que
le interesa a la Religión.
¿Q
ué ha ocurrido para que una
I
glesia que inicial
m
ente se
constituyó y organizó co
m
o co
m
unidad y asa
m
blea de los
seguidores
J
esús de
N
azaret haya devenido en una práctica
religiosa que la aleja de la realización del proyecto del
M
aes
-
tro
? E
l libro que esta
m
os estudiando lo explica diciendo
que los ricos comenzaron a entrar en la Iglesia en can-
tidades sie
m
pre crecientes a partir de finales del siglo
IV,
a
m
enudo para cu
m
plir funciones de liderazgo en calidad
de obispos y de escritores cristianos; fue la entrada en las
iglesias de riquezas y talentos nuevos, a partir del año
370
,
aproxi
m
ada
m
ente
. D
esde entonces, co
m
o
m
ie
m
bros de una
religión a la que se habían su
m
ado, los ricos y poderosos
pudieron pensar en la posibilidad de una sociedad total
m
ente
cristiana
,
lo que saciaría la aspiración de
m
uchos obispos
:
ser los pensadores y gobernantes de toda Europa.
Pero
f
unciones de liderazgo en la
I
glesia
,
lo que conoce
m
os
co
m
o
clero
”,
un esta
m
ento social segregado de la
m
asa de
fieles, ya estaban establecidas en la Iglesia mucho antes
del siglo
IV. E
l esta
m
ento clerical y la desviación del ideal
evangélico que co
m
porta tienen profundas raíces que se
perciben ya en las pri
m
itivas co
m
unidades cristianas
. E
n
todo caso
,
co
m
o bien dice el libro que co
m
entamos
, R
eligión
y
E
vangelio
,
llevados a la práctica con la
m
ás exacta fideli-
dad
,
no pueden convivir
,
y
m
enos aún fundidos y confun-
didos
,
co
m
o ha sucedido a lo largo de tantos siglos.
El texto evangélico presenta curaciones que Jesús hacía
incluso en días en los que la
R
elign prohibía todo tipo de
actividad
. S
u aserto
:
S
e hizo el
S
ábado para el ho
m
bre y no
el hombre para el Sábado
, significa que la religión que tiene
sentido es sólo la que sirve a la hu
m
anidad
. L
a
R
eligión que
J
es conoció en su época y la que se vivió hasta ahora estuvo
no al servicio de las personas en general sino para beneficio
del esta
m
ento clerical que la gestiona y controla
. E
n el caso
de nuestra
I
glesia
C
atólica
R
o
m
ana basta con leer su
C
ódigo
de Derecho Canónico para comprobar eso.
P
ero lo peor del caso es que los intereses de ese esta
m
ento
pasan por el
m
anteni
m
iento de una buena relación con los
poderes de este
m
undo y asignan al
E
vangelio la funcn de
legiti
m
ar esos poderes por injustos que sean
. P
or eso
,
la fun
-
ción que el
M
agisterio eclesial parece haberse asignado
es la
de
m
antener a los fieles en un estado de so
m
eti
m
iento e igno
-
rancia tal que no cuestione ni el poder clerical ni el siste
m
a de
do
m
inación
establecido
. E
n esa nea la práctica religiosa que
se fomenta consiste en aceptar determinadas creencias y
cumplir preceptos que implican la asistencia, que no parti-
cipación, en determinados cultos litúrgicos.
N
o se podía dar
m
ayor inversn del objetivo del
E
vangelio
,
de la enseñanza de Jesús. Él tiene claro que el reino que
quiere construir no se parece a los reinos de este mundo
que se basan en el dinero y en el poder de dominacn
. L
a
expulsión de los
m
ercaderes del
T
emplo, lo mismo que las
curaciones en
S
ábado
,
y otros signos que
J
esús hizo
,
co
m
o
la conversión en vino de celebración festiva el agua destinada
a purificaciones rituales
,
nos
m
uestra que el
M
aestro concibe
la relación del ho
m
bre con
D
ios no co
m
o el cu
m
pli
m
iento
de preceptos y rituales, y el pago de tasas al
T
e
m
plo, sino
co
m
o la búsqueda de la salud, el bienestar y la felicidad
de las personas.
El mismo papa Francisco acaba de reconócelo por penúltima vez, en encuentro”
privado” con un grupo de jesuitas ngaros, con estas palabras jerárquicas :”hay
resistencias terribles a la aplicación del Concilio Vaticano II”.
Y es que, grafiado a modo de rima el artículo (obispos-Francisco), tan solo falta
añadir que la preposición “contra” que los matrimonia gramaticalmente, indica
“oposición, lucha o enfrentamiento”. Esto explicaría que algunos hubieran preferido
hacer uso del término “enemigo”, aún con el convencimiento académico de “aversión,
o inclinación desfavorable entre dos o más personas”.
El hecho es que, con terminologías reverenciales o irreverenciales, de palabras y de
obras, curas y obispos, también y más en España, no demuestran con nitidez y
catequesis evangélica la devoción-acogida manifestada a Francisco, del mismo modo
que, por ejemplo, a los dos papas anteriores a él, elegidos con idénticas garantías
canónicas y en presencia del Espíritu Santo. Los medios de comunicación hispanos no
tienen rubor alguno en titular así el hecho, aún reconociendo que, de vez en vez,
Jorge Bergoglio premia a algún español, o española, encomendándoles alguna
gestión de relieve en el organigrama de la institución eclesiástica.
Avala el diagnóstico con claridad meridiana la negativa del papa Francisco a
visitar personalmente España, habiéndolo hecho más de una vez a otros países, con
motivos, al menos en teoría, de rango religioso inferior. Juan Pablo II y Benedicto
XVI, polaco uno y alemán el otro, aportan mayor relevancia a la negativa de hacerlo
él, de lenguaje, tradiciones y costumbres hispanas.
El hecho de que obispos y curas de España no están mayoritariamente de acuerdo con
el papaFrancisco es real, tangible y fácilmente demostrable, y que además extraña
en parte importante de la Iglesia universal y también en el resto de los españoles, que
no se profesen católicos, apostólicos y romanos de toda la vida.
La Iglesia española, la nuestra, la de los Reyes Católicos, la de los descubridores,
conquistadores, avasalladores y evangelizadores del Nuevo Mundo, da la impresión
de haber anidado en la mente pontificia del papa Francisco, sin que, por otra parte, en
el episcopado español se hayan efectuado cambios penitenciales de arrepentimiento,
de petición de perdón y propósito de enmienda.
El clero y más el episcopado en general actual hispano,
no admite, por ejemplo, la
desclericalizacn
a cuyo proceso pastoral y teológico intente so
m
eterlo el papa.
¿P
ero
quién es él como para que un chisgarabís cualquiera, aprendiz de laico o de laica, aún
con títulos universitarios superiores en Ciencia Sagradas -Teología, Biblia y Cánones-
, sea capaz de chistarle a su obispo, al no estar de acuerdo con los procedimientos y
comportamientos al uso, en el marco de un mundo nuevo en el que viven?
¿Se percataron de que tal mundo es distinto al del que feudalmente se asoman
los obispos por las balconadas de sus palaciegas mansiones, ornamentadas con sus
correspondientes escudos de armas y privilegios “divinos y humanos”, por aquello de
ser y reafirmarse en la idea y concepción de ejercer de “Sucesores de los Apóstoles?.
Las puertas de la Iglesia se las abrió, por igual, a clérigos y laicos el bautismo y
no consagración posterior alguna. No les abrió a los primeros las del AMÉN, y a los
segundos las del NOS. Es herético y anti eclesial creer y practicar que cualquier otra
consagración ulterior superara en cristiandad al bautismo.
C
uras y obispos en
E
spaña
están en gran parte y proporción
,
en contra del papa
F
rancisco, por cuya
conversión
celebran, o
m
andan celebrar
m
isas
, rezan y le piden
a
D
ios que lo antes posible les sean abiertas de par en par las puertas de la jubilación o
las del cielo
,
y a no dificultar en nada el ejercicio de su episcopado
, m
eta de toda carrera
que se precie de eclesiástica, a la que, con vocación o sin ella, orientaron sus pasos.
El problema es grave
. E
stre
m
ecedora
m
ente grave
. “E
spaña está a la cabeza del co
m
plot
contra el papa Francisco” es titular que con relativa frecuencia y tristeza aparece en
los medios de comunicación que nos sirven y de los que nos servimos.
F
rancisco cuenta con
m
enos a
m
igos entre el clero espol y parte i
m
portante de los
cató
-
licos de toda la vida”, que entre quienes se profesan seguidores de otras religiones o
de ninguna de ellas. Las estadísticas son de fiar. Tienen mucho de “palabra de Dios”.
MENTIRAS EN
LA IGLESIA
“M
entira
y
educación
desarrollo o perfec
-
ciona
m
iento de las facultades intelectuales y
m
orales de la persona
”–
son tér
m
inos
,
de por
sí, antitéticos. Ni riman, ni ninguna de sus
notas se coordinarán al pretender formalizar
“con carácter serio y estable
el concierto
de la convivencia entre los seres humanos.
De todos los lugares en los que haya hecho
acto de presencia la
m
entira
,
revestida de sus
símbolos o apariencias, la educación huye y
se exilia de prisa y corriendo. La mentira y
la educación recorren ca
m
inos distintos
. D
ia
-
m
etral
m
ente opuestos
. L
as metas son contra
-
rias y enemigas.
H
oy por hoy fijo la atención en el á
m
bito de lo
religioso y
,
de entre tantas sugerencias
,
sub
-
rayo algunas de relevante importancia en el
proceso de la edificación
-
for
m
ación en la fe.
En general se percibe que la educación, por
religiosa que se procla
m
e aún con las
m
áxi
m
as
garantías jerárquicas doctrinales y ético
-
m
orales
,
apenas si tiene funda
m
entos evangélicos
. E
stos
son prevalente
m
ente burocráticos
,
y lo que se
intenta es perpetuar institucional
m
ente estilos
de vida y co
m
porta
m
ientos que a
J
esús le fueron
ajenos y
,
en ocasiones
,
rechazados por
É
l
.
L
a
m
is
m
a idea de
D
ios
,
eje y principio de cuanto
sea y se considere religioso, en la educación
lla
m
ada cristiana
,
se i
m
parte de
m
odo incorrec
-
to y perverso
. L
a idea de
D
ios que con frecuen
-
cia nos es predicada por los
m
edios ordinarios
:
púlpitos
,
a
m
bones
, C
artas
P
astorales
,
consejos
,
exhortaciones
,
ho
m
ilías y declaraciones
,
con
m
itras o sin ellas
,
apenas si alcanzarán el
“V
isto
B
ueno
de
J
es
, “V
erbo
y
“P
alabra
”,
única y
A
ntonio
A
radillas es un sacerdote y escritor
sorprendente
. H
a escrito muchos libros y
artículos
,
y lo sigue haciendo a sus
95
años
.
E
l artículo que figura en esta página
parece ser que es el más reciente. No
todos ellos son sobre temática religiosa,
pero por lo general son todos bastante
críticos co
m
o los que presenta
m
os aquí.
Aradillas pertenece a una generación de
clérigos que se entusias
m
ó con el
C
oncilio
V
aticano II y tenía gran ilusión acerca de
sus resultados para la necesaria regene
-
ración de la Iglesia
. D
espués vino la frus
-
tración y desencanto por la incapacidad
eclesial para su autorreforma, sobre todo
durante los pontificados de Juan Pablo II
y
B
enedicto
XVI. M
uchos sacerdotes aban
-
donaron la vida religiosa
. A
ntonio
A
radillas
sigu siendo sacerdote pero
,
dado que no
cesaba de criticar lo que había que criticar
,
su obispo lo expulsó de la
A
sa
m
blea
C
on
-
junta de obispos y sacerdotes en 1971 y
lo suspendió a divinis en 1982.
P
arece que hoy Antonio Aradillas está
mejor considerado en la Iglesia. Él tiene
m
ucha esperanza sobre el proceso de re
-
novación eclesial que quiere impulsar el
papa
F
rancisco
. Q
uiera
D
ios que quienes
comparti
m
os esa ilusión no sufra
m
os una
decepción como la del siglo pasado.
F. Castaño
verdadera
. C
on tal concepción de
D
ios difícil
m
ente es posible ser y ejercer de cristianos y
,
a veces
,
ni siquiera de personas hu
m
anas
,
tal y co
m
o dog
m
atizan los
L
ibros
S
agrados
.
Dios no es un ogro o ser fantástico, todopoderoso, lejano, apartado de la realidad,
siempre con el ojo avizor para castigar pecados o faltas de reglamento que, con la
mejor de las intenciones, sus administradores o representantes tuvieron a bien
redactar bajo el epígrafe de “Mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia”.
El “pecado” y el “infierno”, tal y como hemos sido, y somos, educados en la fe
recibida y mantenida en los tiempos infantiles, de la adolescencia, de la madurez,
en el ejercicio de la profesión y en el retiro o jubilación, demandan planteamientos
veraces, que coincidan con exactitud con los contenidos en el Evangelio, siguiendo
con fidelidad sus enseñanzas y ejemplos.
El aserto inmoral de que “fuera de la Iglesia no hay salvación” y tantos otros a
favor de la institución eclesiástica, tal y como canónicamente está estructurada en
la actualidad, constituye una burda mentira a la que antes y ahora, no pocos
etiqueten de “piadosa”. ¡Gracias sean dadas a Dios y al papa Francisco salvadora-
mente empeñado en purificar la Curia y los curiales, con torrentes de aguas
lustrales y grandes dosis de incienso.
Multitud de predicadores y evangelizadores, de toda clase y categoría, y con signos
y símbolos litúrgicos de las más altas alcurnias feudales, se han comportado y
comportan como mentirosos nada menos que en la tarea-ministerio de la educación
religiosa a la búsqueda del Camino, de la Verdad y de la Vida.
E
l capítulo del
A
ño
C
ristiano
,
beatificaciones y canonizaciones
con la política
religiosa
que lo inspira y justifica en
m
últiples ocasiones
,
lla
m
a la atencn de
m
odo especial de
quienes se sienten vocacionados a separar la cizaña del trigo
,
con el que se identifica
J
esús
por
y
en
la
C
o
m
unión de la
I
glesia con la definición paulina de
“C
uerpo
M
ístico
”.
La Iglesia está necesitada de mucha más verdad de la que aparenta poseer, y de la
que sus administradores oficiales creen que tuvo y sigue teniendo. La mentira
rezuma por sus poros, ceremonias, ritos, emblemas y artilugios clericales, junto con
sus fórmulas. La verdad recusa los ornamentos sagrados. Buenas y ponderadas
porciones de claridad, transparencia, luminosidad, limpieza, ventanas y puertas
abiertas… hacen Iglesia a la Iglesia. El misterio, la ocultación, la oscuridad,
encerrar y encerrarse, la clandestinidad… desaloja a los cristianos de la propia
Iglesia, sin necesidad de ulteriores desahucios.
Cuanto se relaciona con la sexualidad, como asignatura y comportamiento de vida
propia y ajena, así como con la mujer en general, la Iglesia miente. Se muestra
incapacitada consciente o inconscientemente para proclamar la verdad.
La calificación de “suspensos” en la educación en la fe, es destino cierto para
docentes y discentes. Si solo la Verdad hará libres, la mentira y su ministerio
encadenará a perpetuidad.
Causa sorpresa y escándalo que las mentiras “religiosas” relacionadas con la
sexualidad, que se les siguen predicando a las personas mayores, los niños “pasen”
ya de ellas, por haberlos acercado a la santa verdad los educadores en sus
respectivos centros docentes oficiales.
Hipocresía sobre el aborto
C
on ocasión del fallo del
T
ribunal
C
onstitucional acerca del recurso del
PP
a la
“L
ey de
plazos
del aborto
,
se pueden leer últi
m
a
m
ente en la página
w
eb de
RELIGIÓN DIGITAL
,
segura
m
ente ta
m
bién en otros
m
edios
,
titulares y pronuncia
m
ientos co
m
o los siguientes
:
Munilla condena la ideología de la cultura de la muerte disfrazada de
argumentario jurídico legalista
García Magán: Lamentablemente significa poner en crisis uno de los
fundamentos fundamentales de una sociedad democrática como es el
derecho a la vida”
E
l arzobispo de
O
viedo condena
la prisa
m
atarife
del
TC
al avalar la ley de plazos
Jesús Sanz acusa al Constitucional de ser la terminal judicial de este
gobierno a la deriva
S
on titulares o citas textuales de artículos en los que se explicita la condena contra el aborto
y se enfatiza el derecho a la vida de los nasciturus
. Q
uienes rechazamos al aborto
,
y
ade
m
ás lo hace
m
os desde posiciones de la
I
zquierda política nos senti
m
os especial
m
ente
interpelados por comentarios que sazonan esos artículos, como el siguiente:
A
hora a seguir defendiendo a este gobierno
,
los socialistas cristianos
...
S
ocialis
m
o
y cristianis
m
o son absoluta
m
ente irreconciliables
. A
ver si alguien se sigue creyendo
que el socialismo es justicia social para los que menos tienen y hasta ahí.
Es, pues, necesario aclarar que lo que molesta a ese personal es precisamente que la
Izquierda política tenga apoyo y simpatías en los sectores cristianos. Lo de la lucha
contra el aborto es hipocresía, un pretexto para mover electoralmente a favor de la
Derecha a quienes nos horroriza la práctica del aborto. Hay que aclarar, pues, que en
la política del PP y otras fuerzas de la derecha hay muchas más cosas que deben
horrorizar a quienes están sensibilizados sobre la compleja problemática humana,
especialmente la que refleja la lucha de clases.
Pues de eso se trata, lo que se ventila en los procesos electorales no es la cuestión de
aborto sí, o aborto no. Que de unas elecciones, generales, autonómicas, europeas o
municipales, salga un ganador de Izquierda o de Derecha implica más consecuencias
que las relativas al tema del aborto. En realidad, el resultado electoral es
absolutamente intranscendente para el tema del aborto, como vamos a ver. Durante
los 8 años del Gobierno de Aznar, éste no hizo nada para anular las leyes del anterior
Gobierno socialista que permitían el aborto en ciertos casos. Y durante los 7 años del
Gobierno de Rajoy éste tampoco hizo nada para anular la “Ley de plazos” del aborto
propuesta y aprobada durante el mandato de Zapatero, e incluso se cesó a un Ministro
de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que pretendía tomar alguna iniciativa en ese
terreno. Y todo con ello con el silencio más absoluto de los obispos sobre el tema.
Los votantes de la Derecha recurren al aborto y al divorcio no menos que los de la
Izquierda, por eso es políticamente desaconsejable legislar contra esas cuestiones,
pero se pueden sacar estos temas hipócritamente en momentos preelectorales como el
actual para influir sobre personas desinformadas. A los obispos de este país no les
interesa incomodar a las fuerzas políticas de la Derecha, por eso guardan silencio
sobre el aborto durante las etapas de gobierno del PP, y se posicionan virulentamente
sobre el tema cuando ello puede beneficiar a un PP en la oposición.
G
uardan silencio ta
m
bién sobre la política antisocial de la
D
erecha, la explotación de la
clase dominante sobre la mayoría de la población, los recortes salariales, en la sanidad
y la enseñanza
,
el creci
m
iento de la desigualdad entre los sectores privilegiados y la gran
m
asa desheredada de la población
,
la corrupción que reflejan los
P
apeles de
P
ana
m
á y
de Pandora, la venta de viviendas sociales municipales a fondos buitre, la carestía de
viviendas para gran cantidad de personas, principalmente jóvenes, la asignación de
becas a estudiantes de familias ricas, el compromiso de nuestro país con la política
agresiva de la OTAN, el rechazo a inmigrantes y pobres en general, especialmente los
que se hacinan en los 16 kilómetros de la vergüenza en la Cañada Real
No se trata de tragar todo lo que asuma el Gobierno socialista y otras fuerzas de
Izquierda. Hay que criticar, y personalmente lo hago por alguno de mis artículos,
sobre la implicación de nuestro país en las guerras del imperialismo norteamericano:
ayer Irak y otros lugares, hoy Ucrania… Y sobre el tema concreto del aborto no hay
razón para no condenar lo que se debe condenar. A través de la página del Foro de
Cristianos GASPAR GARCÍA LAVIANA se puede acceder mi artículo en la
dirección:
https://carleos.epv.uniovi.es/~faustino/foroggl/articulos/pioneras feministas contra el
aborto.html
Se trata de la versión en castellano de un artículo publicado inicialmente en Esperanto
en septiembre del 2018. No condenar lo que se debe condenar es un acto de
hipocresía.
Este tipo de hipocresía, por parte de la Conferencia Episcopal, debe ser contestado. Si
realmente creen en el derecho a la vida como proclaman, deben condenar todo lo que
la que la daña o la pone en peligro: las guerras, la explotación imperialista y la
interclasista, el racismo, la xenofobia. Y en lo referente al aborto, si en un futuro
próximo, Dios no lo quiera, el PP vuelve a gobernar en España, se dedicará a abolir
leyes progresistas aprobadas durante la etapa socialista; de hecho, están prometiendo
eso. Seguramente se dedicarán a privatizar la sanidad y la enseñanza, liberalizar la
política de precios de la vivienda, dañar irreversiblemente del sistema de pensiones,
favorecer todo lo que beneficie a la banca y a los poderes económicos pero
¿abolirán también las leyes relativas al aborto? Es dudoso que lo hagan, pues sería
una medida impopular ya que esas leyes, por desgracia, están generalmente asumidas
por la población. Y en ese caso, ¿serán los obispos tan locuaces como ahora o
guardarán silencio como hicieron durante las etapas de gobierno de Aznar y Rajoy?