De mal en peor
No se resolvninguno de los problemas que nuestro mundo tea hace un año, cuando
finalizaba el 2022, y todo ha ido hacia peor, incluso han aparecido problemas nuevos
cuando termina el o 2023. Hoy hay más guerras que hace un año; a
la de Ucrania, que
no se le ve el final
,
se añadió ahora otra en Oriente Medio, y hay otros conflictos en el
mundo, especialmente en la zona centroafricana, que se pueden agravar.
S
e agravó ta
m
bién el proble
m
a de la
m
asiva in
m
igracn ilegal
,
de
I
beroa
m
érica hacia los
EE.UU.
y de
Á
frica hacia
E
uropa
. E
se flujo no cesa
,
sino que se incre
m
enta
,
pues persiste
y se agrava la causa que lo produce
:
el desequilibrio eco
m
ico
,
la desigualdad entre unas
zonas y otras del planeta
. E
sa realidad de la
m
asiva in
m
igración
,
a su vez
,
genera un rechazo
de naturaleza racista que es uno de los factores que contribuyen al auge de los fascismos.
S
i el año pasado celebrába
m
os la derrota electoral de
B
olsonaro en
B
rasil
,
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m
os
de la
m
entar la victoria de
J
avier
M
ilei en
A
rgentina
. B
olsonaro apoyó la privatización de
e
m
presas públicas
,
recortes en la educación y en la protección a los grupos indígenas en la
selva a
m
azónica
. M
ilei trae un progra
m
a de gobierno que incluye privatizar
41
e
m
presas
estatales
,
recortes de derechos sociales y gasto blico
,
facilitar el despido laboral
,
legislar
m
arginando al
P
arla
m
ento y sofocar violenta
m
ente las protestas ciudadanas
.
S
orprende que consigan apoyo electoral políticos que claramente persiguen objetivos
contrarios a los intereses de la mayoría de la población. El caso es que también en
Europa, e incluso en nuestro país, se fortalecen las opciones políticas que vienen a
degradar el Estado del bienestar por medio de recortes y privatizaciones de empresas
y servicios públicos, así como desatender lo referente a la conservación del medio
ambiente. Se facilita ese tipo de negativa evolución política fomentando la ignorancia
y el desinterés de la mayoría de la población sobre los asuntos públicos.
También es decepcionante, en este final de año, la situación en la Iglesia. En el perí-
odo anual que conte
m
pla
m
os
,
concreta
m
ente del
4
al
29
de octubre
,
tuvo lugar en
R
o
m
a
la Asamblea general del Sínodo de la Sinodalidad. El proceso debe continuar en este
año 2024 que empieza, pero por la temática que aborda, la forma en que lo hace, los
protagonistas del proceso y los intereses que los
m
ueven
,
cabe temer que todo culmine
en algo superficial e intranscendente. Es decir, que en definitiva la Iglesia se limite a
abordar los problemas que ella misma tiene como institución y no el hecho de que no
esté cumpliendo la función que Jesús asignó a sus seguidores.
L
a descripción que presenta
m
os de la situación actual puede parecer bastante pesi
m
ista
,
pero, en realidad, ¿es que la situación del mundo, y de la Iglesia, alguna vez estuvo
mejor? Es la realidad que nos toca vivir y en la que tenemos que desenvolvernos.
Como seguidores del Maestro Jesús de Nazaret estamos convocados a trabajar por la
implantación del Reino de Dios y su justicia. La situación no es favorable, pero Jesús
nos anima: No temáis, estaré con vosotros hasta el fin del mundo.
B
oletín nú
m
. 55
- 31 de diciembre de 2023
El resultado de una fórmula, aparentemente sencilla pero profundamente influyente,
define las condiciones de vida de las familias: ingresos menos gastos. El equilibrio
entre ambos componentes -que marca la salud de cualquier economía, ya sea
doméstica o de gran escala- encuentra en la vivienda el elemento central que más
desajustes genera.
En los últimos años, la vivienda se ha convertido en un gran pozo sin fondo para
numerosas familias, sobre todo para aquellas con menos ingresos. Los gastos
relacionados con el pago de la casa y sus suministros son -con diferencia- los que más
se han incrementado en los presupuestos familiares, desequilibrando así las
economías de millones de familias en nuestro país. De hecho, las familias con menos
ingresos invierten más de seis de cada 10 euros (63%) a gastos de vivienda,
suministros y alimentación frente a los menos de cuatro de cada 10 euros que gastan
las familias con mayor nivel de ingresos.
Tres millones de hogares (16,8%) quedan además por debajo del umbral de la pobreza
severa una vez pagado estos gastos básicos. Así lo refleja el informe ‘Ingresos y
gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida’, presentado este martes
por Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Daniel Rodríguez,
miembro del equipo de estudios de la Fundación FOESSA.
Los efectos de la inflación
El estudio señala que, si bien es alentador que los ingresos en España hayan
experimentado un incremento del 11% desde 2008, lo cierto es que el contexto
inflacionario de los últimos meses ha provocado que los gastos familiares hayan
aumentado en un 30%. Esta disparidad es aún más acusada entre los hogares más
humildes, ya que el incremento de ingresos en estas familias ha sido prácticamente
inexistente (0,5%).
Esta disparidad entre el crecimiento de los ingresos y el aumento de los gastos -unido
al elevado porcentaje de trabajadores pobres (11,7%), y la baja cobertura e intensidad
protectora de los ingresos mínimos (solo lo perciben el 44% de la población en
pobreza severa)- está provocando que se desborde la capacidad de muchas familias
que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad. De hecho, el porcentaje de
hogares en pobreza material severa se sitúa ya en el 8,1% de la población (3,8
millones de personas).
“Uno de los elementos que queremos poner sobre la mesa es que si bien es necesario
abordar la ecuación ingresos-gastos de manera simultánea, probablemente el déficit
más pronunciado se encuentra en la actualidad en la esfera de los gastos. Así, a pesar
de un crecimiento moderado pero constante en los ingresos, los gastos, con mención
especial a la vivienda, se han elevado de manera notable lo que ha generado desafíos
significativos en términos de asequibilidad y sostenibilidad financiera para numerosos
hogares”, apuntó Daniel Rodríguez.
Vivienda, factor determinante
En este contexto, la vivienda se presenta como el factor determinante que desequilibra
la ecuación "ingresos menos gastos". Según el último dato de la Encuesta de
Condiciones de Vida del INE (2022), el número de familias que no pudieron
mantener su vivienda a una temperatura adecuada aumentó un 189% con respecto a
2008. En concreto, el gasto en electricidad aumentó un 82%, mientras que en el caso
de los combustibles líquidos para el suministro de calefacciones fue del 180%.
El esfuerzo que debe hacer una familia para adquirir un techo donde vivir también
está al alza. Hoy son necesarios 7,7 años de renta bruta anual para comprar una
vivienda contra los 2,9 años que eran necesarios en 1987. “No solo se necesitan más
años, sino que, en la mayoría de los casos, los ingresos se conforman desde diversas
fuentes, ya que hay muchos más hogares que cuentan con más de dos aportes gracias
a la incorporación de la mujer al mercado laboral”, subrayó el sociólogo de la
Fundación Foessa.
La compra de una vivienda no es la única causa de tensión que sufren las economías
domésticas. La mitad de las familias que cuentan con una casa en alquiler también
sufren estrés financiero. Según datos de EINSFOESSA 2021, con datos de 2020, un
tercio de la población en alquiler están en situación de estrés moderado y, lo que es
aún más preocupante, el 16% de la población en alquiler experimenta un nivel
extremo de estrés financiero. Esto quiere decir que el pago del alquiler supone más
del 60% de sus ingresos.
“Como hemos aprendido en la Gran Recesión financiera de 2008, estas situaciones
precarias pueden ser la antesala de crisis aún más graves, como los desalojos y las
ejecuciones hipotecarias. Cuando las familias luchan constantemente para cubrir los
costos de la vivienda, se vuelven vulnerables a la pérdida de sus hogares y al colapso
financiero”, señaló Daniel Rodríguez.
Fórmulas para subsistir
En un intento por encontrar soluciones económicas y sostenibles, cada vez más
familias se ven obligadas a recurrir a fórmulas como el subarriendo de habitaciones.
En apenas cinco años, el porcentaje de familias con esta casuística ha experimentado
un notorio aumento, llegando al 6,6% en 2022 (más de 1,2 millones de hogares).
También se está registrando un incremento notorio en el mero de familias que
residen en viviendas inseguras, llegando al 23,2% en 2021, lo que implica que más de
4,2 millones de hogares viven en pisos compartidos o cedidos sin contrato en vigor o
en situación de desahucio. De manera paralela, la cifra de familias que habitan
viviendas inadecuadas, aquellas que no cumplen con las condiciones mínimas dignas
para la vida cotidiana, también ha experimentado un preocupante aumento pasando
del 25% en 2018 al 30% en 2021 (5,6 millones de familias).
Seis propuestas
L
a dificultad de acceso a viviendas dignas y a precios asequibles se presenta
,
por tanto
,
como uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. “Desde Cáritas y la Fundación
Foessa, una vez más, abrazamos este desafío y llamamos a la acción conjunta. Este
informe nos recuerda que, como sociedad, debemos comprometernos a construir un
futuro en el que nadie se vea excluido y donde las condiciones de vida dignas sean una
realidad para todos los ciudadanos”, afirmó la secretaria general de Cáritas Española.
El estudio propone algunas consideraciones tanto en la esfera de los ingresos como en
la de los gastos para mejorar el equilibrio financiero de los hogares. Para ello
considera decisivo:
- A
cciones concretas y efectivas de intervencn para garantizar el acceso a una vivienda
digna y adecuada
. P
or un lado
,
es decisivo a
m
pliar el
m
ero de viviendas sociales en al
-
quiler
,
lo que brindaría a las fa
m
ilias una opcn accesible y segura para obtener viviendas
de calidad a precios asequibles
. P
or otro
,
incre
m
entar el nú
m
ero de viviendas de e
m
ergen
-
cia
,
lo que garantizaría un refugio a familias en situaciones de extrema necesidad y, en
última instancia, que nadie se quedase sin techo por adversidades económicas.
- Planificar y coordinar políticas de empleo focalizadas en los colectivos con un
acceso más complicado al mercado laboral y que tenga en cuenta la situación personal
y familiar de la persona trabajadora, facilitando la conciliación; un acceso a la
formación que no sea exclusivamente online para evitar la brecha digital, y programas
formativos acompañados de acciones socio educativas para las personas que
constituyen colectivos prioritarios.
- Abordar la precariedad laboral desde una perspectiva integral. Para lograrlo,
debemos trazar un camino que continúe en la senda de la reducción de la
temporalidad en los contratos y la parcialidad en las jornadas, permitiendo que más
personas accedan a empleos a tiempo completo con todos los beneficios que ello
conlleva. Y, por último, en esta lucha contra la precariedad, también se deben mejorar
los ingresos, garantizando que estos sean justos y reflejen adecuadamente su
contribución a la sociedad.
Realizar los cambios legislativos necesarios para que las trabajadoras del hogar, en su
gran mayoría, mujeres, alcancen una equiparación plena de derechos laborales y de
seguridad social.
Establecer un sistema de garantía de ingresos mínimos con cobertura suficiente,
alcanzando al conjunto de la población en situación de pobreza severa, incluidas las
personas en situación administrativa irregular. Pero también se hacen necesarios la
simplificación normativa o la posibilidad de que las prestaciones se asignen
automáticamente a las personas que cumplan los requisitos sin necesidad de que éstas
tengan que ser quienes las soliciten.
El mencionado sistema de garantía de ingresos mínimos también debe ofrecer sufí-
ciencia en los
m
ontos
,
es decir
,
que esn de acuerdo tanto a los precios reales y al coste de
la vida, como a la composición familiar. Además, es necesario el compromiso tanto
del Estado central como de las autonomías ofreciendo complementariedad entre las
prestaciones brindadas por cada uno de los niveles de la administración pública.
Al concepto académico del clericalismo”, y a su barbarismo castellanizado de “cle-
ricalización” o “influencia excesiva del clero”, le dedica el papa Francisco un largo
rosario de misterios dolorosos que descalifican y condenan tal actitud-situacn reli-
giosa sin piedad e inmisericordemente. En el diccionario teológico-pastoral “francis-
cano”, apenas si hay otro vocablo en el que se haya hecho coincidir desacreditaciones
tan holgadas, terminantes y rotundas.
Y
no es para
m
enos.
El clericalis
m
o es anti
-
I
glesia
. E
s su desfiguración absoluta, co
m-
pleta y total
. Contraposición y denigrante exposición e interpretación del contenido de
la verdadera Iglesia ideada y testimoniada por Jesús en el Evangelio. Y el clericalismo
además se hizo y hace presente en todos los estamentos, y a los mismos pretende
tornarlos en santos, piadosos y canonizables, sin escatimar procedimientos divinos y
humanos, todos ellos encharcados de hipocresías lacerantes e inmundas.
Y en la perspectiva de tan graves desdichas teológico- pastorales del clericalismo, es
deber informativo referir con presteza que el lugar de su nacimiento y de su cuna fue
precisamente el seminario, en el que se formaron y todavía se forman los futuros
sacerdotes, unos vocacionados y otros no tanto, y funcionarios, por no ser otra su
intención que la de ”hacer carrera eclesiástica” que, pese a todos los pesares, a
algunos les resulta hasta socialmente atractiva y privilegiada.
Los seminarios todavía vigentes son responsables también y de modo eficaz y des-
consolador, de la verdad que vive la Iglesia por lo que respecta al clericalismo que
padece y la descalifica
.
L
a for
m
ación
-
infor
m
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m
partida en los
m
is
m
os es esencial
-
mente clerical y en ella sobraban y sobran los laicos y más aún las “laicas”
.
En los seminarios se educa para ser y ejercer de dioses. “Sacerdos in eternum et
ultra”, es decir, para siempre y por los siglos de los siglos, amén.
Apartados, segregados y alejados del pueblo, porque el pueblo es pecado, mientras
que el clero -y más el “Alto”, y también el “Bajo”, es el santo, el mediador entre Dios
y los hombres, el omnisciente, el perdonador, parte importante de las “fuerzas vivas
de la localidad” y referente -ahora frustrado- de ética y moralidad, más por sus
ornamentos raros, misteriosos y mágicos, sermones y homilías, que en la realidad de
sus vidas familiar, social y convivencial.
D
el convenci
m
iento y vivencia tan constatados y practicados
,
se desprenden la
m
ayoría
de los hechos que e
m
puercan de asco ginas y secciones de los
m
edios de co
m
unica-
ción social que a tantos, y aún mitrados, les obligan a hacer cola en los tribunales
eclesiásticos y en los juzgados civiles, con sus correspondientes consecuencias, pese a
la vigencia de ciertos privilegios más o menos “concordatarios” o asimilados.
Hace siglos, hubo tiempos en los que la Iglesia tenía un poder que daba miedo. La
Inquisición en esta vida, el infierno en la otra, las excomuniones y aquellos sermones que
dejaban a la gente temblando. Pero las cosas han cambiado hasta tal punto que la vida ya no
es como era. Y casi todo es distinto. De tal manera que se nos antoja que estamos en otra
sociedad y en otras condiciones de vida.
Por supuesto, no voy a ponerme ahora a explicar las muchas cosas que son distintas. Y que
no van a volver a ser lo que eran y como eran. Todo eso es evidente. Pero hay cosas que
son la clave de lo que pasa, y ni nos damos cuenta de lo que estamos viviendo.
Me explico. Es un hecho que, sobre todo en los países más industrializados, la Religión
está en crisis. Las iglesias se vacían, cada día hay menos sacerdotes, menos vocaciones
para los seminarios y los conventos, la gente sobre todo los jóvenes van menos a misa y
las fiestas religiosas se han quedado reducidas a festejos que han llegado al punto de que las
devociones de antes se han convertido en diversiones de ahora.
E
s verdad que hay
m
uchos clérigos que no son precisa
m
ente eje
m
plares
. E
sto es verdad
. P
ero
a mí me parece que la raíz de lo que está sucediendo está en otra cosa. ¿De qué se trata?
E
l poder de la Iglesia es el que era y co
m
o era
.
A
l tratarse de un poder religioso
,
es un po-
der
(
dicen los teólogos
)
que viene de
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sto quiere decir
,
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m
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,
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,
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que viene de arriba
(
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m
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)
y se aplica abajo
(
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m
os nosotros
),
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m
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poder vertical
,
que se traduce en un
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m
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P
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(
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,
que ha estudiado en
F
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m
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o robarás
, N
o
m
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O
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,
prohibir
,
prohibir y prohibir
(Re G
irard
).
Pero en la vida de los mortales, existe otra forma de poder, que es el “poder seductor”
(citando, de nuevo, a Byung-Chul Han). En este caso, estamos hablando de un poder
horizontal, que no brota del sometimiento, ni enfrenta al sujeto con el que puede más que
él, sino que surge de la “seducción” que le ofrece al ser humano algo de lo que carece y que
es lo que más desea, algo que el sujeto percibe como “superior a mismo” (Peter
Sloterdijk, Has de cambiar tu vida, Valencia, Pre-Textos, 2013, 217).
No voy a especular sobre estas dos formas de poder. Que las dos existen, es indudable. Que
la Religión ha usado y abusado del “poder vertical”, no se puede negar. Que echando
mano a esa forma de poder, ahora se ve cada día más marginada, es algo que ni los más
religiosos lo pueden dudar. ¿Qué hacer, entonces?
Y
o estoy obsesionado por el
E
vangelio
. E
l
E
vangelio no es
R
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ueron los dirigentes del
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m
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,
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I
glesia
no tiene palacios y catedrales
,
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m
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,
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m
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,
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esús
,
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”.
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m
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m
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B
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J
esús y
su for
m
a de vida
. E
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m
e
m
os esto en serio
,
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con seguridad todo lo que no soporta
m
os como opresiones que ya casi nadie soporta.
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r
r
a
a
24.12.2023 José Antonio Pagola
Hay quienes viven la religión como «desde fuera». Pronuncian rezos,
asisten a celebraciones religiosas, oyen hablar de Dios, pero se limitan a ser
«espectadores». Como dice el pensador francés Marcel Légaut, lo viven
todo desde una «representación extrínseca» de Dios. No «entran» en la
aventura de encontrarse con Dios. Se quedan siempre a cierta distancia.
Sin embargo, Dios está en lo íntimo de cada ser humano. No es algo
separado de nuestra vida. No es una fabricación de nuestra mente, una
representación medio intelectual o medio afectiva, un juego de nuestra
imaginación que nos sirve para vivir «ilusionados». Dios es una presencia
real que está en la raíz misma de nuestro ser.
Esta presencia no es evidente. No se capta como se captan otras cosas más
superficiales. Se la percibe en la medida en que uno se percibe a mismo
hasta el fondo. Su misterio es tan inalcanzable como lo es el misterio de
cada ser humano. Dios se me hace presente cuando me hago presente a
mismo con verdad y sinceridad. No es posible entrar en la experiencia de
Dios si uno vive permanentemente fuera de sí.
Sin esta apertura interior a Dios no hay fe viva. La voz de Dios comenzamos
a escucharla cuando escuchamos hasta el fondo nuestra verdad. Dios actúa
en nosotros cuando le dejamos activar lo mejor que hay en nuestro ser.
Toma cuerpo en nuestra existencia en la medida en que lo acogemos. Su
presencia se va configurando en cada uno de nosotros adaptándose a lo que
le dejamos ser.
La puerta para lo divino
Lo humano y lo divino no son realidades que se excluyen mutuamente. No
tenemos que dejar de ser humanos para ser de Dios. Lo humano es «la
puerta
»
que nos per
m
ite
«
entrar
»
en lo divino
. D
e hecho
,
las experiencias
m
ás
intensas de comunicación, de amor humano, de dolor purificador, de belleza
o de verdad son el cauce que mejor nos abre a la experiencia de Dios.
N
o es extraño que el evangelio de
J
uan presente a
C
risto
, D
ios hecho ho
m
bre
,
como la «puerta» por la que el creyente puede entrar y caminar hacia Dios.
En Cristo podemos aprender a vivir una vida tan humana, tan verdadera, tan
hasta el fondo, que, a pesar de nuestros errores y mediocridad, nos puede
llevar hacia Dios. Pero hemos de escuchar bien la advertencia del evan-
gelista. La Palabra de Dios «vino al mundo», y el mundo «no la conoció»;
«vino a su casa», y «los suyos no la recibieron». (Juan 1,1-18)
Una reflexión sobre el artículo de J. A. Pagola
Se comprende perfectamente que por ese texto Pagola previene contra una
forma superficial de religiosidad, es decir, una mera relación ritual con un
Dios con el que no nos compenetramos. La advertencia es oportuna, y el
procedimiento que propone es adecuado. Pero se echa de menos, en la
enseñanza que Pagola imparte, que la relación con el Dios que está en lo
íntimo de ser humano no es la meta, no es un fin en sí misma.
T
al experiencia de
«
entrar
»
en lo divino
,
co
m
o
P
agola lo define
,
puede ser
m
uy
gratificante, lo saben muy bien todos los místicos y las personas con espíritu
contemplativo. Los discípulos que acompañaron a Jesús en la experiencia
del Tabor querían construir unas tiendas para instalarse allí, pues
«
se sentían
muy bien allí
»
. Pero puede ser tan incompleta la relación que el hombre
establece con Dios en el culto de los templos y santuarios como la que se
realiza en el fondo del corazón humano. Quizá haya que hacer también la
advertencia de:
N
N
o
o
q
q
u
u
e
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d
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o
s
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n
t
t
r
r
o
o.
Si nos atenemos a la enseñanza de Jesús, la relación más perfecta con el
Padre es la que se concreta en el amor al prójimo. Los santuarios donde
Dios quiere que se le rinda culto son los seres humanos, especialmente los
más desgraciados y necesitados. La mejor oración es ayudar a los hermanos
que nos necesitan, y el culto más puro es la solidaridad con las víctimas de
tanta situación de violencia e injusticia que se da en nuestro mundo.
Tenemos que estar alerta ante el hecho de que las devociones que las
religiones promueven parecen no tener más objetivo que poner a la gente a
mirar para el cielo para apartarla de la implicación en la solución de la
problemática humana. Pero el mensaje de Jesús es claro: Tuve hambre y me
disteis de comer… estuve en la cárcel y me visitasteis… fui forastero y me
acogisteis… Ese es el culto que a Dios le place recibir.
Cada año, en fecha próxima al 11 de diciembre, aniversario de la muerte del cura
guerrillero Gaspar García Laviana, en nuestra región algunas personas le
siguen recordando con algún tipo de homenaje que significa que asumen la
enseñanza del testimonio de vida que dio. 45 años después de la muerte de
Gaspar en Nicaragua, en la lucha guerrillera contra el régimen de Somoza, son
varios los grupos que le recuerdan y diversa la actividad que desempeñan en esta
sociedad diferente pero no menos injusta y complicada que la que le tocó vivir a
Gaspar. Aquí vamos a centrarnos en las motivaciones de uno de esos colectivos
que se inspiran en los objetivos que el cura guerrillero se marcó, concretamente
el Foro de Cristianos Gaspar García Laviana.
Este colectivo se fijó como objetivo contribuir a mantener vivo el recuerdo del
sacerdote misionero y guerrillero, pero no se trata de simple homenaje personal a
la figura de Gaspar sino de resaltar los ideales que le motivaban. Y aquí vemos
que sus preocupaciones, siempre a favor de las personas más débiles y
desprotegidas, le llevaban inexorablemente a afrontar la problemática humana en
dos ámbitos: el religioso y el social. Es decir, estamos ante alguien que
comprendió que el seguimiento de Jesús de Nazaret compromete a involucrarse
en la liberación integral de la persona. Es así cómo lo vemos desde el Foro que
lleva el nombre de Gaspar, comencemos por la problemática social.
Por la naturaleza clasista del sistema dominante, una gran masa humana está
condenada a una existencia miserable para mantener el status privilegiado de
otros colectivos humanos. Las formas de esa dominación clasista evolucionan a
lo largo de la historia pero en esencia se mantiene la desigualdad social en las
relaciones económicas: el bienestar de unos grupos sociales se asienta sobre la
explotación y la precariedad de amplias masas humanas. De hecho, la historia
humana es la lucha interminable entre quienes pretenden superar esa injusta
realidad y los beneficiarios de ella que la quieren conservar a toda costa.
En nuestro ámbito cultural, la lucha por una sociedad más justa e igualitaria tiene
ya el referente antiguo del profetismo bíblico. Figuras prominentes del
movimiento profético pagaron con su vida su intento de promover la justicia.
Jesús de Nazaret se inscribió en la tradición profética y también pagó con su vida
su desafío al sistema dominante. Convoca a sus seguidores a trabajar por su
proyecto y les anuncia que se les perseguirá como a él y a los profetas. Gaspar
sabía a lo que se enfrentaba cuando decidió involucrarse en la defensa de las
clases más oprimidas de aquella Nicaragua en la que ejercía su labor misionera.
No fue su participación en la lucha guerrillera lo que le llevó a la muerte; ya
estaba sentenciado antes de tomar las armas.
Lo que el modelo de Gaspar inspira al Foro que lleva su nombre no es una forma
concreta de afrontar la injusticia social, sino precisamente la enseñanza de que se
deben afrontar las situaciones injustas con el fin de superarlas. En nuestro
ámbito social no se dan las condiciones extremas que Gaspar conoció en la
Nicaragua de los años 70, pero hay abusos y situaciones inhumanas que
inevitablemente interpelan a quienes, deseando seguir al Maestro Jesús, se
sienten convocados a trabajar por un mundo más justo y solidario. Y esto nos
lleva a la otra faceta de los afanes de Gaspar, que su Foro quiere asumir: la
problemática religiosa.
La Teología de la Liberación que nació y se desarrolló en Iberoamérica
precisamente durante la etapa misionera de Gaspar G. Laviana, y que él asumió,
es una toma de conciencia sobre el enorme abismo, que se dio durante largo
tiempo, entre la enseñanza de Jesús y la práctica eclesial de elaborar doctrinas y
promover devociones que alejan a la gente del proyecto liberador del Maestro.
Por eso, la hostilidad de la Iglesia contra Gaspar y otras figuras de la Teología de
la Liberación no fue menor que la que contra ellos tuvieron los poderes del
sistema de dominación.
En la Iglesia, al igual que en la sociedad en general, no falta gente concienciada
sobre la necesidad de promover cambios tendentes a mejorar las cosas en ambos
ámbitos. El Foro de Cristianos Gaspar García Laviana, en la medida de sus
modestas posibilidades, se inscribe en esas corrientes que luchan y trabajan por
la consecución de un mundo más justo y más humano, y una Iglesia
concienciada sobre su función en ese proyecto. Los materiales de nuestra página
web, al igual que nuestras publicaciones y nuestras declaraciones públicas van
orientados a la promoción de esos valores. Pensamos que esa es la manera más
digna de recordar a Gaspar G. Laviana, actuar como lo haría él si estuviese entre
nosotros.