...«donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos»
(Mateo 18:20). Es evidente que Jesús da mucha importancia a que sus seguidores se
reúnan en su nombre. Incluso describió, en la última comida con sus discípulos, el
contenido y finalidad de esas reuniones. Y ello evidencia también, y sobre todo, que le
da mucha importancia a la existencia misma de una comunidad de seguidores. La
existencia y persistencia de la comunidad de discípulos de Jesús tiene una finalidad.
Cuando Jesús llama a seguirle es para algo concreto, tiene una tarea que asigna a sus
seguidores o discípulos. Él mismo la define así: ...«Como el Padre me envió a mí, a
también os envío yo a vosotros» (Juan 20:21).
Si nos tomamos en serio la condición de seguidores del Maestro Jesús, debemos
examinar si nos afanamos en cumplir la misión que nos encarga, y si nuestras asambleas
responden al objetivo y el espíritu que le harían presente entre nosotros. Es de temer que
no estamos a la altura de lo que Jesús nos encarga. Su convocatoria entraña un
compromiso de servicio al prójimo, de dedicación a la causa de la humanidad, y la
eucaristía es símbolo de ese compromiso y dedicación. Nos lo recuerda el papa
Francisco en una de sus recientes alocuciones:
En este gesto de Jesús al partir el pan, hay un aspecto importante que el
Evangelio subraya con las palabras «se lo di (v. 22). Fijemos estas palabras
en nuestro corazón: se lo dio. En efecto, la Eucaristía recuerda ante todo la
di
m
ensión del don
. J
esús to
m
a el pan no para consu
m
irlo solo
,
sino para partirlo y
darlo a los discípulos, revelando así su identidad y su misión. No retuvo para sí la
vida, sino que nos la dio; no consideró su ser de Dios como un tesoro celoso,
sino que se despojó de su gloria para compartir nuestra humanidad y hacernos
entrar en la vida eterna (cf. Flp 2, 1-11). Jes hizo donación de toda su vida.
L
a enseñanza que esto nos aporta es que la eucaristía no es un
m
ero acto de culto que tiene
sentido por mismo, sino que es un símbolo de algo que tiene que tener su proyección
en la vida, en la actuación del comulgante en el mundo. El papa añade en su alocución:
Entendemos, pues, que celebrar la Eucaristía y comer este Pan, como hacemos
especial
m
ente los do
m
ingos
,
no es un acto de culto desvinculado de la vida o un
m
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m
o
m
ento de consuelo personal
;
debe
m
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m
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J
esús to
m
ó
el pan, lo partió y se lo dio y, por tanto, la comunión con Él nos hace capaces de
convertirnos ta
m
bién en pan partido para los de
m
ás
,
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m
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m
os y
lo que tene
m
os
. S
an León Magno decía: «Nuestra participación en el cuerpo y la
sangre de Cristo no tiende a otra cosa que a convertirnos en lo que comemos».
La comunión, la misa, no tiene sentido si no sirve para recordarnos eso. Reunirse para
recordar a Jesús, como él pedía, tiene la finalidad de recordar su enseñanza, la misión
que nos encarga
. S
i su encargo es trabajar por la fraternidad hu
m
ana
,
es de te
m
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m
iento no se está realizando en el
m
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poco en las iglesias o asa
m
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B
oletín nú
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. 63
- 14 de julio de 2024
cristianas
. P
ara e
m
pezar
,
el hecho de que hable
m
os de iglesias
,
en plural
,
indica que le
estamos defraudando en su deseo de que sus discípulos conserven la unidad. Por lo
demás existen querellas y desunión dentro de nuestra propia Iglesia.
Y
la actitud de los cristianos ante los proble
m
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m
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ucho que desear
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m
os convertirnos en el
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no pode
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os asu
m
ir
los valores del injusto siste
m
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m
inante, el clasismo y la enorme desigualdad
existente
,
la miseria y marginación de amplios sectores de la sociedad con precariedad
laboral y falta de vivienda
,
el rechazo a los in
m
igrantes
,
la justificación de las guerras
que tienen lugar en el mundo y las políticas de intervención en ellas…
L
a vocación de los discípulos seguidores de
J
esús es organizarse para buscar re
m
edios a
todo eso y aplicarse a ponerlos en práctica siendo sal de la tierra y luz del
m
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m
o él
nos pedía
,
actuar en el
m
undo co
m
o levadura en la
m
asa
. E
sto requiere organización
;
el
marco de concienciación sobre esa problemática y la búsqueda de soluciones son las
reuniones en su nombre, en las que él está presente. ¿Se ajusta a ese modelo el tipo de
misas o celebraciones eucarísticas y otras ceremonias y reuniones que tienen lugar en el
ámbito de nuestra Iglesia? Vamos a ver que no.
Q
uien se siente interpelado por la ensanza de
J
esús y convocado por su lla
m
ada, busca a
sus seguidores, busca el ámbito humano o asamblea que sea una prolongación, en el
mundo actual, del círculo de discípulos del Maestro, que se reúnan con la misión y el
espíritu que le harían presente en
m
edio de ellos
. Y ¿
qué es lo que encuentra en las
m
isas y
otras cere
m
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J
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sino que se parece al culto del
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bién a los lugares de culto católico
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. D
esaparece
la fraternidad o ca
m
aradería e igualdad que se supone existía en aquella pri
m
era
co
m
unidad cristiana y reaparece la distancia, física y jerárquica, entre el celebrante
consagrado y el pueblo laico, un esquema organizativo que reproduce en la Iglesia el
clasismo de las sociedades feudal y burguesa
. Y
lo peor del caso es que el
E
vangelio y su
m
ensaje quedan aparcados o
m
arginados entre tanto ritual litúrgico nada participativo
.
S
i Jesús pretendía que sus seguidores se i
m
plicasen en la tarea profética de mejorar las
cosas en la sociedad humana, el culto eclesial desvía la atención del pueblo de la
aplicación por la construcción del Reino de Dios para dirigirla hacia prácticas
devocionales con la sola finalidad de alcanzar la salvación personal. Parece que se trata
precisamente de proteger el injusto orden social existente, y no proceder a su
transformación como pretendían Jesús y los profetas. ¿Es eso reunirse en nombre de
Jesús? ¿Puede estar Jesús presente en ese tipo reunión?
Salió de allí y vino a su patria y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el
sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba
maravillada y decía: ¿De dónde le viene esto? Y ¿qué sabiduría es ésta
que le ha sido dada? ¿y muchos milagros hechos por sus manos? ¿No es
éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y
Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros? Y se
escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: “Un profeta sólo en su patria,
entre sus parientes y su casa carece de prestigio”. Y no podría hacer allí
ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó
imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe (Mc 6, 1-6).
El evangelio que hoy se pone a nuestra consideración se refiere a la vuelta
de Jesús a su patria, Nazaret -aunque en el texto no se dice el nombre-,
pequeña población donde resulta muy fácil que todos se conozcan. Jesús
entra a la sinagoga -en el evangelio de Marcos esta sería la tercera vez que
Jesús va a una sinagoga y, al mismo tiempo, será la última. Allí se dispone a
enseñar. Pero, aunque una multitud le oía y quedaba maravillada, no
faltaron los que no podían aceptar que Jesús tuviera tantas palabras de
sabiduría, habiendo nacido entre ellos. El pasaje nos da algunos datos de
aquel contexto, como, por ejemplo, los nombres de la familia de Jesús,
nombres que pertenecen a lo más propio de Israel y, en ese contexto de
conflicto social con el Imperio, pueden significar resistencia frente a este.
Además, se dice que Jesús es carpintero (Tekton), término que se aplica a
los que trabajan con materiales duros (distinto que a los que trabajan con
arcilla). Por tanto, se podría decir que Jesús era constructor o incluso se
podría decir que herrero, si acogemos otro significado del término.
Lo que interesa resaltar es el rechazo que Jesús sufre por parte de los suyos.
El evangelio de Marcos lo escribe una comunidad perseguida, con lo cual,
muestra, en el rechazo a Jesús, su propia persecución. El texto retoma el
tema de que los “parientes”, los de “su casa” no lo reconocen como profeta.
Que escuchemos a Jesús, profeta de Nazaret
Recordemos el pasaje que hace poco leímos de que llegan a buscarlo su
madre y sus hermanos y Jesús les dice que la familia que se forma en torno
al discipulado, no es la familia de sangre sino la de aquellos que escuchan la
palabra y la practican. Sigue, entonces, vigente la necesidad de entrar a la
casa de discipulado, no quedándose fuera, sin querer entrar a la casa.
El texto añade que no pudo hacer casi ningún milagro por la falta de fe de
sus destinatarios. Ahora bien, el milagro, en los términos actuales, se
entiende como algo extraordinario y la pregunta es cómo se hizo aquello y
al no poderlo explicar por la ciencia, se dice que es un milagro. En tiempos
de Jesús, la pregunta es cómo se descubre la presencia de Dios en un
acontecimiento y en eso consiste el milagro. No va por la línea de cosas
extraordinarias sino por la de la experiencia de fe que permite reconocer a
Dios actuando en la cotidianidad de la existencia. Recobrar ese significado,
que es profundamente bíblico, es bien importante en la iglesia actual, donde
todavía se explota lo extraordinario, dando paso a una religiosidad más
basada en demostraciones que en la sencillez y cotidianidad del reino
anunciado por Jesús.
Frente a este evangelio podemos preguntarnos si no sigue pasando esto en la
iglesia actual. Los que se creen dentro no reconocen muchas veces lo más
esencial del evangelio. Muchas veces son los que más se oponen a la
reforma eclesial, a la sinodalidad, a la paz, al perdón, a la misericordia, al
servicio, a la defensa de los derechos humanos, a la justicia social. Algunos
dirán que no es así. Que por supuesto los cristianos están a la vanguardia de
estos valores. Posiblemente hay muchos cristianos que lo están, pero las
evidencias muestran lo contrario. Lo que dijeron los obispos reunidos en
Puebla, hace más de cuarenta años: “Es un escándalo y una contradicción a
la luz de la fe, la brecha inmensa entre ricos y pobres en nuestros pueblos
latinoamericanos”, sigue vigente. Más evidente aún, es la oposición que se
hace al papa Francisco desde instancias eclesiales. En definitiva, el rechazo
a Jesús que narra el evangelio de Marcos y que sufrla primera comunidad
cristiana, hoy sigue vigente, pero no necesariamente en el mundo secular sino
entre algunos que se dicen creyentes de donde viene menos evangelio, menos
reino de Dios, menos seguimiento al Jesús de la historia.
De Nazaret sale la predicación del reino. De la fe de los que siguen estos
valores sale la posibilidad de transformar nuestra realidad actual. Ojalá que
seamos de aquellos que reconocemos la presencia de Dios en medio de
nuestros acontecimientos y no de los que rechazamos al mismo Jesús con
nuestros actos y decisiones.
El arzobispo emérito de Tánger, Santiago Agrelo, ha sido el protagonista de
la octava edición de la Tribuna Joan Carrera, donde ha compartido su
preocupación por la crisis migratoria que afecta a miles de personas en todo
el mundo. Me indigna la indiferencia que muestra a tanta gente hacia una
tragedia tan grande como es que miles de migrantes mueran cada día
intentando encontrar una vida digna, ha asegurado.
En su intervención, el religioso ha criticado duramente la ignominiosa
campaña de desinformación que existe en las fronteras y ha insistido en el
papel de los cristianos y de la Iglesia para hacer frente a esta mirada
contraria a la migración. “En Europa hemos puesto el cartel de prohibido el
paso y los migrantes son ignorados e invisibilizados. Esto es lo contrario de
lo que dicen nuestras raíces cristianas”.
Ante esta situación, Agrelo considera que, especialmente desde una visión
cristiana, "no podemos dejar aparcada en casa la mirada de Jesús sobre los
pobres, y no podemos dejar de llevar luz a quienes lo necesitan". De la
misma forma, cree que no se puede separar la acción política y la fe
procesada, tal y como se está haciendo con la crisis actual.
Asimismo, reflexionó sobre nuestro papel en las migraciones, recordando
que es precisamente en las sociedades más avanzadas donde se globaliza la
indiferencia ante el sufrimiento de los pobres. “Nunca ayudaremos a los
pobres si no nos vemos nosotros en ellos. Nos encerramos en nuestra propia
carne”. De hecho, se ha mostrado crítico con aquellos sectores de la Iglesia
que en vez de tomar el mensaje acogedor de Cristo, fomentan la visión
excluyente del migrante. “La tragedia del poder excluyente es señalar al otro
como alguien que viene a ocupar tu sitio”.
Finalmente, Agrelo ha invitado a tomarse en serio todo lo que comporta las
migraciones, ya que como cristianos, “nuestra manera de situarnos ante las
m
igraciones dejará a la vista a la Iglesia que somos, y nuestra Iglesia debería
estar comprometida hasta la médula con la acogida de los migrantes.
En la segunda Carta a los cristianos de Corinto que Pablo les escribe el apóstol los anima
a colaborar en la colecta que está haciendo a favor de la comunidad cristiana de Jerusalén,
que está sufriendo una grave situación de escasez y hambruna. Les dice: «Y lo mismo que
sobresalís en todo -en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que os
hemos comunicado-, sobresalid también en esta obra de caridad.» (2Co 8,7).
L
os corintios colaboraron en aquella colecta que alivió la situacn de los cristianos de
J
erusalén
.
P
odemos decir que contribuyeron a crear en la Iglesia la conciencia de la necesidad de
compartir lo que poseemos y que entendemos que hemos recibido como una gracia de Dios.
De la misma manera, los cristianos hemos ido madurando en la reflexión sobre los derechos
y los deberes de las personas para ir construyendo un mundo que esté más de acuerdo con
los designios de Dios. Unos derechos que, en la búsqueda del bien común, no son solo
individuales, sino también sociales. Son aquellos derechos necesarios para mantener una
vida verdaderamente humana: la alimentación, la vivienda, el trabajo, la educación y el
acceso a la cultura, la salud, los transportes, la libre circulación de las informaciones, la
tutela de la libertad religiosa…
E
n relación con el derecho a la vivienda
,
cabe decir que está universal
m
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nuestro país pro
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,
pero esto no i
m
pide que
m
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,
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-
m
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,
no puedan tener acceso a ella
,
porque los precios de los alquileres alcanzan
unos niveles excesivos para muchos, y aún más el acceso a una vivienda en propiedad. Esto
hace también que los desahucios, a veces con consecuencias trágicas, se den cada día.
Acción coordinada de las administraciones
T
ener un hogar es funda
m
ental para una vida digna
. E
s necesaria una acción coordinada de todas
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m
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,
las entidades y la ciudadaa para que el acceso a la vivienda no
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,
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anifestó en la presentación de la
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m
oria 2023 durante la última fiesta de Corpus. En el
m
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m
o infor
m
e se señala que
2
de cada
5
personas de la dcesis de
B
arcelona sufren algún tipo
de dificultad relacionada con la exclusión residencial. Ante esta situación, sería necesario
que, entre todos, hiciéramos efectivo el derecho a la vivienda con medidas prácticas.
Queridos hermanos y hermanas, se debería hacer una reflexión por parte de todos los
estamentos sociales implicados que condujera a actuaciones efectivas en favor de este
derecho humano fundamental, tal como el papa Francisco pidya hace años: «¡Ninguna
familia sin vivienda! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún trabajador sin derechos! […]
¡Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados!».
20 de junio, 2024. José María Álvarez
En España lo más sorprendente, significativo y se podría añadir “escandaloso”, de estas
elecciones al Parlamento Europeo ha sido el voto dado al ultraderechista y agitador
Alvise Pérez, que irrumpe en el Parlamento Europeo nada menos que con tres escaños,
respaldados por800.000 votos, el 4,58% de los sufragios en sus primeras elecciones, que
fundamentalmente son sus seguidores en la redes sociales.
Este hecho es preocupante por varias razones: por el tipo de personaje que es el líder.
Su notoriedad ha crecido a través de Telegram y X (antes Twitter), donde acumula más
de medio millón de seguidores, a pesar de que los contenidos que difunde a menudo son
catalogados como bulos. Esto ha llevado a la suspensión indefinida de su actividad en X
y a que varias personas lo demandasen ante los tribunales de justicia, que unas veces lo
condenan y otras lo absuelven. Ahora, el aforamiento como diputado europeo va a
dificultar más las denuncias contra él.
Alvise preocupa también por las ideas que agitó para provocar la adhesión a él, pues su
discurso ha sido antiinmigración, antifeminista y antisistema democrático, lo que lo
califica como contrario a los derechos humanos fundamentales. Preocupa igualmente por
la cantidad de votos que obtuvo y la edad de sus seguidores: parece que la mayoría de
ellos eran hombres y jóvenes, de entre 18 y 30 años, y algunos de mediana edad.
El crecimiento de la extrema derecha es inquietante para cualquier demócrata, pues están
en peligro objetivos ya alcanzados, al igual que metas que se consideraban prioritarias
para en el futuro: más atención a los servicios blicos, al cambio climático,
implantación o mayor uso de las energías renovables, etc. El negacionismo climático en
estas formaciones es evidente, igual que su anarco capitalismo o su nacionalismo, que no
disimula al querer terminar con la Unión Europea…
Otro hecho muy preocupante es la abstención en toda la UE. En nuestro país, que no fue
donde más hubo ni donde menos, alcanzó el 50,78%. Un dato importante para tener en
cuenta en este análisis: Las zonas de mayor exclusión económica coinciden con las de
menor participación política. Esa concentración de la pobreza crea agujeros negros de
la democracia que no se van a movilizar en ninguna campaña electoral, explica el
politólogo Braulio Gómez, uno de los principales expertos del país en participación y
exclusión. Se detecta la captación de votos en los barrios marginales, atraídos por las
promesas populistas que ofrecen lo que evidentemente no podrán dar.
Pero salta a la vista que un porcentaje tan alto de abstención no solo se alimenta de gente
que vive más o menos en la marginación económica y cultural, sino que la hay en todos
los tramos y categorías de ciudadanos. Hay quienes están decepcionados de los políticos
y todo lo reducen a ese “son todos iguales”, los hay que pasan de todos los problemas
colectivos esperando que sean otros los que los solucionen, los hay que solo se implican
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en las cuestiones que les afectan a ellos exclusivamente… Y otras muchas posiciones,
todas válidas para cada cual, pero que tienen poco que ver con el bien común que para
alcanzarlo debiéramos implicarnos todos.
Es evidente que existe una necesidad general de información, que ha de hacerse de
todas las maneras posibles, sin olvidar la que se lleva a cabo a pie de calle y boca a boca
para que llegue a quienes más necesitan oír un análisis correcto de la realidad social y
política para motivar a la participación y luego vayan a votar a quienes obtengan su
confianza para que defiendan sus intereses individuales y los colectivos.
Educar en el ver, crear una actitud crítica es absolutamente imprescindible para no
dejarse embobar por tanta demagogia como hay y tanto descaro en la propagación de
falsedades. Además, nos informan de lo que quieren y como quieren. Lo vemos
enseguida cuando leemos u oímos a la mayoría de los comentaristas en televisiones y
radios, que con frecuencia nos ofrecen análisis tendenciosos, condicionados por la
ideología de los medios donde trabajan. A esto hay que añadir los bulos que
intencionadamente se difunden para engañarnos o para generalizar la duda.
Además de estar bien informados y capacitados para analizar, ver y comprender mejor la
realidad social también se ha de educar al hacer desde la participación ciudadana en
asociaciones de vecinos, culturales, de solidaridad…, empezando por cosas tan sencillas
como esa de ir a votar. En la UE los políticos que votamos hacen leyes que nos
afectarán, recaudan dinero que luego distribuirán y no es lo mismo que sean unos u otros
los legisladores y los ejecutivos, pues sus ideologías y los programas que defienden para
la UE los distinguen y los condicionan.
Todos tenemos claro lo que hemos de exigir a los políticos: la defensa de los derechos
fundamentales de las personas, que precisamente, como ya dije antes, no respetan los
que son xenófobos, homófobos, misóginos, racistas… Hemos de pedirles xima
atención a los servicios públicos: que los haya, que funcionen bien y que todos puedan
disfrutar de ellos; que cuiden de nuestra Casa Común, el planeta donde vivimos, para
que puedan vivir todos los que en él están y quienes lleguen a él en el futuro.
Los que mejor tienen que comprender la tarea ecológica son los ganaderos, agricultores,
pescadores…, todos aquellos que viven de la tierra y del mar, pues ellos son los
principales gestores de la riqueza natural de la que disponemos. Hemos sido testigos de
cómo algunos políticos han puesto a muchos de estos colectivos en contra de la
protección del cambio climático y del cuidado de la naturaleza. Tienen razón en decir
que ello ha de ser sin menoscabo de una justa remuneración de su trabajo con precios
justos de lo que producen, distorsionados con frecuencia por los intermediarios, que
parece son quienes llevan la mayor parte del valor de lo que ganaderos y agricultores
producen
. E
s desconcertante la diferencia que hay entre lo que reciben estos productores y
lo que paga
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os nosotros en el
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ercado
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U
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Europea. Son cuestiones en las que todos estamos implicados y de las que no podemos
ausentarnos sin perjudicar a todos. Debemos exigir el buen trato de la tierra y de los
productos que de ella sacamos, pero todos debemos cargar con el sobre coste de ello.
En la reciente consulta electoral para el Parlamento Europeo se registró un notable avance de las
fuerzas políticas de la ultraderecha. Es una tendencia que se venía manifestando desde hace algún
tiempo y que ya tenía concreciones políticas en algunos países, también fuera de Europa. Y
también fuera del ámbito político: abundan las corrientes religiosas, fuera y dentro de nuestra
Iglesia, que asumen planteamientos ultraderechistas. Merece la pena dedicar atención a las causas
y significado de este fenómeno.
En primer lugar, e independientemente del ámbito en el que se usen con significado político los
términos “derecha” e “izquierda”, conviene recordar y no perder de vista que definen
posicionamientos en la lucha de clases. Es decir, tienen sentido político solamente en el marco o
contexto de una sociedad estratificada en clases sociales. Clases sociales con intereses distintos y
contradictorios, en pugna. La forma de la lucha puede variar, según las circunstancias económicas,
desde formas relativamente pacíficas, simples huelgas o manifestaciones, hasta situaciones con
diversos grados de violencia, incluso de guerra civil.
En ese contexto de intereses de clase enfrentados, convencionalmente se asignó el título de
“izquierdistas” a las fuerzas que postulan un orden social más justo y equitativo, sin explotación
de una(s) clase(s) sobre otras, y se denomina “derechistas” a las fuerzas interesadas en conservar,
en provecho de los beneficiarios, el orden social y las relaciones económicas existentes. Así
definido el tablero sobre el que se realiza la pugna, parece que, en teoría, todo el mundo debería
saber el lugar que ocupa en la lucha y cuáles son sus intereses de clase. Pero en la realidad las
cosas no son así. Vemos que amplias masas de los desposeídos, los explotados, los perjudicados
del sistema económico, se alinean en la lucha a favor de sus explotadores y expoliadores, es decir
en contra de sus intereses de clase. Los opulentos no podrían mantener la situación económica y
social que les favorece si no tuviesen el apoyo político, electoral, de amplias masas de sometidos,
como viene ocurriendo en los últimos procesos electorales.
El fenómeno no es nuevo. Recordemos a la multitud que pedía a gritos a Pilatos que soltase a
Barrabás y condenase a Jesús de Nazaret. ¿Cómo se produce ese personal desclasado que
desconoce sus verdaderos intereses? La estrategia es mantener en la ignorancia a la gente
dominada. Un antiguo proverbio hindú dice: Si dos reinos están en guerra y uno de ellos no lo
sabe, el otro tiene todas las bazas para ganar. Promover el desclasamiento de los inferiores facilita
el objetivo de evitar su resistencia a ser explotados. Se trata de hacerlos asumir unas identidades
artificiales que movilicen y enfrenten a los miembros de las clases sometidas e inferiores unos
contra otros. Los elementos identitarios son de diversos tipos.
En unos casos es el concepto de “patria”. Sirvió para aglutinar a amplias masas de alemanes hace
un siglo sobre la base de la frustración sufrida por la derrota en la I Guerra Mundial. Sirve
también para generar oposición al universalismo que preconizan las fuerzas de la Izquierda. Tanto
la corriente a favor del BREXIT y las que se oponen a la consolidación de la Unión Europea,
como los nacionalismos separatistas por cuestiones étnicas o lingüísticas, se basan en el
sentimiento elitista de pertenecer a una patria determinada a la que hay que defender
enfrentándose a la gente de otras identidades nacionales.
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H
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A
A
En otros casos el elemento identitario es la “religión”. Es típico, por ejemplo, el enfrentamiento en
Irlanda del Norte entre comunidades humanas con distinto credo religioso. Pertenecen a esta
modalidad también los integrismos religiosos que generan conflictos entre musulmanes,
cristianos, judíos, hinduistas…
Están también los elementos de “cultura”, “tradición”… como fuente y origen de rechazos que se
producen incluso en el seno de co
m
unidades con la
m
is
m
a nacionalidad
,
raza
,
religión
es el caso del
rechazo al progreso del feminismo y sus reivindicaciones, a formas diferentes de sexualidad…
Pero sobre todo, como elemento identitario movilizador de recusación o rechazo social está el
concepto de
raza
”, “
etnia”. Este elemento, que se conoce como “xenofobia” y “racismo”, puede ir
combinado con algunos de los otros tipos mencionados de rechazo social: la religión, la cultura, la
nacionalidad, así como con la “aporofobia”, definida como: rechazo, aversión, temor y desprecio
hacia el pobre, hacia el desamparado, que no puede dar nada a cambio. Esta es, sin duda, la
principal causa del auge de la ultraderecha en Europa y también en EE. UU., pues vivimos una
época en la que por diversos motivos: económicos, geoestratégicos, demográficos, climáticos… se
está produciendo una inmensa ola emigratoria desde África y Oriente hacia Europa y desde
Sudamérica a EE.UU. En los inmigrantes se dan varias o todas las causas que generan rechazo:
estado de miseria, distinta etnia o raza, religión, cultura, lengua… o sea que reúnen todo lo que
puede despertar, en los países de destino, los peores sentimientos de elitismo y egoísmo. Esta
situación es el terreno abonado sobre el que los fascismos cosechan sus triunfos electorales.
E
l interés de la
(
s
)
clase
(
s
)
dominante
(
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pasa por i
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,
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ovi
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. E
l aparato ideológico del siste
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a do
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,
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,
en las que
colaboran gustosa e interesada
m
ente las religiones
,
es
m
uy eficaz generando esas
m
asas hu
m
anas con
alma de esclavos, que besan la bota que les oprime. En España vemos el masivo apoyo electoral a
una derecha política que no disimula su voluntad de ir liquidando los servicios sociales: sanidad,
educación, vivienday cuando gobierna aprueba recortes contra las clases explotadas mientras
aplica amnistías fiscales en favor de los poderosos que defraudaron a Hacienda. En favor de sus
camaradas, que desde el poder incurrieron en graves casos de corrupción, esa derecha política,
hoy en la oposición, utilizó partidariamente la influencia que tenía sobre el Consejo General del
Poder Judicial, a cuya renovación se opuso durante varios años hasta muy recientemente.
P
ero hay indicios para te
m
er que la finalidad de la ultraderecha que se pro
m
ueve vaya
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ás allá de la
creación y conservación de un electorado cautivo
. S
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pre hubo desclasados de los estratos inferiores
de la población que apoyasen a sus explotadores
. L
o novedoso del actual fe
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eno del neofascis
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es que se da una agresividad en las formas públicas de la competición política, que contribuye
a degradar, desvirtuar la acción política, lo que parece una intención deliberada de desprestigiar
las instituciones políticas y socavar la confianza de la gente en el sistema democrático, Es la
táctica utilizada por los fascismos del siglo pasado para abolir la práctica parlamentaria e imponer
regímenes autoritarios que condujeron a la II Guerra Mundial. Hoy de nuevo hay amenaza de
guerra en el mundo e incluso tenemos ya un conflicto militar en Europa en el que nuestro
Gobierno y los de otros países europeos se van implicando cada vez más. Es de temer que el auge
de la extrema derecha que comentamos se inscriba en una estrategia, a corto o medio plazo, para
anular toda posible reacción popular ante ese destino nefasto al que nos conducen.
Si tal será el fruto de las opciones políticas que nuestra sociedad parece querer apoyar, habremos
contribuido culpablemente a la desgracia que nos sobrevendrá. El mensaje evangélico de Jesús de
Nazaret nos convoca a actitudes de fraternidad humana que no se compaginan con los
sentimientos de elitismo y egoísmo que los fascismos promueven. El pueblo que rechazó a Jesús a
favor de lo que significaba Barrabás, se vio una generación después inmerso en una guerra
desastrosa que era el lógico resultado de aquella nefasta elección. A nuestra sociedad hay que
decirle que se mueve en una lógica y unos valores que contradicen lo que el Evangelio postula.
Seguimos eligiendo lo que significa la opción de Barrabás.