Q
uere
m
os que las reuniones de nuestro colectivo de
C
ristianos de
B
ase
tengan el sentido
que
J
esús evocaba cuando decía
:
«
donde están dos o tres reunidos en
m
i no
m
bre
,
allí estoy
yo en medio de ellos
». E
ntende
m
os que reunirse en el no
m
bre de
J
esús no es un acto de culto
,
sino que tiene co
m
o fin recordar su enseñanza
,
la
m
isión que encarga a sus seguidores:
afrontar los proble
ma
s hu
m
anos co
m
o lo hacía él
. R
eligiones ya abundaban en el
m
undo en
tie
m
po de
J
esús
,
alguna de ellas existe aún
. L
o peor del caso es que sus seguidores siguieron
un tipo de religiosidad que no
m
ejoró lo que había
. Y
el actual tipo de sociedad es tan
injusto e inhu
m
ano co
m
o el que
J
esús conoció
,
y las iglesias que se definen asa
m
bleas de
los seguidores de
J
esús no están contribuyendo a fo
m
entar la
m
ejora social necesaria.
N
o es la pri
m
era vez que en nuestras reuniones deplora
m
os esa la
m
entable situación de
nuestra
I
glesia y la sociedad
. D
e hecho
,
la
T
eología de la
L
iberación
que nos inspira nació
de la voluntad de afrontar esa triste realidad
. P
ero en esta ocasión concreta esta
m
os ante
nuevos datos sobre los que se puede y se debe reflexionar
. E
n pri
m
er lugar
,
está la frus-
tración que produjo el desenlace del
S
ínodo de la
S
inodalidad en las
(
pocas
)
personas que
había
m
os llegado a enterarnos de qué se trataba
. T
odo lo relacionado con ese
S
ínodo fue
decepcionante
. V
i
m
os que el episcopado
,
con su control del aparato eclesial
,
torpedeó de
hecho la participación del laicado en la fase que le asignaba la normativa del proceso.
La mayor parte de los fieles de la Iglesia ni siquiera se llegó a enterar de la existencia
de ese Sínodo y lo que pretendía en teoría.
P
ero por su propia nor
m
ativa
,
los sínodos están li
m
itados y subordinados a los intereses del
esta
m
ento clerical que se auto
-
asignó el poder en la
I
glesia
. L
a participación de los laicos
,
en la etapa inicial fue un gesto para la galería, tuvo sólo un carácter consultivo y en la
práctica no tuvo ninguna transcendencia
. E
n el debate de nuestra reunión hubo alguna
intervención que señaló que ese poder decisorio de la jerarquía eclesial está condicionado
por otros poderes, unos poderes económicos concretamente. El Estado Vaticano, como
B
oletín nú
m
. 68
- 10 de diciembre de 2024
cualquier otro poder terrenal
,
tiene intereses econó
m
icos
. T
iene una corte papal
,
guardias
,
funcionarios
,
sirvientes
,
ad
m
inistrativos
,
especialistas de diversos tipos
, m
inistros cardena
-
les
...
que perciben un sueldo
. E
l funciona
m
iento de ese entra
m
ado se ajusta a presupuestos
,
requiere financiación
E
l
m
anteni
m
iento de ese aparato organizativo depende de las dona
-
ciones de los fieles, principalmente a través de las Iglesias
m
ás ricas.
D
esde el poder econó
m
ico se puede condicionar y dictar la línea a seguir por los gobernan
-
tes
. E
sto ocurrió sie
m
pre en la sociedad y ta
m
bién en la
I
glesia
. E
s decir
,
lo que
m
ueve la
actividad y los afanes hu
m
anos es el interés, el egoís
m
o
. L
a actual situación en el
m
undo
presenta un aspecto cada vez
m
ás a
m
enazador
. L
as guerras en curso de los últi
m
os años
se van a
m
pliando
,
y en
E
uropa no esta
m
os a salvo de esa escalada
. L
o que está en el
fondo de toda la proble
m
ática hu
m
ana
,
la co
m
petición entre las naciones
,
las pugnas en las
I
glesias y en todos los á
m
bitos organizativos
,
es el afán de poder
,
de do
m
inio
,
de posesión
L
as sociedades hu
m
anas civiles o religiosas
,
están construidas sobre ese terreno del interés
particular, individual
,
egoísta
U
nas clases sociales do
m
inan y explotan a otras, la corrup
-
ción es expresión del afán de lucro y posesión
,
incluso a costa de perjudicar a otros
. L
a
co
m
petencia entre las grandes potencias tiene por objeto el control y posesión de los
recursos del planeta
,
y cuando peligra la hege
m
onía de la potencia do
m
inante se pueden
originar conflictos
m
ilitares
,
co
m
o los que ya están en curso.
E
n resu
m
en
,
las relaciones hu
m
anas están basadas en el interés que las enfrenta
. E
l debate
de la reunión de nuestro grupo conte
m
pló esa realidad e intentó interpretarla
. L
a finalidad
que ve
m
os en lo que
J
esús lla
m
a
reunirse en su no
m
bre
es analizar la proble
m
ática
hu
m
ana a la luz del
E
vangelio
. L
a enseñanza que Jesús i
m
parte en el
S
er
m
ón de la
M
ontaña presenta unos valores distintos de los de los reinos del
m
undo para funda
m
entar
la convivencia hu
m
ana
. L
as
B
ienaventuranzas son el progra
m
a del
R
eino que
J
esús quiere
instaurar
. V
aloran la paz y quienes la pro
m
ueven
:
B
enditos los pacíficos porque ellos
heredarán la tierra
;
B
enditos los que buscan la paz porque serán lla
m
ados hijos de
D
ios
.
T
a
m
bién valoran la e
m
patía o solidaridad hacia los necesitados, co
m
o los refugiados e
in
m
igrantes
:
B
enditos los
m
isericordiosos porque ellos alcanzarán
m
isericordia
.
P
ro
m
ue
-
ven solidaridad también con los infelices que sufren penalidades
:
B
enditos los que lloran
porque serán consolados
;
B
enditos los pobres en espíritu porque de ellos es el
R
eino de
los
C
ielos
. E
s claro que los valores del
E
vangelio contradicen los criterios con los que se
m
aneja el
m
undo
:
Am
ad a vuestros ene
m
igos
,
haced bien a los que os odian; bendecid a
los que os
m
aldicen y orad por los que os persiguen
. A
l que te hiera en una
m
ejilla
,
preséntale ta
m
bién la otra
;
y al que te quite la capa
,
dale ta
m
bién la túnica
.
J
esús deno
m
ina
construir sobre roca
a la puesta en práctica de ese progra
m
a
. U
na socie
-
dad construida sobre esos valores es co
m
o una casa que resiste todas las contingencias
del te
m
poral por estar bien ci
m
entada
. E
n ca
m
bio
,
las sociedades hu
m
anas basadas en
los criterios de conveniencia egoísta son
,
según la enseñanza del
M
aestro
,
co
m
o una casa
construida sobre arena
,
que se viene abajo cuando se dan condiciones adversas
. Y
a ve
m
os
sobre qué valores se asienta nuestra sociedad capitalista de la propiedad privada, del
m
ercado y su instru
m
ento el dinero
. L
os
m
ales que aquejan a nuestro
m
undo son la catá
-
strofe que le sobreviene por basarse en ese terreno inseguro de la explotación y la inso
-
lidaridad hu
m
ana
. N
uestra
I
glesia hace
m
ucho que dejó de trans
m
itir esa enseñanza
,
y no
la vive ella
m
is
m
a en su for
m
a de organización
. R
eunirse en no
m
bre de
J
esús i
m
plica ha
-
cerle presente, evocar su espíritu y asu
m
ir la tarea que nos asigna de ser luz del
m
undo
y sal de la tierra. Nos convoca para proseguir su misión de denuncia profética.
El torniquete de la austeridad financiera lleal Papa a solicitar nuevos sacrificios
a los cardenales, que cobran un sueldo de 5.500 euros mensuales. Los que están en
Roma residen en apartamentos gratuitos de la Santa Sede. Se trata de una nueva
rebaja del 10%, que se agrega al recorte de otro 10% sufrido en marzo de 2021.
Los interesados recibieron en estos días una carta firmada por el Prefecto de
Economía, Maximino Caballero Ledo, en la que les informa que se suspende la
“Gratificación por la Secretaría”, de 500 euros mensuales, y también la
“Indemnización de Oficina”. Entre ambas superan el 10% de recorte.
Hace un mes el Papa Francisco envió una carta a los purpurados en la que les señaló
la necesidad de un “esfuerzo adicional por parte de todos para que un déficit cero
no sea solo un objetivo teórico sino una meta efectivamente alcanzada”.
La decisión la hace efectiva el
pontífice argentino desde no-
vie
m
bre, en vísperas del Ju-
bileo del Año Santo 2025.
El déficit operativo de la Santa
Sede fue de 82 millones de eu
-
ros, cinco más que en 2023, y
puede aumentar en los próxi-
mos años porque están dismi-
nuyendo las donaciones de
los fieles a mediano plazo.
Los únicos ingresos de la Santa
Sede, que no percibe impuestos, son las donaciones que envían los fieles cada
año a Roma a través de las Iglesias más ricas, como Estados Unidos, Italia,
Alemania, España y Corea del Sur. Por otro lado los fieles ofrecen al pontífice en
todo el mundo donaciónes a través del llamado Obolo de San Pedro.
En 2023 los ingresos por el Obolo de San Pedro sumaron 48,4 millones. El o
anterior habían sido 43,5 millones de euros. Esta suma, s las reservas de 90
millones fueron destinados a los gastos de la Curia Romana, cuyos “ministerios” (se
llaman dicasterios) forman el gobierno central de la Iglesia.
El supermercado dentro de los muros vaticanos, llamado Anona, será entregado a
una “reconocida empresa italiana”. Por otro lado, los empleados vaticanos están
hace tiempo en arduas tratativas para mejorar su situación. No es fácil porque
en el Vaticano no existe un sindicato formalmente aceptado por la Santa Sede.
Julio Algañaraz Corresponsal en Roma y Vaticano
19.11.2024
Entonces Pilato entde nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los juos?
Respondió Jesús: ¿dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí? Pilatos
respondió: ¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a ¿Qué
has hecho? Respondió Jesús: Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo,
mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos. Pero mi Reino no es de
aquí. Entonces Pilato le dijo: ¿Luego eres rey? Respondió Jesús: Si, como dices, soy Rey. Yo
para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el
que es de la verdad, escucha mi voz (Jn 18, 33-37).
E
ste do
m
ingo se concluye el ciclo litúrgico con la festividad de Cristo Rey. Siguiendo el evangelio
de Juan -muy distinto de los evangelios sinópticos- va a quedar en evidencia quién es Jesús, por
qué se le juzga y porque será crucificado. Conocemos que Pilatos les dijo a las autoridades
religiosas judías, cuando le entregaron a Jesús, que lo juzgaran según su Ley, pero ellos adujeron
que no podían aplicar la pena de muerte y Jesús era un malhechor (Jn 18, 29-32). Entonces Pilatos
entra nuevamente a interrogar a Jesús y el diálogo gira en torno al “reinado”, causa civil que
podría juzgar Pilato. Pero es ahí donde se devela la diferencia de planos en los que se sitúan.
Pilatos habla de los reyes de este mundo y Jesús deja claro que su reinado es distinto.
Explícitamente dice que su reino es de paz, de lo contrario hubieran combatido para que no lo
apresaran. También dice que su reino es un reino de verdad. En este punto es importante entender
que en la Biblia la verdad no es una palabra que se conforma con la realidad sino con la alianza.
En ese sentido, la verdad es fidelidad, lealtad, amor. Por lo tanto, lo que revela este interrogatorio
es lo que ha estado presente en el evangelio de Juan desde el inicio: creer o no creer en Jesús es el
verdadero juicio. Y aquí Jesús se afirma como aquel que esta testimoniando la verdad frente a la
cual algunos la aceptan -escuchan su voz- y otros la rechazan.
Es importante entender que al hablar de dos reinos no se está refiriendo al mundo de lo sagrado y
de lo profano, o de lo religioso y de lo secular. Jesús no habla de otro mundo distinto al único
mundo en que vivimos, sino a la actitud que se toma en ese mundo: la de creer en los valores del
reino, la de creer en Él o la de rechazarlo. El mundo de la luz es el reinado de Dios que se
comienza a vivir en la historia concreta. El mundo de las tinieblas son los antivalores al reino que
también se viven en el aquí y ahora. Jesús contrasta, entonces, el mundo del creer y del no creer,
del reino y del anti reino, del discipulado o del rechazo a la llamada.
L
a fiesta de
C
risto
R
ey
,
por lo tanto
,
no significa celebrar a
J
esús al estilo de los reyes del
m
undo
,
con
sus valores
,
estilos
,
poder y
m
ajestuosidad
. E
l
C
risto
R
ey es el que realiza la plenitud del servicio
,
de
la
m
isericordia
,
de la inclusión
,
en otras palabras
,
de las bienaventuranzas donde los pri
m
eros son los
pobres y no está lejana la persecución por parte de tantos que no aceptan este actuar de Dios.
Lamentable que las imágenes que tenemos de Cristo Rey revelan más la majestuosidad de los
reyes de este mundo que el reinado que testimonio Jesús con sus palabras y obras. Es tarea de
nosotros, como discípulos, testimoniar el verdadero reinado con nuestras palabras y obras.
“Pilato dijo a Jesús: ¿Eres el rey de los judíos?. Jesús respondió: ¿Esto
lo dices solo, o te lo han dicho otros de mí?. Hasta el último domingo de
este año B, se pueden encontrar ecos del debate sobre la identidad de Jesús
en los pasajes de Marcos y Juan. ¿Quién es Jesús? Muchos se han
preguntado esto. Algunos, principalmente opositores, tuvieron el coraje de
formular la pregunta directa. Por mi parte, simplemente observo que hablar
de él es más fácil que interrogarlo y sobre todo cuestionarse sobre él. Las
cosas de la vida pasan, los días se suceden, los compromisos y las tareas se
acumulan sobre compromisos y tareas. Ciertas preguntas corren el riesgo de
no ser expresadas y quedar sin respuesta; para luego resurgir, aunque sólo
sea por unos momentos, en momentos capitales.
E
l te
m
a de este do
m
ingo es el de la realeza
,
que las
E
scrituras asocian con el
del sacerdocio
. El trono del Rey, la Cruz, es evidentemente también un altar.
La segunda lectura del Apocalipsis añade un tercer elemento clave:
el real
sacerdocio no es exclusivo del primogénito, sino que pertenece a todos
.
Nos ha hecho un reino, sacerdotes para su Dios y Padre. A lo largo de
nuestra vida, "reinando", hacemos un sacrificio de alabanza. Reinando. Dicho
así, parece una palabra grande, si pensamos en las comodidades del trono,
la arbitrariedad y las ambiciones del poder autocrático. En realidad, todos
esperamos conocer bien la forma más noble de reinado: el ejercicio de la
responsabilidad. Somos reyes, como guardianes que nos cuidan y nos hacen
crecer; reyes jardineros. Crecemos asumiendo responsabilidad en las cosas
cotidianas, la familia, el trabajo; crecemos haciendo las cosas bien (llenando
los cántaros hasta el borde, como nos invita el Señor), con amor. Crecemos
permaneciendo en nuestro lugar, incluso cuando nos sentimos incómodos (al
pie de una cruz), continuando sirviendo incluso cuando nuestras energías
están bajas. Hacemos crecer a los demás incluso amando la vida en
nosotros mismos.
Algunos también son capaces de ver compromisos y asumir responsa-
bilidades incluso fuera de la rutina del hogar y del trabajo, en el ámbito civil o
en la comunidad cristiana.
P
or eso pode
m
os escuchar la pregunta de
P
ilato co
m
o recordatorio a cada uno de
los bautizados
:
¿
en q
(
y có
m
o
)
esta
m
os ejerciendo nuestro
m
inisterio real
?
Cualesquiera que sean los contextos, hay que recordar dos cosas: que
reinar
es ante todo servir, y que los servidores son siempre inútiles
(en el sentido
de que la tarea que se les ha confiado los trasciende).
La Buena Noticia, fresca desde el día, pero también tan antigua como la
eternidad, es ésta: Jesucristo es el Señor, el único Señor, el único Santo, el
único Altísimo, el único Rey de gloria. No hay otro. Él es el "alfa" y el
"omega", el principio y el fin, el principio de inteligencia de toda la creación, el
eje de convergencia de toda realidad. En Él cae toda la historia y las olas del
universo chocan contra Él.
Si no encontramos motivos para alegrarnos demasiado con esta noticia, si no
nos abandonamos a la gratitud, si no sentimos la necesidad incontenible de
levantarnos inmediatamente para ir a transmitir este anuncio a los demás, es
señal de que los creyentes hemos envejecido, y ese escepticismo, la sonrisa
llena de cautela, el cálculo prudencial de quien sabe mucho, la frialdad senil,
han reemplazado al entusias
m
o y
,
quizás ta
m
bién
,
a la esperanza
. Y
ya no nos
considera
m
os testigos y
m
ensajeros que entregan un feliz
m
ensaje tan espe-
rado
,
sino repartidores que entregan una letra de ca
m
bio o la factura de la luz
.
Pero ¿entendemos bien lo que significa que Jesucristo es Rey y Señor?
Significa afirmar la realeza y el señorío del hombre.
Significa rechazar los ídolos del poder, las sugerencias del dinero, el
encanto de las ideologías.
Significa ir contracorriente en un mundo que de vez en cuando se puebla de
nuevas divinidades y obliga a prostituirse delante de ellas.
Significa luchar contra los abusos de los más fuertes, la violencia de los
arrogantes, las absolutizaciones de las estructuras.
Significa cuestionar la lógica de la opresión y la sumisión del hombre al
hombre.
Significa impedir que los criterios de eficiencia sean la vara para medir a los
hermanos.
Significa comprometernos para que el miedo, la soledad, el desempleo, el
odio, la tortura, la masacre, la marginación de los débiles, la descalificación
de los humildes reduzcan cada vez más su presencia nociva en el mundo.
Significa afirmar la precariedad de la angustia, la temporalidad del dolor, la
labilidad de la enfermedad, la fugacidad de la muerte.
Significa proclamar que nuestra historia, personal y comunitaria, tiene
sentido, no es inútil, no está desarticulada, avanza hacia una meta, tiene
trayectoria propia. Es, en una palabra, un fragmento de la Historia de la
Salvación.
Este es el feliz mensaje que el Señor hoy, fiesta de Cristo Rey, nos
atrevemos a creer y a anunciar.
Uno de los temas destacados de la Ponencia Marco del PSOE para el próximo
Congreso Federal nº 41 de 2025 es la revisión de los Acuerdos del Estado español con
la Santa Sede. Acuerdos que datan de hace más de 40 años, algunos incluso anteriores
a la Constitución de 1978.
El documento ve necesario actualizar los acuerdos, adaptándolos a la democracia
constitucional, con el fin de alcanzar, de una vez, la separación entre el Estado y la
Iglesia. También se habla de garantizar la Libertad Religiosa y de Culto y de caminar
hacia la Libertad de Conciencia.
Todo esto, que se enmarca dentro de una política de laicidad intentando reforzar la
independencia de las instituciones públicas respecto a la religión, ha sido duramente
criticado por la Conferencia Episcopal Española. Al finalizar su 124 Asamblea
Plenaria ha llegado a considerarlo un enfrentamiento ideológico y ha lamentado que
el PSOE «saque a pasear el espantajo de la denuncia de los Acuerdos de 1979”.
Refiriéndose a estos Acuerdos, su portavoz, César García Magán, recordó que «se
trata de tratados internacionales» que no se pueden romper «unilateralmente».
E
l debate sobre estos te
m
as ha sido abordado en otras ocasiones por el
PSOE,
sin ir
m
ás
allá del
m
ero debate
. ¿P
ode
m
os esperar que ahora va a llegar
m
ás lejos
? A
,
en la ponencia
m
arco de su 40º Congreso Federal del 2021, que define las líneas programáticas y
políticas a seguir, señala su intención de denunciar estos acuerdos con la intención de
avanzar hacia un Estado más laico, donde la religión católica no tenga privilegios
especiales sobre otras creencias o instituciones laicas. Esta denuncia implica:
1. La financiación a través del sistema tributario (casilla de la Iglesia en el IRPF).
2. Exenciones fiscales para propiedades de la Iglesia.
3. Presencia de la religión en la educación pública.
4. Aspectos relacionados con la simbología religiosa en espacios públicos.
No causa ninguna gracia que se califique de “espantajo” la mera intención de acabar
con unos privilegios preconstitucionales que perpetúan agravios y discriminación
entre las instituciones y la ciudadanía. Supone tal conciencia de superioridad y
dominio en sus calificadores que nos retrotrae a otras épocas de infausto recuerdo.
¿Tiene esto algo que ver con el evangelio de la igualdad y la justicia? ¿Dónde queda
aquello de “Devolved al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios?
Desde hace décadas, los cristianos y cristianas de base venimos denunciado y
exigiendo a los poderes públicos que acaben con el “esperpento” que supone
mantener intocables, después casi medio siglo, unos privilegios franquistas en una
sociedad que pretende ser democrática.
5 de diciembre de 2024
Un corrupto confeso, un “bulos” profesional, un revelador incauto y un juez venal.
¿Escaleta para un sainete de Arniches?
El caso es simple, pero importante por la tramoya política que lo maneja. Puede
reducirse a lo siguiente: el corrupto reconoce su delito ante la Justicia; el bulos
redirecciona la confesión y convierte
,
por arte de
m
agia
,
la
J
usticia en reo y al corrupto en
ofendido. Queriendo reconducir las cosas, aparece el revelador como detergente oficial.
Finalmente, el Juez venal prioriza la versión del bulos, y “empuñeta” al incauto revelador.
Este caso es símbolo de otras novelas parecidas. Con un calado ético y político que va
más allá de la ironía humorista del sainete, nos lleva a las siguientes reflexiones:
Cuando un corrupto, intentando desviar la atención del propio delito, denuncia la
revelación del mismo utilizando mentiras o bulos, debería ponernos en guardia para
mantener el foco justamente en lo prioritario, que es el delito, y desenmascarar las
tácticas de manipulación. No deberíamos caer en el ridículo de quedarnos “mirando el
dedo, cuando el sabio apunta a la luna”, como denuncia el adagio chino.
P
orque el
m
ayor proble
m
a en este caso no es la revelación
,
sino el delito de corrupción
. L
a
revelación
,
por
m
ás que se quiera
,
sie
m
pre será un proble
m
a secundario y sobreañadido,
nunca puede sobreponerse ni eliminar el delito primero y principal que es la corrupción.
Recurrir a bulos o mentiras para evitar la rendición de cuentas o conseguir otros
intereses espurios revela una intención perversa que pretende confundir al incauto y
desviar la atención sobre el problema principal.
Pero existe otra reflexión no menos interesante: la revelación del delito cuando éste
afecta al derecho y bienestar público aunque, al límite pudiera romper el secreto
oficial, no solo es ética, sino necesaria para garantizar la verdad y la justicia. Porque
en una sociedad democrática nunca se puede usar la mentira para tapar delitos y atacar
los esfuerzos por hacer justicia.
3. Finalmente, un juez que prioriza la revelación del delito sobre el delito mismo está
haciendo un mal uso de la función que ejerce en nombre de la sociedad. La excelencia
del juez está en ajustar su profesionalidad a la ética más limpia y diáfana de la sociedad
a la que sirve. Éticamente está obligado a dar cuenta a esta de los recursos de tiempo,
medios y costes que está invirtiendo en cada caso.
L
a historia está llena de jueces que no son una garantía
m
oral para la ciudadanía. Desde
siempre el juez venal ha estado en el punto crítico de mira del profeta porque su mala
praxis causa extorsión a la sociedad, principalmente a las personas más vulnerables.
Y cuando ocurren estos extremos en una sociedad indefensa (que ni siquiera el
Parlamento democráticamente elegido puede juzgar) uno tiene todo el derecho a
preguntar: ¿quién juzga al juez venal?
Nuestra postura en Redes Cristianas seguirá apoyando siempre los valores funda-
mentales de la justicia: veracidad, equidad y humanidad.
El cambio fundamental al que nos llama Jesús es claro. Dejar de ser unos
egoístas que ven a los demás en función de sus propios intereses para
atrevernos a iniciar una vida s fraterna y solidaria. Por eso, a un hombre
rico que observa fielmente todos los preceptos de la ley, pero que vive
encerrado en su propia riqueza, le falta algo esencial para ser discípulo suyo:
compartir lo que tiene con los necesitados.
Hay algo muy claro en el evangelio de Jesús. La vida no se nos ha dado
para hacer dinero, para tener éxito o para lograr un bienestar personal,
sino para hacernos hermanos. Si pudiéramos ver el proyecto de Dios con
la transparencia con que lo ve Jesús y comprender con una sola mirada el
fondo último de la existencia, nos daa
m
os cuenta de que lo único i
m
portante
es crear fraternidad
. E
l a
m
or fraterno que nos lleva a compartir lo nuestro con
los necesitados es «la única fuerza de crecimiento», lo único que hace
avanzar decisivamente a la humanidad hacia su salvación.
El hombre más logrado no es, como a veces se piensa, aquel que
consigue acu
m
ular s cantidad de dinero
,
sino quien sabe convivir
m
ejor y de manera más fraterna. Por eso, cuando alguien renuncia poco a
poco a la fraternidad y se va encerrando en sus propias riquezas e intereses,
sin resolver el problema del amor, termina fracasando como hombre.
Aunque viva observando fielmente unas normas de conducta religiosa, al
encontrarse con el evangelio descubrirá que en su vida no hay verdadera
alegría, y se alejará del mensaje de Jesús con la misma tristeza que aquel
hombre que «se marchó triste porque era muy rico».
Con frecuencia, los cristianos nos instalamos cómodamente en nuestra
religión, sin reaccionar ante la llamada del evangelio y sin buscar
ningún cambio decisivo en nuestra vida. Hemos «rebajado» el evangelio
acomodándolo a nuestros intereses. Pero ya esa religión no puede ser fuente
de alegría. Nos deja tristes y sin consuelo verdadero.
Ante el evangelio nos hemos de preguntar sinceramente si nuestra manera
de ganar y de gastar el dinero es la propia de quien sabe compartir o la de
quien busca solo acumular. Si no sabemos dar de lo nuestro al necesitado,
algo esencial nos falta para vivir con alegría cristiana.
L
a fiesta de
C
risto
R
ey es una celebración litúrgica de la
I
glesia
C
atólica que tiene lugar el
últi
m
o do
m
ingo de novie
m
bre
. E
l texto del
E
vangelio correspondiente a esa celebración es el
que describe la co
m
parecencia ante
P
ilato de Jesús acusado de procla
m
arse rey y haber
estado en el
T
e
m
plo
agitando
al pueblo e i
m
pidiendo la actividad de los
m
ercaderes
. A
la
pregunta de
P
ilato
: ¿T
ú eres rey
?, J
esús respondió
:
M
i reino no es de este
m
undo
soy
rey
,
para eso yo he nacido y para eso he venido al
m
undo...
G
eneral
m
ente
,
aunque esta lectura se realiza ritual
m
ente en la celebración
,
el clero oficiante
pasa sobre ella co
m
o sobre ascuas
;
la doctrina que ese personal i
m
parte en la ho
m
ilía divaga
sobre cosas que no se refieren para nada a esta vocacn de
J
es de establecer en el
m
undo un
reino distinto de los de este
m
undo
. A
lgunos dicen expresa
m
ente que el reino de
C
risto no
puede relacionarse con fór
m
ulas políticas
. L
o cual equivale a sacarlo de este
m
undo e
i
m
pedir su realización
. S
i
J
esús lla
m
a a sus seguidores a trabajar por ese reino
,
nos es
instando a realizarlo y concretarlo en el
m
undo
,
y eso es inevitable
m
ente una actividad
política
,
co
m
o la que realizaron los profetas y fueron perseguidos por ello
,
co
m
o la que
realizó él
m
is
m
o expulsando a los
m
ercaderes y lo condenaron por ello.
P
ero la doctrina eclesial divaga diciendo cosas co
m
o que
:
el reino de nuestro Señor ha
de cimentarse en el deseo de santidad, en la disposición humilde para recibir la
gracia... o que: entender el reino de Cristo como un programa político no profundiza
en la finalidad sobrenatural de la fe... pues ese reino es: la obra de la salvación, el
reinado de Cristo en las almas…
C
on ese tipo de palabrería se pretende que los seguidores del
M
aestro Jesús no nos
sinta
m
os interpelados para ca
m
biar las cosas de este
m
undo capitalista
,
el siste
m
a de los
m
ercaderes que Jes rechaza y su instru
m
ento el dinero que clasifica a las personas sen su
poder adquisitivo
. E
l aparato clerical
,
esencial
m
ente anti-profético
,
dirige a sus feligreses
a rezos y devociones para la salvación de su al
m
a
. S
u insistencia en la fór
m
ula
:
«C
risto
,
rey del universo
»
,
parece expresar su deseo de que vaya a reinar lo más lejos posible, en
cualquier lugar del universo, y que deje de ser un referente
para cambios políticos y
socio-económicos en este
m
undo. Si Jesús hubiese sido tan acomodaticio a los poderes
dominantes, ni del Sanedrín ni los romanos hubiesen tenido interés en eliminarlo.