L
as religiones son creaciones hu
m
anas proveedoras de re
m
edios para tranquilizar la conciencia
.
A
su
m
iendo fiel y acrítica
m
ente sus doctrinas y practicando rigurosa
m
ente sus normas y rituales
se supone que nos acercamos a Dios y nos ponemos en paz con Él. Se puede decir que las
religiones venden esperanzas de transcendencia, de salvación eterna
. L
os profesionales de la
religión
,
los cleros sacerdotales que se auto
-
asignaron la función de
m
ediar entre Dios y la
hu
m
anidad
,
acaparan en provecho propio la ad
m
inistración de esos re
m
edios espirituales: ritos
lirgicos
,
sacrificios sagrados
a los que se atribuye la función de santificación personal.
L
a religión cristiana
,
y concreta
m
ente nuestra
I
glesia
C
atólica
,
presenta todo un conglo
m
erado
de cultos y creencias co
m
o condición indispensable para alcanzar una salvación que
,
en la
teoloa que i
m
parte
,
es fruto de una redención realizada por la
m
uerte de Jesucristo
. E
sta idea
,
de
evidente factura
m
aniquea
,
está
m
uy ligada al concepto de
pecado original
”,
una invencn de
A
gustín de Hipona, que nunca se liberó totalmente del maniqueísmo.
E
s inasu
m
ible la idea de un
D
ios que condena a penas eternas a toda la hu
m
anidad por un pecado
que nadie conoce
,
y que exige un sacrificio de
m
uerte co
m
o reparación
. P
ero el
E
vangelio
,
que
es la única infor
m
acn que tene
m
os sobre la enseñanza de Jesús de
N
azaret
,
no dice nada sobre
pecado original
,
redención
,
necesidad de cultos y creencias
J
esús no instituyó ningún sacerdocio
,
ni quiso ese tipo de religión
. Q
uien desee conocer el
m
ensaje de Jesús debe to
m
arse el trabajo
de leer el
E
vangelio
,
algo que la Iglesia no fo
m
enta
. E
n el culto de la eucaristía
,
el
E
vangelio queda
bastante
m
arginado
,
aparcado en la lectura de un breve frag
m
ento que el oficiante clerical explica si
quiere y co
m
o quiere
,
sin participación alguna de la asa
m
blea de asistentes al acto.
S
i es reprobable que se haya sobrecargado el segui
m
iento de
J
esús con una serie de rituales y
cultos
,
que no tienen
m
ás función que enaltecer la figura del oficiante clerical
, m
ás inad
m
isible
n es el hecho de que se
m
argine u oculte lo esencial de la enseñanza del
M
aestro
,
algo que se
hace a favor y beneficio de los poderes do
m
inantes en la sociedad. En efecto, lo esencial del
E
vangelio es la lla
m
ada de Jesús a construir el
R
eino de
D
ios
en la
T
ierra
. T
al co
m
o lo presenta
la teología tradicional de la
I
glesia, el fin de la vida de cada persona es lograr su salvación
personal
, que se consigue con la práctica de esas devociones que la Iglesia receta.
E
s decir,
que nos están vendiendo un
C
risto falsificado
. E
l
M
esías Jesús tiene un plan
,
un
proyecto para el
m
undo, y nos convoca a realizarlo
. L
a salvación eterna es cosa de Dios, y
según la enseñanza de Jesús, Dios ama a todos como hijos. La misión de Jesús no es la de
ser víctima propiciatoria de un sacrificio expiatorio, sino la de ser pionero y ejemplo de un
trabajo en
el mundo
para resolver la problemática humana. Sin cesar, a lo largo de la
historia, la verdadera culpa de la humanidad no es el pecado original que nos pregona el
maniqueísmo, es el egoísmo y falta de fraternidad entre las personas.
L
as
m
uchas guerras que tuvieron lugar en la historia, las dos
m
undiales que tuvieron lugar el
siglo pasado
,
las que existen actual
m
ente en varias partes del
m
undo
son consecuencia directa
del tipo de sociedad que tene
m
os
,
de los valores sobre los que se asienta
:
el provecho econó
m
ico
,
el afán de posesión privada
S
on lo que Jesús lla
m
a
: “
los reinos de este
m
undo
,
y presenta su
proyecto de construir un
R
eino distinto a los de este
m
undo
,
en el que reine la igualdad y la
fraternidad
. N
uestra
I
glesia no debe olvidar que son esos valores lo que se debe promocionar
.
N
o cabe atarse a tradiciones que nos hablan de Cruzadas y Reconquistas. Si, de verdad
quere
m
os estar cerca de
D
ios y en paz con
É
l, el ca
m
ino no son dog
m
as
,
ritos y cere
m
onias
,
sino
el cuidado y el a
m
or a nuestros se
m
ejantes
. U
n
m
undo sin explotación entre los hu
m
anos: el
proyecto revolucionario de Jesús de Nazaret.
B
oletín nú
m
. 70
- 12 de febrero de 2025
08.02.2025 | Jesús Bastante enviado especial a San Diego
Nunca defrauda. Sorprende a algunos, enoja a otros y no deja indiferente a nadie. La
teóloga colombiana Consuelo Vélez protagonizó una de las ponencias de la tercera jornada
del congreso organizado por la Red Ecclesia in America que se está celebrando en la
Universidad de San Diego, con un llamamiento a lograr una teología intercultural para
poder hablar, realmente, de Iglesia sinodal.
Consuelo, que ha participado “desde la periferia” de los trabajos del Sínodo de la
Sinodalidad, se mostró a favor “de que se den las condiciones para hacer realidad una
Iglesia sinodal”. Algo que, admitió, “no me parece fácil”.
¿Por qué? Porque “hay muchos espacios”, especialmente en la propia estructura, donde
“este tema no interesa”. En este sentido, Vélez reclamó la necesidad de “reconocer el
rostro del otro” y “ser capaces de caminar con otros”. Algo que se topa de bruces con la
realidad del clericalismo.
“El clericalismo es una realidad que sigue atentando contra la igualdad fundamental que
tenemos todos por el bautismo”, proclamó Consuelo Vélez, quien insistió en que “la
sinodalidad, sin denunciar el clericalismo e intentar transformarlo, se queda en una
bonita posibilidad, pero no en una realidad que se haga posible”.
“El clericalismo es de toda la Iglesia, porque la escala de diferencias de dignidad
ministerial, sigue vigente”, denunció la teóloga, quien lamentó que esta práctica,
denunciada por el Papa Francisco, continúa presente hoy. Si no estamos interesados en
transformar el clericalismo, la estructura continúa, aunque hablemos de sinodalidad
por activa y por pasiva”, resaltó. Y es que la cultura clerical nos ha impedido vivir esta
dignidad bautismal con todas las consecuencias”. Una realidad que no solo impregna no
sólo a la ‘casta clerical’, sino también, y especialmente, a los laicos. “En la Iglesia todavía
es muy difícil reconocer una pastoral del laicado”.
Y también, a los diferentes. Es el caso de la mujer, cuya presencia en el Sínodo fue
histórica pero cuya relevancia decayó en el documento final, pero también el de “otras
poblaciones que no tuvieron prácticamente presencia”, como los jóvenes y otras minorías.
“Siempre que voy a Roma me asusto un poco, tantos vestidos negros me asustan”,
confesó, entre bromas y veras Consuelo, lamentando que “aunque la sala sinodal tenía una
riqueza de universalidad de procedencias, a la hora de la verdad se veía la uniformidad del
hábito que la Iglesia se ha dado a sí misma”.
“En la Iglesia cabemos todos, todos, todos, como ha dicho el Papa Francisco, que tal
vez debería decir todos, todas, todes…”, argumentó Vélez. “No se llega a dar el paso que
se reconozca explícitamente la dignidad humana de estas personas”, porque “detrás de la
cultura están personas”. Y están los pobres. “Dónde están los pobres”, se preguntó
Consuelo, quien concluyó que “poder recepcionar la sinodalidad pasa por una reflexión
teológica, y creo que esa es también nuestra tarea”.
“Hay que transformar el clericalismo, que no permite que haya diferentes culturas”,
finalizó la teóloga. “Existe una cultura clerical, que divide a los que tienen el Espíritu Santo
y otros, que parece que solo tenemos que obedecer”.
Llegue a pensar que era mi propia timidez la que me hada difícil hablar de la América
olvidada y maltratada, la América “hermana”. Pero, con el tiempo, llegué a la conclusión
de que el problema no estaba en mí, sino en la gente, la gente de aquí, la más cercana, la
de casa, la que tropiezo cada día.
No es un asunto agradable, no gusta o no interesa. O se piensa que es cosa del pasado: y
si es pasado “ya pasó. Yo no soy nieto de Pizarro y nada me deja en herencia; y no
tengo nada que ver con Colón y sus muchachos... Aparte de eso, bastante tengo con lo
nuestro, con lo de aquí, que eso sí que es cosa mía”.
Y, sin embargo, hay que hablar de aquel mundo, que también es nuestro ¡y tanto! Y
tanto que sigue siendo nuestro y de sus vecinos del norte.
A las pocas semanas de llegar a Guatemala, departamento de San Marcos, asistí por
primera vez a una reunión del clero diocesano, presidida por su obispo Ramazzini. Era el
año 2003. Se trataba de una reunión ordinaria en la que se tocaban asuntos pastorales.
A la hora del almuerzo ya empezó a hablarse de una empresa que pretendía instalarse en
el altiplano del departamento, concretamente en el territorio de dos municipios:
Sipacapa y San Miguel Ixtaguacán. Los rumores ya venían de lejos, pero nunca se
había aclarado a la población cual era el propósito de aquella compañía. Si que habían
observado a grupos de personas extrañas en la zona, pero nadie había aclarado a la gente
de las aldeas que era lo que hacían por sus montes.
Ahora ya se sabía: se trataba de una minera que venía a extraer oro y plata de sus suelos.
Alguno de los que ya eran mis nuevos compañeros se alegraba de la llegada de la
empresa: iban a solicitarle una escuela e incluso una academia de la lengua para su
municipio de unos tres mil habitantes, en el que se hablaba uno de los veinticinco
idiomas que sobreviven en el país.
Ya, para entonces, conocíamos algo del asunto de la minería de metales preciosos.
OroValle ya operaba en Asturias y recordábamos lo que había sucedido en Aznalcóllar,
de capital sueco: todavía estaban en mi memoria imágenes de Alfonso Guerra
recogiendo patos y peces en Doñana, consecuencia del vertido de lodos.
Cuando yo trataba de aguarles la fiesta, advirtiéndoles de que muy probablemente iban a
lamentarse de la presencia minera no muy tarde, alguno me respondía: llevas reloj y
gafas, y viniste en coche. No viniste en caballo, ni te riges por la sombra de los &boles...
Hay que andar con los tiempos, estamos en el siglo XXI...
T
odo este tipo de cosas bonitas tuve que tragar
m
e
,
no conocía el país y era un recn llegado
.
Los rumores fueron creciendo y las primeras sospechas de que algo se ocultaba, hicieron
que se produjesen las primeras movilizaciones de los vecinos de los dos municipios
afectados, ambos en el altiplano, pueblos originarios, man y sipacapense.
H
ay que recordar
,
co
m
o pantesis
,
que cinco siglos antes los pueblos auctonos fueron des
-
pojados, y expulsados de sus tierras -las zonas calientes, llanas y bien regadas- para ser
ocupadas por los recién llegados
,
los
descubridores
. L
os nativos acabaron refugiándose
en las zonas altas, en las montañas, donde nacían los ríos y hacia frío y el terreno era
pobre. Pero ahora era su territorio. Con tanta suerte que ahí, precisamente ahí, era donde
estaba el oro, la plata, el agua limpia y fresca, el agua sagrada, los arboles sagrados...
Ahí, precisamente ahí. Va a iniciar sus labores la mina Marlin. Y esos entramados de
nombres: Montana Exploradora, subsidiaria de GOLDCORP, de origen canadiense.
Efectivamente, fue haciéndose realidad la cosa. Ya en 1998 se había realizado la
exploración previa que el gobierno había autorizado. Se había calculado el objetivo en
1,4 millones de onzas de oro. 250.000 onzas de oro y por encima de los 3,5 millones de
onzas de plata extraídas al año.
La Ley de Minería de Guatemala estipulaba que las empresas mineras pagarían un 1%
sobre las ventas brutas de producción; (por vergüenza, la empresa, voluntariamente,
decidiría aumentar la “regalía” a un 5%).
L
as pro
m
esas y las
m
edidas a
m
bientales, los e
m
pleos
,
las
m
ejoras estructurales
,
se fueron dilu
-
yendo con el tie
m
po
. L
as fuentes de agua que surtían a las co
m
unidades iban
m
er
m
ando en
sus caudales
:
18 fuentes han desaparecido
. L
os ríos aparecían conta
m
inados
. E
n la diócesis
se creó la
C
o
m
isn de
P
az y
E
coloa
(COPAE)
,
desde donde se trataba de aco
m
pañar a las
co
m
unidades afectadas
,
y seguir de cerca el proceso analizando fuentes y ríos
. N
uestros alisis
en laboratorio independiente nunca coincidían con las cifras de la e
m
presa
. T
odos sabía
m
os
que la utilización del cianuro y el proceso de lixiviacion -prohibido en otros países,
pero autorizado en Guatemala-, constituían un riesgo y las aguas ya no estaban limpias.
Para no seguir: pasaron 12 años, la mina ya terminó. Se supone que ya no es rentable
continuar, y se va. ¿Y ahora? Pues ahora queda ahí el riesgo siempre latente de que los
elementos químicos empleados puedan filtrarse a los mantos freáticos. Las fuentes
desaparecidas nunca volverán a manar. La balsa de lodos, cuyo fondo había sido
recubierto de una membrana probablemente ya rota, seguirá ahí amenazante. Las casas
agrietadas por las explosiones tendrán que ser reco
m
puestas por las fa
m
ilias afectadas
. Y,
en el aspecto sociológico
,
quedan unas co
m
unidades divididas
,
rotas
,
enfrentadas
. A
lcohol
,
otras drogas y paro
. F
a
m
ilias destruidas por el dinero sie
m
pre escaso y ahora
m
al utilizado
.
Q
uienes trabajaron en la mina, beneficiados y sin cuidado por lo que haya pasado a otros
y al ambiente; quienes quedaron fuera o se opusieron, como estaban o peor.
Como abundaba el dinero, porque se habían creado puestos de trabajo, fueron
apareciendo pequeños negocios, tiendecitas, bares, casas de prostitución, posadas, algún
hotelito. Ahora, el vacío, el cierre. Y siempre el miedo a las consecuencias de lo
desconocido, a la indefensión, porque también aparecieron extrañas enfermedades de la
piel nunca aclaradas ni admitidas, y la contaminación de aguas y suelos siempre
aparecen como amenazas, el riesgo para los animales y la sensación de haber sido
engañados: vinieron, se fueron y nos llevaron el oro y la plata. Y nos dejaron la
contaminacn y el miedo. Otra vez la historia de los espejitos. Nos dejaron el brillo y
nos llevaron el oro. Y esto no sucedió ayer, pasa hoy.
E
l presidente de
EEUU, D
onald
T
ru
m
p
,
inició este
m
artes su pri
m
er día
en el poder con un servicio interreligioso en la Catedral Nacional de
W
ashington
,
un evento que
m
arca el cierre de los actos de su investidura
.
Trump asistió a la ceremonia junto a la primera dama, Melania
Trump. Desde la primera fila, ambos escucharon en silencio y con
gesto solemne los rezos, las melodías del órgano y los cantos,
incluido un 'Ave María'. A su lado estaban el vicepresidente, JD
Vance y su esposa, Usha.
La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde pidió a Trump y
Vance tener “misericordia” con “los gais, lesbianas y niños
transgénero”. La obis pa aña dió: “Y tam bién con los que recogen
nuestras cosechas y limpian nuestras oficinas; los que lavan
nuestros platos en un restaurante o los que hacen los turnos de
noche en los hospitales”.
“Puede que no sean ci udadanos o puede que no tengan la
documentación apropiada, pero la gran mayoría de los inmigrantes
no son crim inales”, recordó Budde, ante la incómoda mirada de
Vance, que en un momento buscó a Trump.
Este tipo de servicio es una tradición desde 1993, cuando el nuevo
presidente asiste a una ceremonia de oración la mañana siguiente a
su toma de posesión.
Texto final del sermón
"P
er
m
íta
m
e una últi
m
a súplica
,
señor presidente
. M
illones han puesto
su confianza en usted
. Y
co
m
o dijo ayer a la
N
ación
,
usted ha sentido
la
m
ano providencial de un
D
ios a
m
oroso
. E
n no
m
bre de nuestro
D
ios
,
le pido que tenga misericordia con la gente que está asustada
en nuestro país: gays, lesbianas y niños y niñas transgéneros
en familias demócratas, republicanas e independientes.
Algunas de ellas temen por sus vidas. Y misericordia con la
gente, la gente que recoge nuestros cultivos y limpia nuestros
edificios de oficinas, que trabajan en las granjas de pollos y en
las plantas de envasados de carne, que limpian los platos
después de que comamos en los restaurantes y que trabajan en
los turnos de noche en los hospitales.
P
uede que no sean ciudadanos que tengan la docu
m
entación
adecuada
,
pero la vasta mayoría de inmigrantes no son
delincuentes: pagan impuestos y son buenos vecinos, son
fieles miembros de nuestras iglesias, mezquitas, sinagogas,
gurdwaras o templos"
"Le pido tener compasión, señor presidente, con quienes en
nuestras comunidades que tienen miedo de que se lleven a sus
padres, y que ayude a quienes huyen de zonas de guerra y
persecución en sus propias tierras a encontrar compasión y
que sean bienvenidos aquí. Nuestro Señor nos enseña que
tenemos que ser misericordiosos con los extranjeros, pues
todos nosotros fuimos extranjeros en esta tierra.
Que Dios nos garantice la fuerza y la valentía para honrar la
dignidad de todos los seres vivos, decir la verdad los unos a los
otros en amor, y caminar humildemente los unos con los otros
y con nuestro Dios. Por el bien de toda la gente de esta nación y
del mundo.
Trump, en su persona y su política encarna la negación más radical de los valores
evangélicos. Es un multimillonario que se rodea de las personas más ricas del mundo.
Y no parece que la intención de estos multimillonarios sea repartir algo de su riqueza,
sino aumentarla todo lo posible.
Pues en este tema de la riqueza el evangelio es muy claro: ¡Qué difícil es entrar en
el Reino de Dios para los que tienen riquezas! Es s fácil que un camello pase
por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios (Lucas 18, 18-25).
Y
no lo en este pasaje
. S
ie
m
pre que se habla de la riqueza la postura de Jesús es
m
uy clara
:
No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra… Porque donde está tu tesoro,
allí estará tu corazón (Mateo 6, 19 21)
No se puede servir a Dios y al dinero. (Mateo 6, 34)
Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. (Lucas, 6.26
P
ero
¡
ay de vosotros
,
los ricos
!,
porque habéis recibido vuestro consuelo
.
(L
ucas
,
6, 24
)
Y no sólo en el tema de la riqueza se aparta Trump del espíritu cristiano. También
podemos leer en el Evangelio Este es mi mandamiento: Que os améis unos a
otros, como yo os he amado (Juan 15:12)
Para Jesús el mandamiento principal es amar a Dios pero el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Y aquí no se refiere sólo al amor entre los judíos, cuando Jesús quiere poner un
ejemplo de amor y compasión hacia el prójimo, el protagonista es un samaritano, un
pueblo odiado por los judíos. Pues la política de Trump no parece estar muy
inspirada por el amor al prójimo, más bien todo lo contrario.
En su nombramiento como presidente Trump juró sobre una biblia, y en la biblia
podemos leer:
No maltrataras ni oprimirás al emigrante que reside en tu territorio, porque
también vosotros fuisteis emigrantes en el país de Egipto (Éx, 22,20)
Si un emigrante viene a residir entre vosotros, en vuestra tierra, no lo oprimáis. El
emigrante residente será para vosotros como el compatriota: lo amarás como a ti
mismo, porque vosotros fuisteis emigrantes en el país de Egipto
(Lev, 19, 33-34)
Los antepasados de Trump no son oriundos de ese territorio que hoy se llama Estados
Unidos, llegaron allí como emigrantes, pero parece que eso no le interesa recordarlo,
y esos pasajes de la biblia tampoco merecen ser tomados en consideración, así es que
una de sus primeras tareas ha sido echar emigrantes
La obispa que presidía aquella ceremonia religiosa le hizo unas cuantas advertencias
que no le sentaron nada bien. Así que convendría insistir hasta que se le caiga la
careta de cristiano.
La Hipocrea de Trump
I
n
m
igración
: m
entiras que ali
m
entan el odio
S
e cumplen
25
os de la pri
m
era tragedia
m
igratoria docu
m
entada en la ruta hacia las islas
C
anarias
,
cuando nueve jóvenes
m
arroqes
m
orían ahogados a sólo unos
m
etros de la isla
española de
F
uerteventura
. D
esde entonces
,
otras
21.000
víctimas han perecido en esa ruta.
Nada detiene el constante flujo de pateras que siguen llegando día a a, minuto a minuto.
En lo que va de o, ya son 27.000 las personas llegadas a España en forma irregular, un
160,8% más que en el mismo periodo de 2023. Huyen de países azotados por guerras
civiles y conflictos armados, de la pobreza extrema y del hambre, de la persecucn a las
personas LGTBI, de (en el caso de las mujeres) la mutilación genital y los matrimonios
forzosos. ¿Es preciso decir que buena parte de las guerras de las que huyen son
provocadas por las potencias occidentales?
Las estadísticas indican que desde 2014 unas 4.000 personas mueren cada o en las rutas
migratorias, aunque en 2023 fueron unas 8.000. El número real, sin embargo, es sin duda
mucho mayor.
Pero nunca como hoy habían sido víctimas de tanto odio. Grupos o partidos políticos
vinculados a la extrema derecha los presentan como amenazas para la ciudadanía,
afirmando que vulneran nuestra seguridad y nuestros derechos, que nos quitan el trabajo,
que se benefician de ayudas gubernamentales infinitas, que colapsan el sistema sanitario…
La mayoría de los inmigrantes sin documentos que llegan a Espa lo hacen por los
aeropuertos. Y los países de donde vienen son sobre todo Venezuela, Colombia,
Honduras… En España viven muchos más ucranianos que subsaharianos, y tenemos medio
miln de ingleses e italianos y 300.000 alemanes viviendo permanentemente en nuestro
país. Pero ellos no tienen problemas.
El odio se ceba en musulmanes y personas de piel negra, que no llegan al 10% de
inmigrantes indocumentados. Por cada ocho latinos que reside sin papeles en España, hay
sólo un africano o magrebí. A ellos se les acusa de violar a nuestras mujeres y de cometer
todo tipo de delitos, aunque los datos dicen que el porcentaje de delitos cometidos por ellos
no es mayor que los perpetrados por españoles.
Desde diversos sectores y actores sociales se nos bombardea con mensajes de odio y
xenofobia para justificar lo injustificable.
Es oportuno recordar que el 58% de la mano de obra mundial (unos 2.000 millones de
personas), trabaja en el sector informal, con protección social mínima y sin derechos
laborales; que la tasa de desempleo entre los venes entre 15 y 24 os se sia en el
45,4%. Cada vez más personas se enfrentan a los efectos adversos de la castrofe
clitica. Según el Banco Mundial, en 2050 haben el mundo al menos 216 millones de
refugiados climáticos.
W
aldo
G
erardo
F
dez.
Cada vez s personas abandonan sus países de origen y deben realizar las peligrosas
traveas del Sahara, el Mediterráneo o el Atntico por las inhumanas políticas de la
Unión Europea que, impregnadas de racismo, xenofobia y aporofobia, les impiden
optar por as seguras y les obligan a elegir itinerarios de muerte. Unas poticas que
normalizan la externalizacn de fronteras y la deportacn.
La reelegida presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado una
mayor eficacia en las devoluciones de los inmigrantes y ha prometido multiplicar por tres el
presupuesto y el personal de Frontex (que pasará de 10.000 efectivos a 30.000), el
mecanismo represivo que se ha visto envuelto en vergonzosos episodios de violaciones a
los derechos humanos y de corrupción. Ni una palabra sobre as legales y seguras o
para proteger a las personas.
Sen la Organización Internacional de Migraciones, lo el 2% de las personas que
sale de su país llega a Europa; las demás desaparecen, mueren o se rinden. Quienes
llegan, muy pronto son devueltos. España rara vez acepta como refugiados a los solicitantes
africanos; es el país europeo que tiene el nivel s alto de denegaciones de asilo; solo
concede el 12% de las solicitudes.
La poblacn inmigrante ena cantidades importantes de dinero para sostener a sus
familias. En el o 2000 mandaron 128.000 millones de dólares; en 2022, fueron 831.000
millones. Pero la irregularidad se convierte en el caldo de cultivo perfecto en el que se
alimentan demasiados empresarios para explotar a un sector debilitado, a sabiendas de que
nadie va a denunciar.
Por otra parte, el torpe modelo migratorio europeo amenaza ya los intereses de nuestras
propias economías. Necesitamos a los inmigrantes para sostener su desempeño económico
y financiar pensiones, sanidad y otros servicios. El lculo s reciente del Banco de
España estima que necesitaremos 24 millones de migrantes s a lo largo de los
próximos 30 años.
La encuesta de la vergüenza
El 30,4% de los españoles considera que la inmigración es el principal problema de
España, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)
correspondiente a septiembre. Sin embargo, preguntados por los problemas que más les
afectan “personalmente”, sitúan la inmigración en quinto lugar, tras los problemas
económicos, la sanidad, la calidad del empleo y la vivienda. Tres meses antes, en el
barómetro publicado en junio, la inmigración ocupaba el noveno puesto en esa lista.
¿Qué ha pasado?
Hay quien dice que buena parte de culpa la tiene la forma en que el CIS ha planteado la
encuesta; sin embargo, es evidente que sus resultados son consecuencia directa de una
campaña racista de criminalización y deshumanización de las personas migrantes,
llevada a cabo por organizaciones y partidos de extrema derecha cuyos bulos y mentiras
son difundidos con profusión por los grandes medios. De hecho, la mayoría de ese
30,4% son votantes de la derecha y la extrema derecha.
D
esde diversos
m
edios se airea que el 27,8% de la poblacn de
E
spaña es in
m
igrante
. S
egún
el Servicio Jesuita a Refugiados, el 18,15% de la población es “de origen inmigrado” y
quienes tienen “algún permiso de trabajoalcanza el 13%. Los datos de la Fundación de
las Cajas de Ahorros (FUNCAS) también sitúa en el 18,1% los habitantes en España
nacidos en el extranjero. El mismo porcentaje maneja el Real Instituto Elcano.
El discurso racista se alimenta del miedo y califica la inmigración como “invasión”, lo
que justifica la defensa frente a la amenaza que representan personas migrantes. Se culpa
a los migrantes de los problemas de vivienda. No se menciona que se ha convertido en
una mercancía y un activo financiero, y que los grandes poseedores (tenedores) activan
mecanismos para que los precios de venta y alquiler suban incesantemente. Nada se dice
de la inacción de los gobiernos para parar los desahucios o regular el alquiler.
Otro bulo es que los jubilados se van a quedar sin pensión, porque los migrantes nos
roban las ayudas. Se afirma que el 55% de los inmigrantes reciben ayudas sociales, pero
según los datos oficiales, sólo el 11% las recibe. Es falso que los inmigrantes
desempleados/as alcancen el 41%, se trata del 16%. El objetivo de la difusión de tantos
bulos es generar crispación y odio hacia los migrantes. ¿Son ellos los que nos
empobrecen o son los obscenos especuladores y acumuladores de riqueza?
¿Quién no ha oído que la inmigración aumenta la delincuencia? Sin embargo, la tasa de
criminalidad se mantiene estable en España desde hace décadas. Canarias recibe desde
2020 el 80,5% de la inmigración irregular que llega a España, pero la tasa de
criminalidad en Canarias está por debajo de la media nacional, de acuerdo con el
Ministerio del Interior.
¿Nos quitan el trabajo? ¿Cómo sostener ese argumento, cuando el aumento de la
inmigración coincide con el mejor momento de creación de empleo en España de las
últimas décadas?
¿L
a llegada de in
m
igrantes au
m
enta el gasto público
? ¿P
or qué no hablar de la decisión de
las autoridades de a
m
pliar la edad de jubilación o de infra financiar los servicios públicos
,
m
ientras aumenta el gasto militar y el fortalecimiento de las fronteras? La derecha y la
extrema derecha han conseguido que la población se deje influir por las mentiras y bulos
sobre la inmigración, que buscan sacar rédito político con el alarmismo migratorio.
La gran prensa se ha uncido a los mensajes plagados de mentiras y bulos, aceptando los
discursos de odio y vinculando de manera acrítica la llegada de personas migrantes con
cuestiones económicas y de seguridad pública. Pocas veces se habla de la situación en
los países de origen, de la inexistencia de vías legales y seguras para poder migrar, de los
abusos que se cometen en las rutas migratorias, de las situaciones de exclusión social en
la que se ven envueltos cuando llegan…
Tampoco se habla del secular expolio que Occidente ha practicado en los países origen
de la migración. Ni de la imposición de políticas de ajuste y de endeudamiento masivo a
poblaciones empobrecidas. Ni de la miseria, las guerras y la falta de oportunidades que
empujan a los migrantes a jugarse la vida en el mar. Ni del derecho de las personas
migrantes al asilo, cuando se cumplen esas condiciones, de acuerdo a la Convención de
Ginebra de 1951.
Muros, vallas, alambradas y fosos se multiplican hoy por el planeta para frenar el libre
movimiento de seres humanos, mientras las mercancías y el capital gozan de la mayor
libertad de movimientos. Ello es coherente con el Pacto de Migración y Asilo de la
Unión Europea que facilita las devoluciones en caliente, prioriza la externalización y la
militarización de las fronteras, vulnera directamente el derecho de asilo y normaliza la
represión de personas migrantes y su abandono en el mar.
Todo ello forma parte del “modelo de civilización” que nos han fabricado.