Función y significado del Bautismo
E
n la reunión de este mes de
m
arzo, de nuestro grupo de
C
ristianos de
B
ase
,
dedica
m
os
nuestra atención a uno de los recientes artículos de Faustino Vilabrille, titulado:
B
B
B
a
a
a
u
u
u
t
t
t
i
i
i
z
z
z
a
a
a
r
r
r
s
s
s
e
e
e
p
p
p
o
o
o
l
l
l
í
í
í
t
t
t
i
i
i
c
c
c
a
a
a
m
m
m
e
e
e
n
n
n
t
t
t
e
e
e
p
p
p
a
a
a
r
r
r
a
a
a
h
h
h
a
a
a
c
c
c
e
e
e
r
r
r
u
u
u
n
n
n
m
m
m
u
u
u
n
n
n
d
d
d
o
o
o
m
m
m
e
e
e
j
j
j
o
o
o
r
r
r
, y que puede verse en la
dirección de Internet:
https
://www.
religiondigital.org/faustino
_
vilabrille
/B
autizarse-politica
m
ente-hacer
-
m
undo-mejor_7_2742695709.html
En ese texto se expone la idea de que bautizarse significa seguir a Jesucristo y actuar
co
m
o él lo hizo
,
luchando contra la injusticia
,
la opresión
,
la pobreza
,
la corrupción y la
explotación, mientras se promueve la justicia, la fraternidad, la solidaridad, la igual-
dad y el respeto por toda la creación
. E
l texto critica a la Iglesia oficial por alejarse del
mensaje de Jesús, acumulando riquezas y privilegios en lugar de comprometerse con
los más empobrecidos. Se enfatiza que todos, sean creyentes o no, deben asumir un
co
m
pro
mi
so radical para
m
ejorar el
m
undo
,
enfrentando los proble
m
as globales actuales
co
m
o el ha
m
bre
,
las desigualdades
,
la violencia y la destrucción a
m
biental
. E
l bautis
m
o
debe verse como un acto de transformación personal y social en línea con los valores
esenciales del Evangelio y del amor fraterno.
Es decir, aunque, como el texto especifica, los mencionados valores son algo que con-
cierne a toda la hu
m
anidad
,
con independencia de las creencias de cada cual
,
el creyente
cristiano los asu
m
e co
m
o un bautis
m
o
,
un sacramento de iniciación, con el significado
de símbolo que enfatiza o solemniza el compromiso, ante Dios, de atenerse a esos
valores y cumplir con ellos. Por eso, en el debate de nuestro colectivo no podía dejar
de mencionarse la incongruencia que significa bautizar a niños de corta de edad que
no pueden comprender lo que significa ese acto.
¿C
ó
m
o
,
y por qué, se llegó esa aberración? Fue una más de las doctrinas que se fueron
formando en el seno de una comunidad eclesial que generaba, a lo largo de los siglos,
teologías y dogmas que ignoraban e incluso contradecían las enseñanzas de Jesús de
N
azaret
. C
oncreta
m
ente
, la
teología sobre el bautis
m
o quedó for
m
alizada ya a finales del
siglo
IV,
a resultas de la doctrina que i
m
partía
A
gustín de
H
ipona
(
354
-
430
)
e i
m
puso en
el
III C
oncilio de
C
artago
(
año
397
). A
gustín insiste en que el ho
m
bre hereda la culpa del
pecado de
A
n y
E
va, y hace hincapié en la naturaleza depravada del ser hu
m
ano co
m
o
consecuencia de este
pecado original
,
diciendo incluso que por esa razón quienes
m
ueren
sin bautizarse
,
incluso los nos
,
se que
m
arán en un tor
m
ento eterno, no por alguna acción
personal
,
sino por un origen co
m
ún con ese antepasado
,
con quien todos he
m
os pecado
”.
P
orque todo el género hu
m
ano es corresponsable del pecado original.
P
ero prescinda
m
os de las ocurrencias de gente que se considera a
m
is
m
a un
m
agiste-
rio y cá
m
onos a lo que ensa el
E
vangelio sobre el bautis
m
o
. E
n los textos evangélicos
,
el concepto de
bautis
m
o para el pern de los pecados
aparece un par de veces y en a
m
-
bas es con relación al bautis
m
o que i
m
partía
J
uan
. J
esús
m
enciona el bautis
m
o una vez,
en Mateo 28:19-20: id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el
B
oletín nú
m
. 71
- 12 de marzo de 2025
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado. Es claro que está hablando de un bautismo de
iniciación, un acto por el que se asume la pertenencia al colectivo de sus seguidores
con todo lo que eso significa de comprometerse en la realización de su proyecto. Ni
una palabra sobre “pecado original”.
P
ero
,
sobre todo
,
es la propia experiencia bautis
m
al de
J
esús de
N
azaret
. L
os cuatro evan-
gelios canónicos narran el bautis
mo
de
J
esús por parte de
J
uan
,
lo que indica que se le da
m
ucha i
m
portancia
. E
ste evento se encuentra en
(M
ateo 3:13
-
17
, M
arcos 1:9
-
11
, L
ucas
3:21
-
22, y
J
uan 1:29
-
34
)
. E
s un
m
o
m
ento clave en el que el
E
spíritu
S
anto desciende sobre
Jesús y le impulsa a la misión que tenía encomendada.
Queda claro, pues, que la función del bautismo es concienciar sobre la tarea que Jesús
asigna a sus seguidores, no la de borrar el llamado pecado original. Pensar que los
niños ya nacen con un pecado heredado y toda la humanidad ha nacido empecatada
desde siempre, eso es atribuir a Dios una monstruosidad. No hay tal pecado original.
El mensaje cristiano, necesita ser reformulado y expresado desde la coherencia con
Jesucristo y su mensaje para el bien de la Humanidad y la Creación.
De nuevo nos encontramos con la gran deformación que la teología tradicional de la
Iglesia ejerce sobre la enseñanza de
J
esús. Precisamente la vocación de los grupos
cristianos de base es superar esa contradicción, y eso postula informar a un público
que los poderes dominantes, en la sociedad y en la Iglesia, quieren mantener en la
ignorancia. En la voluntad de llegar a gente que ni siquiera conoce nuestra existencia,
contemplamos la posibilidad de elaborar y editar una página web como órgano de
expresión de nuestro colectivo. Que Dios nos ayude en esa tarea y bendiga el trabajo
que queremos realizar a favor de la difusión del mensaje de Jesús de Nazaret.
B
autizarse, o sea, decidirse por Jesucristo, significa optar por todo lo que Él optó en su vida,
desde la opción por la justicia, la fraternidad, el amor a todos y a todo, la solidaridad, la
libertad
,
la igualdad
,
la dignidad de toda criatura
,
la vida
,
la esperanza
…;
y el rechazo de los
ricos y sus riquezas, el rechazo de los poderosos y su poder, tanto político como religioso.
ARTÍCULOS SIN CENSURA (José Carlos Enríquez Díaz)
TRUMP Y ABASCAL: LOS APÓSTOLES DEL DINERO
QUE IGNORAN AL POBRE Y AL MIGRANTE
El mensaje de Jesucristo es claro y poderoso: “Lo que hicisteis a uno
de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mateo 25:40).
Este llamado a la solidaridad y el amor por los más débiles guía a los
cristianos a rechazar cualquier forma de exclusión, opresión o explotación. Sin embargo,
líderes como Donald Trump y Santiago Abascal han adoptado políticas que contradicen
profundamente estos valores. Su agenda política favorece a los ricos, profundiza las
desigualdades económicas y abandona a los más vulnerables: los pobres, los inmigrantes y
los ancianos. A través de discursos incendiarios y promesas populistas, Trump y Abascal
han construido una narrativa que divide a las sociedades, exaltando a los poderosos
mientras demonizan a los marginados. Este análisis crítico, fundamentado en los valores
evangélicos, expone cómo sus políticas no solo perpetúan la injusticia social, sino que
también traicionan el espíritu del Evangelio.
Donald Trump, durante su mandato como presidente de los Estados Unidos, promovió una
reforma fiscal en 2017 que benefició desproporcionadamente a los más ricos. Según el
Instituto de Política Económica (EPI), el 60 % de los beneficios de esta reforma recayeron
en el 1 % más rico de la población
.
Mientras tanto, los trabajadores de clase media y baja
apenas vieron mejoras en sus ingresos, lo que contribuyó al aumento de la desigualdad
económica. Por su parte, Santiago Abascal, líder del partido español Vox, ha defendido
políticas que reducen la carga fiscal para los grandes patrimonios mientras se opone a
medidas como el incremento del salario mínimo. Además, su partido ha propuesto recortes
en el gasto público, incluyendo las pensiones, alegando que son insostenibles. Sin embargo,
en lugar de buscar soluciones equitativas, estas propuestas afectan principalmente a los
sectores más vulnerables de la sociedad, como los jubilados y las familias de ingresos bajos.
El Evangelio enseña que la riqueza no debe ser un fin en mismo, sino un medio para
servir a los demás. Jesús dijo: Es s fácil que un camello pase por el ojo de una aguja
que un rico entre en el reino de Dios” (Mateo 19:24).
L
as políticas económicas de Trump y
Abascal, sin embargo, perpetúan un sistema que concentra la riqueza en unas pocas manos,
olvidando las necesidades del prójimo.
Una de las características más evidentes de los discursos de Trump y Abascal es su
rechazo hacia los inmigrantes. En 2016, Trump construyó su campaña presidencial en
torno a la promesa de levantar un muro en la frontera con México para detener la
inmigración. Durante su mandato, implementó políticas como la separación de familias en
la frontera, lo que causó un daño irreparable a miles de niños y padres. Estas acciones, lejos
de promover la seguridad, deshumanizan a quienes buscan una vida mejor. En España,
Santiago Abascal ha adoptado una postura similar. Vox utiliza el miedo y el rechazo
hacia los inmigrantes como una herramienta política, asociándolos con el crimen y la
inseguridad. Además, el partido ha abogado por endurecer las políticas de asilo y
deportar a migrantes indocumentados, ignorando su derecho a buscar refugio. La
Biblia llama a acoger al extranjero con amor y compasión: “Cuando un extranjero
resida con vosotros en vuestra tierra, no lo maltratéis. Al contrario, trátenlo como a
uno de ustedes” (Levítico 19:33-34). Al despreciar a los inmigrantes y tratarlos como
una amenaza, estos líderes traicionan este principio fundamental de la fe cristiana.
Trump y Abascal también han mostrado una clara falta de compromiso con el
bienestar social. Trump intentó en varias ocasiones desmantelar el sistema de salud
conocido como Obamacare, que permitió a millones de estadounidenses de bajos
ingresos acceder a servicios médicos. Aunque no logró eliminarlo completamente, sus
esfuerzos pusieron en riesgo la vida de muchos que dependen de esta cobertura. En
España, Vox ha abogado por recortes en áreas clave como la educación y la sanidad
pública, proponiendo privatizaciones que beneficiarían únicamente a quienes pueden
permitirse pagar por estos servicios. Este enfoque prioriza los intereses económicos de
unos pocos por encima del bienestar de la mayoría. Jesús dejó claro que el cuidado de los
enfermos, los hambrientos y los necesitados es una prioridad para sus seguidores: “Porque
tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber” (Mateo 25:35). Las
políticas de estos líderes, que limitan el acceso a derechos básicos, son una afrenta directa a
esta enseñanza.
Tanto Trump como Abascal han recurrido al populismo para dividir a las sociedades
y consolidar su poder. Sus discursos, marcados por el nacionalismo extremo y la
retórica del “ellos contra nosotros”, han fomentado el odio hacia grupos marginados.
Este enfoque contradice el mandamiento central del cristianismo: “Ama a tu prójimo
como a ti mismo” (Mateo 22:39). En lugar de promover la unidad y el entendimiento,
ambos líderes han sembrado desconfianza y miedo. Esto no solo destruye el tejido social,
sino que también perpetúa la desigualdad y el sufrimiento de los más débiles.
Los cristianos están llamados a ser “luz del mundo” y “sal de la tierra” (Mateo 5:13-16),
defendiendo la justicia y cuidando a los más necesitados. Las políticas de Donald Trump y
Santiago Abascal son un recordatorio de los peligros de alejarse de estos principios. Es
hora de que las comunidades cristianas alrededor del mundo se opongan con firmeza a
líderes que traicionan los valores del Evangelio, exigiendo políticas que promuevan la
equidad, la hospitalidad y el cuidado de todos, especialmente de los más vulnerables. Como
dijo el profeta Amós: “Que fluya como un río la justicia, y la rectitud como un arroyo
inagotable” (Amós 5:24)
SEXO, PECADO Y PODER: LA IGLESIA
CONTRA EL PLACER
El Daño de la Iglesia a Través de sus Prejuicios sobre el
Pecado: Un Análisis desde la Teología Progresista
A
lo largo de la historia
,
la
I
glesia ha jugado un papel central en la
configuración de los valores
m
orales y sociales de la civilización
occidental
. S
in e
m
bargo, su concepción del pecado y los prejuicios que han e
m
anado de ella han
generado un daño profundo en individuos y comunidades. Diversos teólogos han criticado
estas concepciones, argumentando que la doctrina tradicional ha servido para reforzar
estructuras de control y opresión en lugar de promover una espiritualidad liberadora.
La Iglesia y el Sexo: Siglos de Culpa y Represión
Desde la patrística hasta la escolástica, la Iglesia ha definido el pecado como una
transgresión contra Dios que acarrea culpa y castigo. Esta visión ha generado una moral
basada en la prohibición y el temor, donde el cumplimiento de normas religiosas se
antepone a la vivencia del amor y la justicia. Como señala Pikaza, la categoría de pecado
ha sido utilizada para reforzar jerarquías eclesiásticas y controlar la vida de los fieles,
limitando la autonomía de la conciencia.
Uno de los daños más evidentes ha sido la imposición de un sentimiento de culpa
constante, que ha llevado a muchas personas a experimentar la religión como una carga en
lugar de una fuente de liberación.
La teología tradicional ha convertido el pecado en un
mecanismo de sumisión y exclusión, especialmente en temas relacionados con la
sexualidad, el género y la libertad individual. La condena del placer, el rechazo a la
diversidad sexual y la subordinación de la mujer han sido justificadas con base en una
interpretación restrictiva del pecado.
Sexo, Pecado y Poder: La Iglesia Contra el Placer
La teología progresista ha intentado desmontar esta visión represiva y negativa del pecado.
Xabier Pikaza, por ejemplo, propone una relectura del pecado como un alejamiento
del amor y la justicia, en lugar de una simple violación de normas impuestas. Para
Pikaza, la verdadera conversión no consiste en seguir preceptos externos, sino en una
transformación del corazón orientada hacia el amor y la solidaridad.
Por su parte, José María Castillo ha insistido en que la centralidad del mensaje cristiano
está en la misericordia y el compromiso con los más vulnerables, y no en la condena y
la exclusión. En este sentido, la insistencia en el pecado como falta moral ha llevado a la
Iglesia a perder de vista el Evangelio de Jesús, que no se centró en las prohibiciones, sino
en la inclusión de los excluidos. La crítica de Castillo es especialmente dura contra la
instrumentalización del pecado para el control social y político.
La predicación de Jesús no se basó en el castigo ni el temor, sino en la esperanza y la
reconciliación. La Iglesia, al insistir en una concepción legalista del pecado, se ha
alejado de la misión original de Jesús y ha creado una estructura de poder que
favorece la sumisión en lugar del crecimiento espiritual.
El Sexo Prohibido: La Iglesia Contra la Diversidad
Las consecuencias de esta visión tradicional del pecado han sido devastadoras. En el ámbito
de la sexualidad, ha generado generaciones de fieles con culpas infundadas y ha contribuido
al rechazo de identidades diversas
.
En el ámbito social, ha justificado la discriminación de
minorías y el sometimiento de la mujer bajo un modelo patriarcal disfrazado de doctrina
divina. Además, la centralización del pecado en cuestiones individuales ha llevado a la
Iglesia a ignorar pecados estructurales como la pobreza, la corrupción o la injusticia social.
Un ejemplo claro de este daño es la actitud de la Iglesia hacia la comunidad LGBTQ+.
Durante siglos, la homosexualidad ha sido considerada un pecado grave, lo que ha llevado a
la discriminación y exclusión de miles de personas. La teología progresista, en cambio, ha
insistido en que la diversidad sexual no es una desviación moral, sino una expresión más de
la riqueza de la creación de
D
ios
.
Pikaza y otros teólogos han argumentado que la condena
de la homosexualidad es el resultado de una interpretación errónea de los textos bíblicos,
basada en prejuicios culturales más que en el mensaje de amor de Jesús.
Hacia una Nueva Comprensión del Pecado
La toxicidad de ciertas ideas promovidas por algunos eclesiásticos ha perpetuado
sentimientos de culpa y vergüenza que han marcado la vida de muchas personas. En lugar
de ser una fuerza de liberación, la Iglesia ha sido utilizada como un instrumento de control
y represión. La insistencia en una visión negativa del cuerpo y la sexualidad ha contribuido
a traumas psicológicos y al rechazo de experiencias humanas naturales.
Es crucial que la Iglesia reconozca el daño causado y abrace una perspectiva más humanista
e inclusiva. La verdadera fe no debería basarse en el miedo y la condena, sino en la
compasión y el respeto por la diversidad humana. Solo así podrá cumplir su misión de
ser un refugio para todos, sin distinción ni discriminación.
Numerosos testimonios reflejan cómo esta visión ha afectado la vida de muchas personas.
Mujeres que crecieron creyendo que el placer era pecado han enfrentado dificultades en su
vida íntima. Hombres que fueron educados en la culpa sexual han desarrollado ansiedad y
represión emocional. Personas LGBTQ+ han vivido en silencio, con miedo a ser
condenadas por la comunidad religiosa. Son historias de vidas marcadas por el peso de
dogmas impuestos que han generado sufrimiento innecesario.
Es crucial que la Iglesia reconozca el daño causado y abrace una perspectiva más
humanista e inclusiva. La verdadera fe no debería basarse en el miedo y la condena,
sino en la compasión y el respeto por la diversidad humana. Solo así podrá cumplir su
misión de ser un refugio para todos, sin distinción ni discriminación.
Va a hacer 3 años que comenzó el conflicto bélico en Ucrania, desde entonces muchos
venimos reclamando la necesidad acuciante de que Europa jugara un papel propio, sin
determinismos de la OTAN y de los EEUU, y que ello no impidiera apostar por la paz con
Rusia y cooperar con Ucrania en una salida justa de la situación.
Pero no, la UE se entregó dócilmente al belicismo de Washington y a dopar a Ucrania para
que sostuviera una guerra imposible de ganar frente a una potencia nuclear como Rusia.
Nadie niega que Putin tuvo la responsabilidad de apretar el botón de una intervención militar
impropia, pero también es evidente que la política norteamericana, haciendo uso exclusivo de
la OTAN, acorra a Rusia y provocó un desenlace fatal. Igualmente Ucrania, con su
pretensión inadecuada de entrar en la OTAN, facilitó una reacción defensiva del Kremlin,
cuyos resultados han sido catastróficos.
Más aún, mientras en Ucrania hubo gobiernos neutrales o próximos a Moscú, la situación de
Ucrania desde su independencia de la antigua URSS en 1991 fue bastante armónica, contando
siempre con que era un país claramente dividido entre una zona algo mayoritaria más
vinculada a occidente y otra totalmente rusófila, incluida Crimea, cuya población es
completamente rusa, como quedó patente en el Referéndum de anexión de 2014, con un 97
por ciento de apoyo popular. Cuando se produce el golpe de dicho año y Rusia recupera
Crimea, los territorios pro rusos sufren un acoso permanente desde Kiev y son castigados por
su inclinación por Rusia.
Ese injusto proceder del gobierno pro yanki del país constituyó un agravio muy difícil de
soportar por el sentimiento de una Rusia neoimperial y sonaron las alarmas para liberar a esos
territorios del Dons de la opresión occidental. El resultado ha sido un país destruido, una
pérdida de vidas indescifrable todavía y un exilio desco
m
unal
,
que aunque haya contado con una
hospitalidad selectiva por la UE y otros países, ha supuesto un trauma colectivo impagable.
Ahora con la llegada de Trump ha volado por los aires esa pretensión de defensa occidental
hacia Ucrania. La negociación directa entre Trump y Putin deja a Europa en una posición
completamente insignificante y coloca a Ucrania en un rol utilitario para los intereses
norteamericanos industriales y comerciales. Es de suponer que la solución no es tan simple y
sencilla, pero todo indica que Trump quiere arrastrar a Rusia, tras la paz convenida y sin
concesiones, a una alianza a medio plazo, que la aleje de China y formar así un frente común
contra el único enemigo real para los EEUU, pues es el proyecto verdaderamente alternativo,
en lo económico, en lo social y en lo político.
P
or ello
,
por
m
ás que
Z
elenski cla
m
e pidiendo
m
ás ayuda a la
UE,
las cartas ya están
m
arcadas y
esa guerra
,
afortunada
m
ente, tiene los días contados
. A
hora bien
,
cuál ha de ser el rol de la
UE
a
partir de ahora
. N
atural
m
ente hay que apuntalar esa autono
m
ía perdida
,
con una reaccn equilibra-
da pero fir
m
e ante la presión a
m
ericana
,
esto se conseguiría intensificando sin falsos te
m
ores la
relación co
m
ercial y diplo
m
ática con
C
hina para contener la frontalidad de
T
ru
m
p
,
hay que abrir
un proceso de paz con
R
usia sin servilis
m
os, pero con voluntad cooperativa clara
. E
so ayudará a
cerrar el conflicto de
U
crania con el
m
enor daño hu
m
anitario y econó
m
ico posible
,
pactando una
reconstrucción
,
donde no quede solo el
a
mi
go yanki
. Y
final
m
ente
,
hay que negociar con los
EEUU
con valentía y cordura para equilibrar el escenario internacional
,
con un concepto de paz a
m
plio
y profundo, que incida en todos los conflictos actuales, así podría alcanzar Europa esa
autonomía efectiva y constructiva para la convivencia internacional.
Febrero 2025
Nos parece que Donald Trump es un disparate total, un rompedor del
sistema que daba cierta seguridad de respeto de los derechos humanos
a una determinada población que ahora se ve en peligro. Un prepotente
amparado no solo por multimillonarios, sino también por el poder militar y
demás fuerzas que hay detrás de los EEUU. Un sistema democrático,
que es más formal que real, lo puso en ese pedestal presidencial desde
el que camina destruyendo mucho a su paso, parece que
arbitrariamente, pero quizás siga un diseño preestablecido, donde van
cayendo los más débiles y mejorando los ya bien situados. Trump es un
caudillo bárbaro moderno que va produciendo sufrimiento sin parar,
dolor sin sentido a quienes no pueden de ninguna manera defenderse.
Se ha impuesto como objetivo prioritario acabar con los migrantes
ilegales en su país, a donde algunos habían acudido como último
recurso de supervivencia.
Ante semejante avasallamiento cabe esperar respuestas adecuadas de
la sociedad y esperamos que sean más contundentes en los mismos
EEUU, siguiendo el ejemplo de Mariann Edgar Budde, obispa
episcopaliana, que valientemente ante el mismo Trump en el servicio
religioso celebrado el 21 de enero de 2025 en la Catedral Nacional de
Washington, tuvo el coraje de ofrecer a los asistentes un sermón en el
que pidió al presidente Donald Trump compasión hacia los grupos
vulnerables, incluyendo la comunidad LGBTQ+, los migrantes
indocumentados y los refugiados y le instó a ejercer misericordia
hacia aquellos que viven con miedo debido a sus políticas recientes. Sus
palabras molestaron al todopoderoso presidente, pero la respuesta de la
obispa no fue otra que reclamar su derecho a poder hablar desde su
perspectiva religiosa y moral.
Ejemplar fue también la reciente
Carta del Santo Padre Francisco a los
obispos de los
E
stados
U
nidos de
Am
érica
(
10-2-2025
),
donde confiesa que
ha seguido con atención la importante crisis que está teniendo lugar en
los Estados Unidos con motivo del inicio de un programa de
deportaciones masivas y “muestra su desacuerdo con cualquier
medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal
de algunos migrantes con la criminalidad”. Se deben tener en cuenta,
dice el Papa, las razones por las que la mayoría han salido de sus
países para buscar un futuro digno en EEUU. Las expulsiones los
sitúan en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión.
El Papa aplaude a los obispos de Estados Unidos, cuando trabajan de
manera cercana con los migrantes y refugiados, anunciando a
Jesucristo y promoviendo los derechos humanos fundamentales.
Les insta a que protejan y defiendan a quienes son considerados
menos valiosos, menos importantes o menos humanos.
Dirigiéndose a todos los fieles de la Iglesia católica, y a todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, los exhorta “a no ceder ante las
narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a
nuestros hermanos migrantes y refugiados. Invita a todos a
construir puentes que nos acerquen cada vez más y a evitar muros
de ignominia.
Al mismo tiempo que nos unimos al Papa Francisco y a todos los que
rechazan las citadas políticas “trumpistas”, queremos hacer hincapié en
que parecidas proclamas inhumanas se oyen a algunos políticos aquí en
España: también las repudiamos con la misma fuerza.
Estamos obligados a recordar a Gaza, donde se calcula haber habido
64.260 muertes directas hasta junio de 2024, y 335.500 indirectas hasta
finales de ese año, como respuesta de Israel al ataque de Hamas, que
evidentemente condenamos, pero hay que calificar la contestación del
gobierno de Israel desproporcionada e inmoral. Todo el mundo sabe
que ello no hubiera sido posible sin el apoyo de los Estados Unidos,
entonces bajo la administración Biden. El papel jugado por la Unión
Europea, de mayoría conservadora, también merece nuestra crítica.
T
odo lo analizado nos hace pensar en la
ideología neoliberal
que hay dets
de los hechos descritos, en el capitalismo salvaje que parece querer
volver, en un cierto supremacismo racial o social, que naturalmente no
pueden tener cabida en una sociedad libre, igualitaria y solidaria.