ARTÍCULOS SIN CENSURA (José Carlos Enríquez Díaz)
TRUMP Y ABASCAL: LOS APÓSTOLES DEL DINERO
QUE IGNORAN AL POBRE Y AL MIGRANTE
El mensaje de Jesucristo es claro y poderoso: “Lo que hicisteis a uno
de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mateo 25:40).
Este llamado a la solidaridad y el amor por los más débiles guía a los
cristianos a rechazar cualquier forma de exclusión, opresión o explotación. Sin embargo,
líderes como Donald Trump y Santiago Abascal han adoptado políticas que contradicen
profundamente estos valores. Su agenda política favorece a los ricos, profundiza las
desigualdades económicas y abandona a los más vulnerables: los pobres, los inmigrantes y
los ancianos. A través de discursos incendiarios y promesas populistas, Trump y Abascal
han construido una narrativa que divide a las sociedades, exaltando a los poderosos
mientras demonizan a los marginados. Este análisis crítico, fundamentado en los valores
evangélicos, expone cómo sus políticas no solo perpetúan la injusticia social, sino que
también traicionan el espíritu del Evangelio.
Donald Trump, durante su mandato como presidente de los Estados Unidos, promovió una
reforma fiscal en 2017 que benefició desproporcionadamente a los más ricos. Según el
Instituto de Política Económica (EPI), el 60 % de los beneficios de esta reforma recayeron
en el 1 % más rico de la población
.
Mientras tanto, los trabajadores de clase media y baja
apenas vieron mejoras en sus ingresos, lo que contribuyó al aumento de la desigualdad
económica. Por su parte, Santiago Abascal, líder del partido español Vox, ha defendido
políticas que reducen la carga fiscal para los grandes patrimonios mientras se opone a
medidas como el incremento del salario mínimo. Además, su partido ha propuesto recortes
en el gasto público, incluyendo las pensiones, alegando que son insostenibles. Sin embargo,
en lugar de buscar soluciones equitativas, estas propuestas afectan principalmente a los
sectores más vulnerables de la sociedad, como los jubilados y las familias de ingresos bajos.
El Evangelio enseña que la riqueza no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para
servir a los demás. Jesús dijo: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja
que un rico entre en el reino de Dios” (Mateo 19:24).
L
as políticas económicas de Trump y
Abascal, sin embargo, perpetúan un sistema que concentra la riqueza en unas pocas manos,
olvidando las necesidades del prójimo.
Una de las características más evidentes de los discursos de Trump y Abascal es su
rechazo hacia los inmigrantes. En 2016, Trump construyó su campaña presidencial en
torno a la promesa de levantar un muro en la frontera con México para detener la
inmigración. Durante su mandato, implementó políticas como la separación de familias en
la frontera, lo que causó un daño irreparable a miles de niños y padres. Estas acciones, lejos
de promover la seguridad, deshumanizan a quienes buscan una vida mejor. En España,
Santiago Abascal ha adoptado una postura similar. Vox utiliza el miedo y el rechazo
hacia los inmigrantes como una herramienta política, asociándolos con el crimen y la
inseguridad. Además, el partido ha abogado por endurecer las políticas de asilo y
deportar a migrantes indocumentados, ignorando su derecho a buscar refugio. La
Biblia llama a acoger al extranjero con amor y compasión: “Cuando un extranjero
resida con vosotros en vuestra tierra, no lo maltratéis. Al contrario, trátenlo como a
uno de ustedes” (Levítico 19:33-34). Al despreciar a los inmigrantes y tratarlos como
una amenaza, estos líderes traicionan este principio fundamental de la fe cristiana.
Trump y Abascal también han mostrado una clara falta de compromiso con el
bienestar social. Trump intentó en varias ocasiones desmantelar el sistema de salud
conocido como “Obamacare”, que permitió a millones de estadounidenses de bajos
ingresos acceder a servicios médicos. Aunque no logró eliminarlo completamente, sus
esfuerzos pusieron en riesgo la vida de muchos que dependen de esta cobertura. En