En el caso de este trabajo referido a la temperatura, se
demuestra que ha aumentado desde el año 1961 la frecuencia,
la intensidad y la velocidad de las transiciones rápidas entre
una situación de temperatura alta extrema a otra de
temperatura baja extrema y viceversa, así como las lluvias y
las sequías, pasando bruscamente de unas a otras. Es lo que
todos expresamos diciendo: “el tiempo está loco”. Las
consecuencias para la agricultura pueden ser dramáticas,
porque unos días de calor anticipado en invierno pueden
favorecer la floración de muchas especies que, tras el regreso
de las temperaturas gélidas unos días después, pueden
destrozar la cosecha de ese año. Sin cosechas no hay comida.
La salud humana también puede sufrir por estas mismas
oscilaciones extremas, sobre todo en los grupos más
vulnerables. De hecho, el año 2024 fue el más cálido
registrado en el mundo y el primer año natural en que la
temperatura media mundial superó en 1,5 °C su nivel
preindustrial (antes de 1850). (Fuente: Copérnicus). El hecho
de que se haya sobrepasado esa temperatura, evidencia que
no estamos haciendo el esfuerzo necesario para evitar el
aumento de los GEI (Gases de Efecto Invernadero) de los
cuales todos somos responsables, aunque en muy diferente
grado, que son los culpables del aumento de la temperatura
excesiva del planeta, que incrementa la frecuencia e
intensidad de fenómenos meteorológicos extremos en todo el
mundo, desde fuertes tormentas e inundaciones hasta olas de
calor extremas, e intensas sequías que aumentan
indebidamente la cantidad e intensidad de los incendios
forestales. Días pasados en varios lugares de España ya hemos
llegado a los 40 º C.
En los países ricos tenemos alimentos de sobra e incluso los
enriquecemos con diversos nutrientes, pero en los pobres,
poco pueden enriquecer porque ya sufren déficit de alimentos,
sobre todo de minerales y proteínas. En los países pobres la
anemia es un grave problema de salud. El déficit de zinc ya
afecta a más de 1000 millones de personas en países pobres, lo
que puede provocar partos prematuros, desnutrición y
debilitamiento del sistema inmunitario. Esta semana pasada
nos comunicaban del Centro Médico Social de Biryogo en